Ensayos para dar con la fórmula perfecta del empleo híbrido
Las ventajas del trabajo remoto son un hecho, pero las empresas aún buscan el equilibrio más productivo entre la actividad telemática y la presencialidad
“Vamos a empezar a ir en semanas alternas”. “Parece que solo podremos teletrabajar uno o dos días a la semana”. Si en años anteriores las conversaciones tras las vacaciones estaban protagonizadas por el regreso a la rutina laboral, este año las charlas se han centrado en las incertidumbres y novedades sobre el tipo de jornada que nos esperaba.
El teletrabajo, que hace un año se aseguraba que había llegado para quedarse a día de hoy permanece solo a medias. Muchas grandes empresas españolas como Telefónica, Repsol o los principales bancos y aseguradoras, entre otras muchas de diversos sectores, han llamado a sus empleados a acudir a sus puestos, adoptando un modelo híbrido, aquel que conjuga trabajo en remoto con el presencial, predispuestas a experimentar este modelo, aunque finalmente no sea el definitivo.
Fuentes de la patronal empresarial CEOE creen que, en aquellos sectores en los que sea implantable, el teletrabajo se consolidará “respondiendo a razones diversas como la productividad, la conciliación, incluso dando respuesta a problemas como el cambio climático y la despoblación”, pero también prevén que la mayoría de las empresas y de las personas elegirán combinar presencialidad y labores a distancia “por el indiscutible valor que tiene el trabajo como elemento de socialización y de fomento del trabajo en equipo”.
Para Luis Díaz, no hay duda, “el trabajo híbrido será la norma en muchas grandes compañías, que han realizado un esfuerzo de inversión en medios tecnológicos y de adaptación organizativa muy significativos para poder mantener con garantías la continuidad de sus negocios”, opina el director gerente de talento y organización de Accenture en España, Portugal e Israel.
Esta fórmula laboral combinada gusta a las compañías más que el teletrabajo a tiempo completo. Y también parece la preferida por el grueso de los empleados, ya que si bien el 75% de los colocados se encuentran cómodos con el trabajo en remoto debido a los ahorros en tiempo y dinero (un aspecto cada vez más cuestionado y que se ha tratado de solventar en la ley de trabajo a distancia, aprobada en julio), el 70% prefiere un modelo híbrido, con flexibilidad, eso sí, en los días en los que se trabaja desde casa o en la oficina, según concluye un reciente estudio de Logitech.
Espejos donde mirarse
Para implantarlo, las compañías se han fijado en otras que ya tenían experiencia antes de la pandemia. Es el caso de ING. La entidad probó en 2019 tres modelos que conjugaban presencialidad y virtualidad por días. “Cuando los testamos vimos que los empleados prefieren tener un balance entre ir a la oficina y teletrabajar. Lo que desean es tener la opción de elegir”, comenta Isaac Vitini, su director de Recursos Humanos, algo que pueden hacer desde que se implantó la norma hace un año.
El gran temor de las empresas cuándo se trata de teletrabajo son las consecuencias en la productividad. El rendimiento puede variar mucho según el sector. Por ejemplo, “en una actividad comercial, realizando visitas a los clientes digitales en lugar de físicas, podemos multiplicar la productividad por dos o incluso por tres. Sin embargo, en un rol creativo que necesita la interacción con el resto de equipo la productividad se ve afectada”, reflexiona Alberto de Salomon, responsable de consultoría de Randstad Human Capital Consulting.
Entre los aspectos que podrían perjudicar la productividad, Manoli Pozo, directora y docente del Máster en Dirección y Gestión de Personas en la Universidad Internacional de Valencia (VIU), menciona los relacionados con el aislamiento social o el desarrollo profesional. “La interacción con las personas favorece la generación de ideas, imprescindible para la innovación, además de que la conexión e identificación con el equipo también impacta en el rendimiento de los trabajadores, por lo que podría verse afectado”, concluye.
Según una encuesta de la empresa de software de recursos humanos Personio, buena parte de los empleados admiten una reducción de la productividad de hasta el 30% como consecuencia del teletrabajo. “Uno de cada tres señala al agotamiento, burnout en inglés, como la principal causa. Otro 28% culpa a los bajos niveles de motivación, uno de cada cuatro al escaso bienestar físico o mental y casi uno de cada cinco a la fatiga del Zoom”, detalla Angelina Gentili, jefa de operaciones de personas de Personio, que también recuerda que el 44% de los empleados cree que la pandemia les hizo más productivos y un 54% de los empresarios encuestado sostiene que tuvo un efecto positivo en la productividad media de los empleados de su organización.
“Hemos visto cómo nuestros empleados han podido mejorar el equilibrio entre su vida personal y profesional, han podido organizar su tiempo con mayor flexibilidad y esto ha permitido que podamos optimizar muchos procesos de trabajo desde el punto de vista operacional”, asegura María Eugenia Muguerza, directora de operaciones de Liberty Seguros en Europa. La compañía aseguradora ha adoptado en España un nuevo modelo de organización digital en el que los trabajadores pueden realizar sus tareas desde cualquier punto del país.
“Si este nuevo entorno híbrido se entiende y somos capaces de aprovecharlo, ganamos todos. La compañía identifica ahorros importantes en infraestructura, desplazamientos de personas y flexibilidad, así como el trabajador mejora sus niveles de conciliación, ahorra en dietas, transportes, alojamiento…”, concluye el experto de Randstad.
Desembolsos para volver a la oficina
Según la plataforma de comparación de precios Idealo.es la búsqueda de pantalones chinos, muy utilizados entre los trabajadores de oficina, ha crecido respecto al último año, cuando aún estábamos mayoritariamente en casa, un 437% en el caso de los modelos femeninos y un 344% en los masculinos. Las camisas, un 152%.
Un conjunto básico compuesto por camisa, pantalones chinos y zapatos cuesta unos 150 euros, casi el doble que un modelo de estar por casa, que en el caso de un chándal y zapatillas supone, según sus estimaciones, unos 78 euros. Si añadimos un kit de oficina compuesto por envases herméticos para la comida, termo para el agua o el café y una bolsa para el portátil, hay que sumar otros 91 euros.
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