Golpes de calor en perros y gatos: cómo reconocerlos y evitarlos
Una respiración agitada, orejas calientes y encías y boca más rojas son algunas señales que indican que nuestra mascota tiene una alta temperatura corporal. Intentar enfriar al animal con agua y un ventilador puede ser clave para su supervivencia
Las altas temperaturas pueden provocar golpes de calor que ponen en riesgo la salud y la vida de los perros y los gatos, por lo que evitarlos y reconocerlos a tiempo puede salvar la vida del animal. La subida brusca de la temperatura corporal por encima de los 40 grados provoca un colapso corporal que puede acarrear la muerte de nuestra mascota. La escasa capacidad de canes y felinos para eliminar y regular el calor corporal, debido a que cuentan con pocas glándulas sudoríparas, es la razón por la que tienen riesgo de sufrir golpes de calor.
“La temperatura del cuerpo aumenta mucho y los animales no son capaces de regularla. Los mecanismos para bajarla y perder el exceso de calor no son suficientes y se puede desencadenar un fallo generalizado de todos los órganos del cuerpo hasta llegar a provocar la muerte del animal”, explica Marta Seguí, veterinaria en Hospital Veterinari Montjuïc Vetpartners, en Barcelona.
¿Por qué los gatos sufren menos golpes de calor que los perros? Los felinos padecen menos problemas de salud con las altas temperaturas que los canes, y eso se debe a los diferentes estilos de vida de ambas especies. “Los gatos no suelen salir a la calle y pasan la mayor parte del tiempo en casa, donde las condiciones ambientales protegen del calor”, afirma Seguí, que menciona razas específicas con más intolerancia a las altas temperaturas: “Los gatos de pelo largo, como el persa, y braquicéfalos o chatos, así como los que padecen enfermedades cardiorrespiratorias u obesidad, son más propensos a tener golpes de calor”. Esta experta menciona otros casos en los que los animales tienen mayor riesgo de tener problemas de salud con el calor, como los que son cachorros o muy mayores, tienen el pelaje oscuro o acaban de comer y se exponen a altas temperaturas.
En el caso de los perros, el 57% de los que acuden a la clínica veterinaria por un golpe de calor muere, aunque el riesgo disminuye si los síntomas se detectan y atienden con tiempo, según apunta el estudio elaborado en el año 2021 por investigadores veterinarios de la Universidad de Nottingham Trent y del Royal Veterinary College.
Situaciones de riesgo cuando sube el termómetro
Durante el verano, hay diferentes condiciones que resultan ser un caldo de cultivo para que los perros y los gatos sufran golpes de calor, como las que menciona la veterinaria Marta Seguí:
- La elevada temperatura en el exterior.
- La humedad ambiental alta, que dificulta la eliminación de vapor de agua del cuerpo.
- Encerrar al animal en espacios sin ventilación ni sombra (coche, habitación, balcón).
- Tener escasa agua a disposición del animal o que no se cambie a menudo.
- Hacer ejercicio intenso en horas de mucho calor y sol.
Señales que indican que el animal tiene un golpe de calor
Lo ideal es detectar el aumento excesivo de temperatura del perro o el gato (hipertermia) antes de que llegue al extremo del golpe de calor, que se produce por encima de los 40 grados y provoca su pérdida de conciencia. Hay varias señales que indican que hay peligro para el animal, como las que indica Christian Martí, director veterinario de Urvet Marbella, miembro del Veterinary Emergency and Critical Care Society (VECCS) y del European Veterinary Emergency and Critical Care Society (EVECCS). Son las siguientes:
- Jadear con la boca abierta o con respiración agitada durante más tiempo del habitual.
- Que sus orejas estén muy calientes; sus encías y boca más rojas y en la zona blanca de los ojos se vean abundantes vasos sanguíneos.
- Si el animal está inquieto, quiere beber gran cantidad de agua y permanece inmóvil y recostado de lado, además de tener taquicardia o el pulso muy acelerado.
- En situaciones más graves, se produce la postura denominada ortopnea, que se caracteriza por hacer movimientos extraños para respirar, como estirar la cabeza y el cuello con sus patas.
- Cuando el animal sufre el golpe de calor pierde la conciencia, tiene la mirada perdida y está postrado e inmóvil. En esta fase se puede producir un fallo multiorgánico y la muerte.
Cómo actuar frente a un golpe de calor
Ante la sospecha de que nuestra mascota tiene una subida drástica de temperatura que puede derivar en un golpe de calor, Martí lanza un consejo: “Intentar enfriar al animal antes de acudir al veterinario, ya que los primeros minutos son esenciales para evitar graves consecuencias para su salud. Conviene hacerlo con agua que no esté excesivamente fría y con un ventilador de aire”.
Los golpes de calor son una urgencia veterinaria y hay que acudir a una clínica cuanto antes. El coche es uno de los lugares donde más se suelen producir, debido a las altas temperaturas que alcanza el vehículo en verano, incluso a la sombra y con las ventanillas abiertas. “Cada vez hay más conciencia sobre los riesgos de dejar las mascotas en los coches. Sin embargo, seguimos viendo muchos perros que han sido expuestos a largos paseos en horas de mucho calor y humedad y acuden con golpes de calor a la consulta”, incide el experto.
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