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Flor de Pascua: cómo cuidar (y lograr que sobreviva) la planta estrella de las navidades

La poinsetia o pascuero no es una planta fácil, ya que es muy sensible a la falta de luz, al exceso de agua y a la presencia de las temidas calefacciones. En su origen habría que buscar qué necesita y por qué motivos

Flor de Pascua
Una Flor de Pascua, también llamada poinsetia o pascuero, la planta estrella de la Navidad.IsabelPavia (Getty Images)
Eduardo Barba

Una legión de millones de plantas se extiende en estos momentos por miles y miles de casas de todo el mundo. Están colonizando rincones de los hogares, oficinas, recepciones de hoteles, centros comerciales, cafeterías. Si alguien no ha visto todavía ninguna este año es que no ha podido salir de casa, porque es la planta estrella de la Navidad. Se trata de la archiconocida flor de Pascua (Euphorbia pulcherrima). Se la conoce por otros nombres populares como los de pascuero o poinsetia, haciendo referencia este último a su antiguo nombre botánico de Poinsettia pulcherrima. Se trata de una planta que desata amores y odios, muchos de estos últimos ligados más bien al periodo navideño en el que se comercializa y regala con fruición. Porque, objetivamente, es una especie espectacular, con una anatomía que no deja indiferente a nadie.

Lo primero que impacta son sus hojas coloreadas. Aunque puedan parecer las flores, realmente son brácteas: hojas transformadas con una finalidad clara, que es la de atraer a los polinizadores a sus pequeñas e insignificantes flores. Estas se encuentran justamente en medio de las brácteas, y tienen un color verde claro, amarillento y rojizo, y asemejan a unas pequeñas bolitas en la punta de cada rama. Cada uno de los componentes de esta inflorescencia recibe el nombre botánico de ciatio, una estructura propia de la familia a la que pertenece, la de las euforbias. Este grupo de plantas es muy querido por los jardineros, ya que las distintas especies de Euphorbia tienen una belleza que enamora, además de hábitos de crecimiento muy diferentes. Así, se encuentran euforbias herbáceas, arbustivas o euforbias suculentas, estas últimas con forma de cactus, con los que se confunden en muchos casos. Algo muy curioso de este género es la savia lechosa o látex de color muy blanco. La poinsetia, a la más mínima herida, la hará brotar en abundancia.

Un vivero con cientos de poinsetias.
Un vivero con cientos de poinsetias.Eduardo Barba

Cuando se regalan o entran por propia decisión en la casa, surgen los temores al pensar si se conseguirá que se mantengan vivas y sanas. Efectivamente, no es una de las plantas de más fácil cuidado, ya que son muy sensibles a la falta de luz, al exceso de agua y a la presencia de las temidas calefacciones. En su origen habría que buscar el porqué de los cuidados que necesita. Este arbusto mexicano subtropical crece en los márgenes de zonas boscosas montañosas. Puede llegar a medir alrededor de cuatro metros de altura, como sabrán aquellas personas que la hayan visto en parques y jardines de Canarias o de las costas cálidas de la Península. Así que le gusta la luz muy intensa y una humedad ambiental alta, junto a una temperatura cálida durante el día que puede ser algo más fresca en la noche.

Pues esos mismos serán los parámetros ideales para cultivarla. Hay que procurarle un lugar dentro de la casa con mucha intensidad lumínica, sin que allí sea necesario el sol directo. La humedad ambiental es más difícil de mantener en las habitaciones con calefacción, desde luego, pero puede que no sea vital. El riego adecuado es el que respeta la sencilla regla de regar solo cuando el sustrato se haya secado prácticamente por completo, en especial la primera capa. En cuanto a su nutrición, es recomendable aplicar un abono rico en fósforo y potasio y bajo en nitrógeno. Los abonos específicos para tomates, rosas o frutos del bosque suelen funcionar bien. Si se nota que la planta tiene hojas amarillas puede deberse a un exceso o falta de agua, o a un déficit de luz para realizar correctamente la fotosíntesis.

Una poinsetia mostrando sus pequeñas flores amarillentas en el pasillo de unas oficinas.
Una poinsetia mostrando sus pequeñas flores amarillentas en el pasillo de unas oficinas.Severino Donate

Como es una planta de las llamadas de ciclo corto, comienza a florecer cuando tiene más de 12 horas de oscuridad, como les ocurre a los crisantemos (Chrysanthemum spp.) o al cactus de Navidad (Schlumbergera var.). Entonces, se activa la floración y la formación de esas brácteas. En las distintas variedades de poinsetia pueden ser, aparte de color rojo, de tonos rosas, blancos, crema o incluso amarillentos.

A medida que la planta comience a tirar las hojas al final del periodo de floración es el momento en el que entra en reposo. Es un proceso natural que hay que respetar. Es entonces cuando se la debe regar mucho menos, dejando que el sustrato se seque aún más. Cuando unas semanas después se note que nuevas yemas comienzan a desarrollarse, es el momento perfecto para podarla. Es una planta que no tiene una buena tendencia a ramificar, por lo que deben ser las personas, con una poda enérgica, las que potencien el crecimiento más denso. De otra forma, la planta alargará mucho sus tallos, y se tendrá una planta más desgarbada, no tan compacta.

Para proceder a esta poda de mantenimiento se acorta cada tallo, para dejarlo entre 10 y 20 centímetros de altura. Al igual que se puede hacer con otras plantas de interior, es ideal sacar la poinsetia al exterior en los meses cálidos, para que reciba una mayor cantidad de luz, sin sol directo. Si se quiere, también es muy buen momento para trasplantarla a una maceta un poco mayor.

Poinsetia iniciando la coloración de sus brácteas rojas.
Poinsetia iniciando la coloración de sus brácteas rojas.Helena Martín

Si después del nuevo crecimiento se poda de nuevo ligeramente cada nuevo tallo, cortando la yema terminal de cada uno, se favorecere un crecimiento todavía más denso. Es muy importante que esta poda no se efectue más allá del mes de julio, o se corre el riesgo de que no se produzca la floración invernal.

Sí se puede conseguir que florezca otro año más, aunque seguramente no será tan espectacular como el primero. Para conseguirlo, a finales de septiembre o primeros de octubre hay que procurarle 14 horas de oscuridad cada noche, y luego darle luz intensa el resto del día. Hay personas que la tapan con una bolsa completamente opaca, con una papelera metálica o con una caja de cartón para conseguir esa oscuridad necesaria. Una vez que se aprecia que las hojas se colorean, lo que ocurrirá en noviembre, si todo ha ido bien, se puede dejar de cubrir a la planta. Es un proceso laborioso en el que hay que evitar todo tipo de luz artificial. Incluso la de una farola en la calle o la del cuarto de baño que entre en su estancia interrumpirá el proceso de estimulación de la floración.

Poinsetias en la oficina de Menchu García floreciendo en el mes de marzo.
Poinsetias en la oficina de Menchu García floreciendo en el mes de marzo.Menchu García

Otra opción, mucho más cómoda, es no hacer nada, y dejar a la poinsetia en la estancia más oscura de la casa, y ver si la planta puede formar las brácteas en algún momento. Por ejemplo, a Menchu García, jardinera en sus ratos libres, las poinsetias de su oficina se le coloreaban en el mes de marzo, en una Navidad fuera de época. Sea cuando sea que florezcan, siempre serán bienvenidas.

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Sobre la firma

Eduardo Barba
Es jardinero, paisajista, profesor de Jardinería e investigador botánico en obras de arte. Ha escrito varios libros, así como artículos en catálogos para instituciones como el Museo del Prado. También habla de jardinería en su sección 'Meterse en un jardín' de la Cadena SER.

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