Hay casi 4.000 cervezas artesanas españolas. ¿Cómo probarlas todas?
Los emprendedores Herminio Campillo y Sanmy Moura han creado Beer Sapiens, un recomendador que enseña el potencial de la industria cervecera española y sirve como punto de venta en línea para pequeños fabricantes. Para enfatizar el carácter nacional de su producto han apostado por ir de la mano de una plataforma como Correos Market, reconocida en todo el país “como algo propio, marca España”
¿A qué sabe la cerveza? Es una pregunta trampa, y en la única respuesta correcta admisible reside el ímprobo esfuerzo que realizan las cerveceras artesanas españolas para seguir creciendo, popularizándose y diversificando su oferta. Un sector que contabiliza ya más de 420 fabricantes, casi 4.000 recetas propias a la venta y tan originales que abarcan desde rubias con toques de romero o miel hasta complejas negras con aroma a anchoa. Una industria joven que, precisamente, ha encontrado su lugar en la España rural: las fábricas están por todo el mapa, el 87% radicadas fuera de las capitales de provincia, según datos de Aecai (Asociación Española de Cerveceros Artesanos Independientes). La cerveza, como bien saben los expertos en marketing, Sanmy Moura y Herminio Campillo, no tiene un sabor único, sino muchos distintos, como ocurre con el vino; un gusto marcado por los incontables matices que pueden surgir de los procesos que, a grandes rasgos, convierten el almidón de los cereales en una bebida fermentada. Y en España, país del que afirman que la cultura gastronómica está a la vanguardia, se hacen cervezas “de una gran calidad, muy apegadas al producto local”. Por eso crearon hace dos años Beer Sapiens, para que en una misma plataforma se pueda aprender todo sobre este mundo y comprar, con la correcta orientación, las cervezas de los mejores productores nacionales.
Beer Sapiens
Un escaparate común
A Moura no le gustaba la cerveza. O eso creía él, cuando había probado solo la industrial. Pero su trabajo en marketing digital para la mayor firma de América Latina de venta de vinos le llevó a analizar el sector y a terminar rendido a las cervezas artesanas. A Campillo le ocurrió estando de Erasmus, en un viaje a Bélgica. Para cuando llegó la pandemia, ambos eran expertos consumados y bebedores habituales. Y entonces dijeron: '¿Y ahora, qué?'. Al tratarse de microempresas, la mayor parte de los productores disponían de “canales de venta en línea poco desarrollados y con muy poca visibilidad”, cuentan. Ahí concibieron Beer Sapiens: “un escaparate común y una referencia para aprender sobre cerveza artesana y generar cultura cervecera”.
El acelerador
Campillo, tan interesado como Moura en las posibilidades del marketing, cursó un máster en la escuela de negocios ISDI, especializada en el sector digital. Esta institución dispone de una incubadora de empresas emergentes, que seleccionó el proyecto Beer Sapiens. Todos lo miraban con tan buenos ojos que incluso algún tutor se interesó por invertir en él. Bastaron 8.000 euros para arrancar y, antes de los dos años, la facturación subió a los 100.000: “Este sector necesitaba apelar a un público que no tiene por qué saber siquiera qué son el lúpulo o la malta. Basta con enseñar a disfrutar de esta experiencia gastronómica”, indican Moura y Campillo, que creen que su plataforma puede cumplir esa misión.
Valores
Innovación, transformación digital, artesanía, gastronomía, producto de km 0, dinamización rural…
Campillo y Moura se conocieron en Madrid y, cuando la pandemia demostró que era factible trabajar desde casa, tomaron la decisión de trasladarse a Murcia: “Queremos adoptar un hijo. Y creemos que la vida que podremos darle aquí será mejor, se asemejará más a la nuestra cuando éramos pequeños, en la que podías salir a jugar en la calle y todo era más cercano”, explica Moura. Allí, en la ciudad de la que es oriundo Campillo, en diciembre de 2020, nació por fin lo que llevaban tiempo barruntando: Beer Sapiens. Y en el primer mes de vida tuvieron que afrontar más de 200 pedidos. “Fue toda una sorpresa. No habíamos invertido dinero en publicidad. Todo fue por puro efecto del boca a boca”. Desde entonces, un crecimiento del 235%, que tienen previsto multiplicar antes de tres años. “Con la inversión adecuada, antes del quinto curso deberíamos haber superado el millón y medio”, calcula Campillo. Desde Beer Sapiens ya es posible comprar unas 500 recetas de cerveza de productores españoles de las 17 Comunidades Autónomas, algo a lo que va contribuir más aún su reciente alianza con Correos Market, de quienes destacan: “Son un referente, una marca que es de todos. Y que la gente nos vea ahí nos importa, porque queremos ser un poco de todos también”.
Lo tienen todo meticulosamente pensado. Lorena Bazán, una de las impulsoras de las cervezas gerundenses FDL Beer Project y organizadora del festival Barcelona Beer Challenge, dice de ellos que “son muy profesionales”. “Y yo, que en mi casa cada euro que entra desde 2013 viene de la cerveza, valoro mucho el rigor”, apostilla esta empresaria. No es una consideración vacua pues, como apunta Javier Donate, presidente de Aecai, “la mayor parte de los cerveceros de hoy, hace una década se dedicaban a otros oficios: informáticos, economistas…”. Es, dice, una industria bisoña donde lo que abundan son proyectos pequeños, con tres o menos personas a los mandos y que, a pesar de tambalearse, cuando hacen las cosas bien, se asientan: “Estábamos creciendo un 25% cada año gracias a nuestra creatividad y a saber relacionarnos con la gastronomía y el turismo, pero justo ahora viene una coyuntura económica muy desfavorable, con un aumento de precios de nuestras materias primas esenciales y de la energía”, apunta Donate, cuya organización esperaba haber superado ya los niveles de producción precovid, de unos 22,5 millones de litros anuales.
La cerveza artesana, otra insignia más de la gastronomía española
Quieren que su iniciativa se un remedio para algo que tanto Campillo como Moura sentían cuando eran solo meros consumidores: que las páginas web de los productores de entonces “expusieran sus cervezas hablando solo para público experto”. Pero la base, dicen, ya estaba en el propio país: “Nuestro paladar es muy refinado, tenemos una gastronomía muy rica y platos tradicionales muy diversos y estamos muy abiertos también a intercalarlos en nuestro día a día con sushi o un ceviche. También estamos muy hechos al placer del amargor en la boca. Por eso, nuestros maestros cerveceros son, en general, gente muy creativa, muy capaz de mezclar en sus recetas productos locales”, detallan dialogando entre sí Moura y Campillo. Buscan varios ejemplos ilustrativos: “En Altea se hacen cervezas de trigo con naranja sanguina del huerto de Heliodora, la señora en cuyo honor bautizaron la cerveza; en Cádiz, son capaces de hacer una red ale con azúcar de caña, romero o remolacha; el toque salado que le da la anchoa cantábrica a una cerveza negra de la región es sensacional…”.
Por todo ello, consideran que el siguiente paso, el natural, sería que la cerveza artesana fuera ganando espacio en las cartas de bares y restaurantes como opción de maridaje. “En la Universidad de Alicante ya se ofrece formación cervecera, algo que es común en el sector de la enología. La hostelería debería ponerse las pilas al respecto”. Una opinión que comparte Cristian Domingo, de Scone, una cervecera asturiana que defiende que “esta bebida no debe ser esnob, sino accesible para todo el mundo”. En Beer Sapiens se pueden encontrar descripciones y opciones de maridaje apropiados para todas las recetas de cerveza en venta. Como explica Bazán, de FDL Beer Project: “Súmale un helado a la experiencia de beberte esta cerveza, emplea esta para cocinar. Con esta serie de consejos sueles ganarte al oyente no adepto”. Ella comenzó con las catas hace una década, y sigue considerándolas el mejor mecanismo de proselitismo. Su proyecto más reciente es Pink Boots Society, una ONG nacida en EE UU y con presencia internacional que, sin embargo, no tenía sucursal en España hasta que la trajo Bazán. Su misión consiste en velar por las mujeres cerveceras, por pelear por la igualdad desde el principio, en un mundo que Bazán describe como “muy masculino”.
Un futuro rural y digital
“Estamos muy repartidos por todo el territorio nacional y, aun así, muy unidos”, presume Donate, presidente de Aecai, como virtud de una industria que, de acuerdo a su criterio, permanecerá inherentemente ligada al mundo rural y a los productores locales. ¿Cómo crecer entonces? ¿Cómo convertir el hecho de que el mayor porcentaje de las ventas de cada pequeña empresa cervecera se produzca a menos de 30 kilómetros de su fábrica en una ventaja? La respuesta, opinan Campillo y Moura, está en la digitalización y en un buen trabajo de marca. Por eso, ellos están muy ilusionados con el potencial de su alianza con Correos, una empresa que, dicen, “es pura marca España, la sentimos como si fuera de todos, y puede ayudarnos a llegar a todos los rinconcitos de este país y de fuera, gracias a su gran sistema de distribución”. Bazán, desde Girona, lo corrobora: “¿Cómo si no iba una de mis cervezas a estar entre las favoritas de clientes de un pueblo alicantino?”.