Óscar S., el policía discreto del que nadie sospechó que trabajara para el narco
El mando, jefe de la unidad de blanqueo y antes responsable de la brigada de estupefacientes, guardaba en su despacho un millón de euros en billetes de 500 y 50 bajo llave
Era un compañero discreto, educado, que pasaba mucho tiempo en su despacho y no bajaba casi ni a tomar el café. “Uno del que jamás te esperarías que pudiera estar metido en algo así”, cuenta un agente. Todo cambió el pasado jueves por la tarde, cuando el inspector jefe Óscar S. llegó a la Jefatura Superior de la Policía Nacional en Madrid con las esposas puestas y acompañado de los investigadores de Asuntos Internos. Al inspeccionar el despacho que ocupaba como jefe de la Unidad de Delitos Económicos y Financieros (UDEF), los investigadores hallaron casi un millón de euros, en billetes de 500 y 50, en dos armarios cerrados con llave. No era el primer registro al mando policial. Habían comenzado el miércoles en dos propiedades inmobiliarias que tenía respectivamente en Alcalá de Henares y en Alicante, y que se prolongaron durante horas. Los agentes tuvieron que abrir a golpes paredes y techos de varias estancias y levantar trampillas en un sótano para dar con, al menos, 20 millones de euros en billetes escondidos. Desde el viernes por la mañana, el jefe de la UDEF duerme en prisión junto a otros 14 detenidos entre los que está su esposa y otra familiar acusados de pertenecer a una organización de narcotraficantes con contactos en Latinoamérica que supuestamente había introducido en España cantidades ingentes de cocaína.
El policía, de 48 años y que ingresó en el cuerpo en 2007, era inspector jefe y dirigía desde finales de 2020 la unidad que investiga estafas, blanqueo y delitos económicos, la UDEF. Antes había liderado un grupo de investigación en la Brigada Central de Estupefacientes, encuadrada en la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco). Es en esos años en los que el policía, según sospechan los investigadores, tuvo contactos en el mundo del narcotráfico y presuntamente cayó en la tentación de colaborar con los clanes de la droga, apuntan fuentes cercanas al caso. Según las pesquisas, llevaba más de un lustro facilitando a los delincuentes información para garantizar que los contenedores de droga llegaran de forma segura a su destino. Su precio, “una cantidad de siete cifras”, señalan fuentes de la investigación. Las pesquisas vinculan al mando policial, en concreto, con una organización criminal de origen español que trabaja para diferentes carteles internacionales.
La investigación que ha llevado a la detención del alto cargo ha estado dirigida por el magistrado de la Audiencia Nacional Francisco de Jorge, titular del Juzgado Central de Instrucción número 1. La policía lleva mucho tiempo tras esta trama, pero no fue hasta enero de 2024 cuando la Fiscalía Antidroga abrió diligencias que desembocaron, el pasado junio, en la presentación de una querella ante el juez. Cinco meses después, los investigadores han culminado una primera fase de esta causa que ha destapado una montaña de billetes emparedados y en el techo de las viviendas del mando policial y su pareja, que también es policía, en este caso en la comisaría de Alcalá de Henares. La Unidad de Asuntos Internos y la Udyco comparten las pesquisas, que están bajo secreto de sumario, y en las que se investigan los delitos de tráfico de drogas, cohecho, blanqueo, organización criminal y omisión del deber de perseguir delitos. Fuentes cercanas al caso no descartan que pueda haber alguna otra detención, ya que varios integrantes de la trama no han podido ser detenidos al encontrarse en paradero desconocido.
El inspector jefe ahora arrestado era un hombre discreto, diligente en su trabajo y con los miembros de su equipo, que hablaba poco, no llevaba relojes ostentosos, conducía un coche de hace bastantes años, vivía en un chalet modesto de Alcalá de Henares y tenía una segunda residencia en Alicante en la que, como contaba a su entorno, pasaba sus vacaciones de verano. Varias fuentes policiales coinciden en que, de confirmarse las acusaciones, “se metió en un mundo del que es imposible salir”. Las fotografías de varios coches de lujo y una moto dorada que se han hecho virales en las redes sociales en las últimas horas no pertenecen al policía detenido ni eran los vehículos que tenía aparcados frente a su vivienda, que tampoco es la mansión que se ve en las imágenes.
Fuentes cercanas a la investigación aseguran que en los registros fueron intervenidas más de medio centenar de licencias VTC a nombre de un familiar que le servía de testaferro y cuya explotación servía, presuntamente, para blanquear las ingentes cantidades de dinero que el inspector jefe había acumulado. Estas mismas fuentes indican que el ingreso en prisión de los 15 supuestos implicados en la trama está relacionado, de hecho, con la incautación, el pasado 14 de octubre, del mayor alijo de cocaína en la historia de España y una de las mayores a nivel mundial en un solo contenedor. Sucedió en Algeciras (Cádiz) cuando la Policía Nacional y Vigilancia Aduanera interceptaron 13 toneladas de cocaína (valoradas en más de 400 millones de euros) oculta en un contenedor que transportaba cajas de plátanos.
Según explicaron ambos cuerpos en una rueda de prensa este miércoles en la ciudad andaluza, el contenedor había zarpado del puerto de Guayaquil (Ecuador), que se ha convertido en el nuevo punto neurálgico del narcotráfico en Latinoamérica. Decenas de operaciones policiales contra las drogas tienen su origen en esta ciudad, incluidas aquellas que intervienen alijos que llegan a través del aeropuerto de Adolfo Suárez Madrid-Barajas. A la misma hora a la que los mandos policiales ofrecían los datos de esta operación, el jefe de la UDEF y los otros 14 supuestos integrantes de la red ya estaban detenidos y los registros habían comenzado. El policía ha ingresado en Estremera, donde hay un módulo específico para agentes de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado.
El exportador ecuatoriano de la mercancía figuraba en bases de datos aduaneras y policiales con antecedentes por tráfico ilícito, así que, a su llegada al puerto de Algeciras, el contenedor fue inspeccionado por el escáner móvil Medusa, un dispositivo que se utiliza desde 2013 para analizar el interior de los mismos. “Ya en las primeras imágenes se observaron discrepancias entre la carga declarada y la real que motivaron la apertura”, especifica Vigilancia Aduanera y la policía en su comunicado.
El contenedor contaminado contaba con una pantalla formada por cajas realmente cargadas con plátanos para ocultar la droga. Detrás de esta pantalla había una gran cantidad de recipientes, idénticos a los anteriores pero en cuyo interior se ocultaban ladrillos de cocaína empaquetados al tamaño exacto de esas cajas. En ese momento se detuvo a una persona. El matrimonio propietario de la empresa que debía recibir la mercancía, con sede en Alicante, está en busca y captura.
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