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Nace el equipo Cronos en Madrid: 17 policías para investigar el robo de relojes en la calle dada la brutalidad de los últimos golpes

Los agentes del nuevo grupo ya han detenido a una banda de cinco miembros que llegó a romper la pierna a una víctima y a ocasionar una brecha en la cabeza a otra

Uno de los golpes cometidos por la banda detenida en Madrid por el robo violento de relojes.
Patricia Peiró

La víctima está en el suelo, acaba de ser agredida con una brutalidad innecesaria, los ladrones se han llevado su reloj de lujo. Es la milla de oro de Madrid. Un golpe salvaje a plena luz del día que hace pensar que los delincuentes se sienten inalcanzables. Pero siempre fallan. Los policías encuentran en el suelo una tarjeta de visita arrugada de un establecimiento de lujo. Se dirigen a esa tienda de relojes y joyería y... ¡bingo! El autor de ese robo salvaje había estado en él unas horas antes preguntando sobre recambios de estas piezas exclusivas, las que se rompen cuando dan el tirón a las víctimas. El criminal, en otra muestra de confianza en su infalibilidad, había dejado unos datos de contacto al dependiente. Esta prueba sirvió para llegar a los cinco miembros de una organización criminal especializada en robos de relojes de lujo que fueron encarcelados a mediados de octubre. Es la primera operación culminada del grupo Cronos, un nuevo equipo de la Policía Nacional en Madrid dedicado a este tipo de delitos.

Fuentes de la Policía explican que el nacimiento de este nuevo grupo, que se creó en mayo, no responde a un incremento de los robos de relojes, sino al aumento en la brutalidad. Primero pegar y después robar. “Este grupo en concreto llegó a romperle la pierna a una víctima a base de patadas cuando estaba en el suelo y a otro le hicieron una brecha en la cabeza”, explican estas mismas fuentes. Estos asaltos se producen además a plena luz del día, a los delincuentes no les importa el número de testigos que haya y no dudan en atacar una y otra vez en los mismos lugares. Los distritos de Salamanca, Chamartín y Retiro son su campo de batalla, donde más renta hay, allí donde acuden los turistas con más capacidad económica.

En la primera operación completada del grupo Cronos han caído cinco delincuentes de origen venezolano de entre 23 y 32 años a los que se les imputan, hasta el momento, ocho asaltos, aunque es posible que esta cifra se eleve a los 12. La han bautizado Luco, abreviatura de peluco, como se conoce a los relojes en jerga. El modo de actuar de los detenidos era sorpresivo y feroz. El cabecilla de la banda, un hombre bien vestido y con buena planta, paseaba por las calles y comercios en busca de las víctimas. “Tenía una tremenda capacidad para distinguir relojes muy caros sin tener ninguna duda, como mínimo buscaba los de 30.000 euros. Cuando había divisado su objetivo lo marcaba a sus compinches. Llegaba a hacer fotos a la víctima y a su muñeca y se las mandaba al resto”, explica la subinspectora Nerea García. La banda usaba una pistola para amedrentar a las víctimas, que nunca llegó a disparar, pero sí se empleó para herir de gravedad a los propietarios de los relojes.

No ha sido solo la bestialidad a la hora de hacerse con el botín lo que motivó la creación de este grupo, sino también el consumo de recursos que suponía para las comisarías de distrito. Hasta ahora, estos delitos se investigaban sobre todo en cada una de ellas y llegaban a saturarlas. “Son ocho segundos de robo, pero requiere revisar 100 horas de grabación”, especifican fuentes policiales del Grupo Operativo de Investigación Zonal, en el que se inscribe el equipo Cronos. En febrero de este año cayó la bautizada como banda del Rólex, que había dado una docena de golpes en los barrios más adinerados de Madrid camuflados de repartidores.

El método usado para robar a sus víctimas es el conocido como motochorro, un término acuñado en América Latina, donde más se practica, para designar a los asaltos en los que se usa una moto. El marcador, el encargado de identificar a la víctima, pasaba los datos a otros dos miembros de la banda subidos a una motocicleta. El paquete se acercaba al objetivo y le arrancaba el reloj previo golpe y el conductor permanecía al lado para facilitar la huida en cuestión de segundos. A las motocicletas les habían cambiado las matrículas por unas falsas y en uno de los casos usaron un vehículo robado. “Todo duraba cuestión de segundos y el seguimiento a la víctima no era muy prolongado”, subraya el inspector Ángel Sánchez. Las piezas después se vendían rápidamente en el mercado negro internacional o en puntos de venta ilegales. “El perfil de las víctimas es muy variado, les daba igual que fueran personas mayores, jóvenes, corpulentos...”, añade el inspector.

El robo de relojes de lujo no es exclusivo de Madrid. Sucede en todas las grandes capitales o puntos especialmente turísticos. “Son piezas que se revalorizan con el tiempo, siempre va a haber un gran beneficio al venderlas”, apunta el inspector Sánchez. Este grupo policial recién creado en Madrid es de características semejantes al que crearon los Mossos d’Esquadra ante la alarma que han despertado estos robos tan violentos en los últimos años. En los primeros seis meses desde su nacimiento detuvieron a 230 delincuentes y lograron una sentencia que prohibía a dos de estos ladrones acercarse a dos hoteles. Muchos de ellos llegaron incluso a ser virales porque los grabaron los viandantes y, de hecho, existen cuentas en Instagram dedicadas exclusivamente a denunciar este tipo de ataques. En una de ellas se puede ver la herida en la cabeza que le hicieron a un hombre en la calle de Lagasca. Todo un escaparate de la crueldad ejercida contra dueños de relojes de 30.000 euros en adelante, las víctimas perfectas para los maestros del motochorro.

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Sobre la firma

Patricia Peiró
Redactora de la sección de Madrid, con el foco en los sucesos y los tribunales. Colabora en La Ventana de la Cadena Ser en una sección sobre crónica negra. Realizó el podcast ‘Igor el ruso: la huida de un asesino’ con Podium Podcast.

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