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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Así NO, señora Ayuso

Llamamiento a la sociedad madrileña y española: los responsables políticos tenemos una gran responsabilidad en evitar la tensión y facilitar la convivencia

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, interviene durante un pleno en la Asamblea de Madrid.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, interviene durante un pleno en la Asamblea de Madrid.Alberto Ortega (Europa Press)

“Así no, señora Ayuso”. Esto le ha dicho Consuelo Ordóñez, hermana de Gregorio Ordóñez, y la fundación Fernando Buesa a la presidenta de la Comunidad de Madrid. La crispación genera más crispación. Lo mismo ocurre con el respeto. La crispación genera tensión y es el caldo de cultivo de la polarización social. El respeto es la fuente de la que nace y bebe la convivencia.

Los responsables políticos tenemos una gran responsabilidad en evitar la tensión y facilitar la convivencia. Aprendí de mi familia y de mis profesores a pedir las cosas por favor, a dar las gracias y a pedir disculpas cuando me equivoco. Y trato de enseñar lo mismo a mis tres hijos, como cada padre y madre de este país.

Quiero que nuestros profesores sientan orgullo por la educación que nos dan. Quiero que no sintamos vergüenza cuando nuestros hijos vean un telediario. Ni que se preocupen por quién es un tal “Txapote” ni qué escuchen a quien nos debería representar a todos y todas llamar “gentuza” a nadie.

La política no debería consistir en quién insulta más fuerte. Yo no he venido a la política para eso. Quiero ser presidente de la Comunidad de Madrid para resolver los problemas reales de los madrileños y aprovechar las oportunidades que existen para hacer la vida más fácil y mejor a la gente. Problemas enquistados como el acceso a la vivienda de los jóvenes o la desesperación de las familias afectadas por las obras del metro de San Fernando de Henares. La desolación de esos 33.000 jóvenes que querían estudiar Formación Profesional y no tienen plaza pública donde estudiar, el sentimiento de frustración de los taxistas, la rabia de las mujeres que afrontan la difícil decisión de interrumpir su embarazo y se encuentran todo tipo de obstáculos, la incredulidad de ver el negacionismo ante la pésima calidad del aire en Madrid, el abandono permanente de la educación pública y sus docentes o, por supuesto, el desmantelamiento programado de nuestra sanidad pública.

Ningún insulto u ocurrencia por ingenioso que sea servirá para distraer o tapar la tozuda realidad de la pésima gestión del gobierno de la Comunidad de Madrid, que solo ha puesto en marcha un presupuesto en cuatro años.

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Pero la cosa tiene aún más trascendencia. En Madrid se encuentra hoy el epicentro del mayor riesgo para la convivencia que existe en nuestro país. Por ello quiero hacer un llamamiento a la inmensa mayoría de demócratas con convicciones sociales y gente cabal que vive en Madrid. Tenemos que liderar, aquí en Madrid, la resistencia ante esta antipolítica basada en despreciar e insultar a quien piensa diferente. No queremos esto para nuestros hijos, ni para nuestros amigos ni vecinos. Ni para el resto de los españoles.

Viene a mi cabeza un lema que tenía la Comunidad de Madrid y que hoy parece muy lejano: “Madrid, la suma de todos”.

En Madrid nunca sobrará nadie.

Así no, señora Ayuso.

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