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La desconocida política que se enfrentó a los ‘hombres de negro’ y maneja las cuentas de Madrid

Engracia Hidalgo es la actual concejal de Hacienda del Ayuntamiento de Madrid; fue consejera en la región durante ocho años y secretaria de Estado de Empleo con Mariano Rajoy

Engracia Hidalgo, ​concejala de hacienda del Ayuntamiento de Madrid, en un rincón de su despacho el pasado jueves.
Engracia Hidalgo, ​concejala de hacienda del Ayuntamiento de Madrid, en un rincón de su despacho el pasado jueves.Andrea Comas
Manuel Viejo

― ¿Los hombres de negro existían de verdad?

― ¿Cómo que si existían? ¡Claro!

Una mañana soleada de 2012, Engracia Hidalgo recibió en una sala contigua a su despacho del Ministerio de Trabajo de Madrid a ocho hombres enfundados en un traje negro con una corbata y un maletín a juego. Arremangados, este grupo de cirujanos económicos aterrizó en Barajas para intervenir un país. Venían de la Unión Europea para cantar las cuarenta a España. Bruselas en mayúsculas. La crisis económica daba unos zarpazos desgarradores en todos los hogares. La curva de la tasa de paro se disparaba hasta un 26%. “En los hombres de negro había de todo: alemanes, franceses, holandeses… Venían con una actitud durísima”, recuerda Hidalgo, que por aquel entonces ejercía de secretaria de Estado de Empleo en el Gobierno de Mariano Rajoy. En la mesa redonda donde les recibió había unas jarras de agua y algo de café. “Y mientras ellos te decían cuáles eran los puntos que teníamos que cambiar para salir de la crisis, yo trataba de negociar y de poner buena cara y, hombre, algo lográbamos”.

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Engracia Hidalgo (Mérida, 64 años) es la actual concejal de Hacienda del Ayuntamiento de Madrid. Desde 2019 gestiona 5.000 millones de euros al año, el presupuesto de toda una capital del Estado. A este inmenso caudal de dinero también se suman los presupuestos de la Comunidad: otros 20.000 millones. Una circunstancia única en la política española. La presidenta Isabel Díaz Ayuso lleva dos años sin aprobar unos nuevos presupuestos. Con una prórroga que se encamina a su tercer año consecutivo, los actuales los elaboró también Hidalgo, que desde 2015 a 2019 fue consejera de Hacienda de la región. Esta es la historia de la hija de dos empresarios agrícolas extremeños, que se plantó en Madrid con 16 años, que estudió Ciencias Económicas y Empresariales en la Universidad Complutense, que aprobó a la primera las oposiciones de técnica económica de la Administración General para el Ayuntamiento en 1986 y que, 10 años después, se adentró en el Partido Popular de la mano de Esperanza Aguirre:

― ¿Engra, te vienes al ministerio?

No dudó. Hidalgo y Aguirre se conocieron en 1983, cuando la expresidenta madrileña entró como concejal en el Ayuntamiento de Madrid e Hidalgo trabajaba como funcionaria en el área de Hacienda. “No somos amigas”, recuerda ahora la propia Aguirre por teléfono. “Pero es una persona muy eficiente. Nosotras discutíamos mucho porque Engra siempre era partidaria de cuanto más gasto público, mejor”. Más de una docena de políticos de distintos partidos, cuatro presidentes autonómicos de Madrid, asesores y funcionarios de distinto rango de la administración pública consultados, creen que Hidalgo es una rara avis en el PP, que destaca sobre todo por su discreción y por su capacidad negociadora con sus rivales políticos en un mundo de datos económicos. “Es lo mejor que tiene el PP de Madrid”, coinciden en la oposición.

La carrera política de Hidalgo comenzó en 1996 como directora general de programación económica y control presupuestario del entonces Ministerio de Educación y Cultura, cuando las transferencias en Educación todavía eran del Estado. Bajo su mandato se construyeron cientos de colegios y se realizaron las obras del Casón del Buen Retiro o la Biblioteca del Archivo de Indias de Sevilla. Sin embargo, la parte más laboriosa de aquella etapa, según un miembro de aquel equipo, fue el momento de transferir la competencia de Educación a las comunidades autónomas. Hoy, sentada en una mesa redonda de madera de su austero despacho con vistas a la Gran Vía y con el libro El infinito en un junco de Irene Vallejo a su vera, Hidalgo cambiaría una cosa:

— Hizo falta desarrollar unos sistemas más potentes de inspección educativa.

Siete años después de su etapa en el Estado, Aguirre ganó por tercera vez las elecciones en Madrid. Quería que Hidalgo llevara las arcas de la región. “Fui clara”, recuerda la expresidenta: “Al llegar, le dije: ‘Engra, quita el céntimo sanitario de la gasolina [impuesto creado por el anterior presidente Alberto Ruiz Gallardón para ayudar a financiar la sanidad madrileña] y luego ya hablamos”. Y lo quitó. “Es una firme convencida del servicio público”, recuerda otro consejero de aquel equipo. Hidalgo siguió como consejera de la región hasta las Navidades de 2011. Aguirre decidió entonces prescindir de ella en una reducción de consejerías. “Había que recortar gastos”, recuerda la expresidenta, sin más detalles. Hidalgo, ahora, no esconde la palabra corrupción en el PP madrileño: “Es duro que, mientras muchos trabajamos, otros se lo lleven crudo. A quién más daño hace es a quien nos dedicamos a esto, pero también hay que ser firmes en la presunción de inocencia”.

Los secretarios de Estado de Empleo y Seguridad Social, Engracia Hidalgo, durante una presentación de los datos de paro en 2012.
Los secretarios de Estado de Empleo y Seguridad Social, Engracia Hidalgo, durante una presentación de los datos de paro en 2012.Angel Díaz (efe)

Seis meses después, a pocos días de la Nochebuena de 2011, recibió una llamada de Fátima Báñez, recién nombrada ministra de Empleo con Mariano Rajoy. “Ella era de la cuerda de Esperanza [Aguirre] y yo, de la Soraya [Sáenz de Santamaría]”, explica la propia Báñez por teléfono con cierta guasa. Ambas se conocieron durante una ponencia del PP en el Congreso nacional de Valencia de 2008. Uno de los presentes recuerda que fue acto sin mucho trajín mediático porque las miradas estaban puestas en Aguirre y en Rajoy. Aquel coloquio, sin embargo, terminó siendo uno de los pocos encuentros en donde el PP logró un consenso generalizado. Tres años después, Báñez la citó en su despacho del ministerio:

― Quiero contar contigo.

― ¿Estás segura, Fati?

― Rajoy dice que eres un fichaje de cine.

Su acento extremeño comenzó a anunciar cada mes las dramáticas cifras del paro. “Era dolorosísimo”, recuerda Hidalgo. “En un escenario casi de rescate, teníamos que sacar brillo a los pocos recursos que teníamos porque no eran muy numerosos”, apunta Báñez. “Ella llevaba las reuniones con todas las comunidades en medio de una crisis tremenda y, prácticamente, el 99% terminaban en acuerdo. Es más, cuando vinieron los hombres de negro, queríamos mejorar la imagen y ganar la confianza de España como país. Más allá de los datos, la sonrisa permanente de Engra y su capacidad negociadora jugó un papel clave para el Gobierno”.

Tanto es así, que Cristina Cifuentes la llamó el 26 de junio de 2015. Le ofreció la supercartera de la región: Empleo, Hacienda y Economía. Un tres en uno. “En política, la mano derecha del que manda es la vicepresidencia, pero tu mano izquierda siempre será quien lleve la cartera de Hacienda”, recuerda Ángel Garrido, presidente de la Comunidad de Madrid tras la dimisión de Cristina Cifuentes y ya retirado de la política tras su paso por Ciudadanos. “Yo la mantuve como consejera porque era la mejor persona que podría estar ahí. Ella es del PP, pero jamás se ha alineado con nadie. Fue fundamental para sacar los presupuestos que aún están vigentes”. Pedro Rollán, presidente de la región tras la marcha de Garrido, apunta: “Ella rompe el tabú que tienen los responsables de Hacienda. Quería invertir continuamente en gasto público”.

La bancada popular aplaude a Engracia Hidalgo durante la aprobación de los presupuestos 2019, aún vigentes en la región.
La bancada popular aplaude a Engracia Hidalgo durante la aprobación de los presupuestos 2019, aún vigentes en la región.LUIS SEVILLANO

Los actuales presupuestos de Ayuso, prorrogados desde 2019, se aprobaron con el visto bueno de Ciudadanos. “Es una negociadora muy dura”, opina Ignacio Aguado, portavoz de la formación de Inés Arrimadas por aquel entonces y hasta hace unos meses vicepresidente de la región. “Hidalgo es muy leal, cosa que no he visto en otros negociadores del PP. Con ella sacamos los presupuestos de 2016, 2017, 2018 y 2019. Hicimos mucha política útil, como las escuelas infantiles. Eso sí es política de natalidad. Ella siempre cedía en muchas cosas y eso, para mí, es política”.

Antes de las elecciones de 2019, José Luis Martínez-Almeida la llamó una tarde abril. Ella aceptó de inmediato. Quería volver al Ayuntamiento después de casi 30 años. Rodeada siempre de su mismo equipo, todos se sorprendieron cuando el PP recuperó de nuevo la alcaldía de la capital. En Ciudadanos, su socio de Gobierno, creen que es lo mejor que tiene Almeida. “Es la mejor del PP”, dice la vicealcaldesa, Begoña Villacís. “Ella en las negociaciones es muy lista. Siempre, siempre se guarda una baza”.

Un análisis compartido por la oposición. “Es muy hábil”, destaca la edil socialista Enma López. “Es muy de derechas y es buena gestora, la única del PP. Cuando el Ayuntamiento quiere resolver un problema se nota al instante porque meten a Hacienda en el ajo”. Así lo cree Jorge García Castaño, de Más Madrid: “Es de lo mejor del equipo de Almeida. Otra cosa es la política económica que hacen”. José Manuel Calvo, que fue concejal de Urbanismo con Manuela Carmena y ahora forma parte del Grupo Mixto, recuerda una negociación con ella de hace solo unos meses. El concejal popular de Vivienda, Álvaro González, se negaba a dar un fondo de emergencia habitacional para evitar desahucios durante la pandemia. No había acuerdo posible con la oposición. Almeida mandó entonces a Engracia, que apartó a González y dijo: “Esto encaja perfectamente. Se puede hacer y vamos a dar un millón de euros en ayudas”.

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Sobre la firma

Manuel Viejo
Es de la hermosa ciudad de Plasencia (Cáceres). Cubre la información política de Madrid para la sección de Local del periódico. En EL PAÍS firma reportajes y crónicas desde 2014.

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