La doctrina del aburrimiento
Un mural en Ciudad Lineal que homenajea a un amplio espectro de mujeres de logros indiscutibles va a ser borrado por iniciativa de la ultraderecha
Me entero por la prensa de que un mural de Ciudad Lineal que homenajea a un amplio espectro de mujeres cuyos logros son indiscutibles (de Nina Simone hasta Rosa Parks pasando por Frida Kahlo a la escritora Chimamanda Ngozi Adichie), y que hasta hace unos días no le importaba más que a las niñas del barrio que pudiesen encontrar en él muy necesarios referentes, va a ser borrado por iniciativa de la ultraderecha y con la connivencia de los otros dos partidos conservadores del espectro político municipal. La excusa es que “contiene un mensaje político”. El mensaje supuestamente adoctrinador es el siguiente: “Tus habilidades no dependen de tu género”.
Todo esto ocurre la misma semana que en Capital 1 (La Villa y Corte) nos cierran los bares a las nueve, nos imponen el toque de queda a las diez, nos limitan las mesas en terrazas a cuatro y nos prohíben las visitas a los domicilios. Los madrileños sentimos ahora que sobre nuestras cabezas se cierne la misma espada de Damocles que en Capital 2 (La Ciudad Condal) ya sesgó la diversión callejera hace unos cuantos meses. Se suceden entonces las quejas sabihondas que ponen de relieve las paradojas de este carajal organizativo que es la pandemia: “De manera que puedo ir con mi hijo a la terraza de un bar o a un Zara pero no puedo ir a visitar a mi madre”. Sí, Fulanito de tal, sí. Sabemos que llevas muchos días encerrado en casa, que te has visto el catálogo de Netflix entero 12 veces, que te aburres tanto que has empezado a cuestionarte el sentido de la vida y que desde tu cuenta de Twitter arreglarías las cosas de otra manera. Pero resulta que no es tan fácil porque este país sobrevive básicamente gracias al sector servicios, que incluye los bares y las tiendas, motores esenciales de nuestra economía y fuente básica de entretenimiento en nuestras sociedades.
Mientras tanto, el Presidente del Gobierno tuitea a favor del mural con mensajes feministas y el portavoz nacional de la Oposición, para evitar dar una opinión rotunda al respecto, saca a colación a ETA. El asunto acaba llegando al diario británico The Guardian, que desenmascara la tangana sin ambages desde el titular: “Mural que celebra a las mujeres es usado en la guerra cultural española”.
Una mujer llamada Naomi Klein, que no está retratada en el mural de Ciudad Lineal pero que también es muy brillante, nos explicó hace tiempo en su libro más exitoso, La doctrina del shock, que el neoliberalismo ha conseguido realizar sus reformas más regresivas asustando a los ciudadanos con catástrofes y ataques terroristas. Klein puso de relieve el poder del miedo, sin embargo no mencionó la fuerza destructiva del aburrimiento. Un ciudadano mal informado es una amenaza; uno con miedo, un pelele. Pero uno aburrido es todas esas cosas y encima necesita que le diviertan. A ese es al que más fácilmente se engaña con cortinas de humo.
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