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Un monólogo para un trauma doble

El actor de ‘La casa de papel’ Hovik Keuchkerian vuelve a los Teatros Luchana con su texto fetiche: ‘Un obús en el corazón’

El actor Hovik Keuchkerian, en los teatros Luchana de Madrid.
El actor Hovik Keuchkerian, en los teatros Luchana de Madrid.Kike Para

Un Obús en el corazón ha vuelto con toda la fuerza y dedicación del actor Hovik Keuchkerian. Tras los éxitos de las series en las que participa, La casa de papel y Antidisturbios, retoma este monólogo dramático, que ha interpretado en los últimos seis años de manera intermitente en la cartelera madrileña. El texto, que muestra el doble trauma de su protagonista -la guerra y el cáncer de su madre-, está basado en la novela autobiográfica Un obus dans le cœur, del famoso escritor libanés Wadji Mouawad. Santiago Sánchez es el director de la productora L’om imprebis que se ha encargado de traducir y adaptar la obra, que en esta nueva etapa estará todos los viernes en los Teatros Luchana hasta el 29 de enero.

Una de las razones por las que Keuchkerian lleva tantos años ligado a este montaje es porque comparte un pasado similar al de su autor original. Tanto él como Mouawad son procedentes del Líbano y los dos lo tuvieron que abandonar el país por la guerra civil que comenzó en 1975. “Mis padres decidieron marcharse a España. Mi madre es Navarra y acababa de morir Franco, así que se abría un proceso de transición democrática”, cuenta el artista, que se empezó a dedicar a la actuación tras dejar el boxeo profesional. Mouawad se marchó a París con 7 años y finalmente, acabó en Quebec, Canadá. La historia que cuenta ocurre allí, aunque también recuerda al lugar donde nació, que es el que le generó ese trauma bélico que le acompaña en el texto.

“Cuando conoces tus fantasmas se actúa mejor. Es importante conocer tu parte oscura”.
Hovik Keuchkerian, protagonista de 'Un obús en el corazón'

Uno de los temas principales de la obra es cómo el antes influye en el después de nuestras vidas. “Todo sirve para algo. Te das cuenta de que todo lo que has sufrido en tu vida, y todo lo que te hace reír o llorar, te ha marcado”, reflexiona el actor. Las experiencias negativas de su personaje durante la guerra libanesa se trasladan con el tiempo a su forma de relacionarse con los que le rodean, como en la fría conexión que mantiene con su madre. Pero la muerte de ella por un cáncer hace que afloren en el protagonista sentimientos enterrados. “Él siente que su muerte será una liberación ante esa enfermedad, que es muy larga de sufrir”, dice Keuchkerian. Sin embargo, aquí entra el conflicto de la obra, cuando se enfrenta a sus miedos. “En este momento ve a su madre de nuevo. Mouawad se rompe y le dice todas las palabras que tenía en su interior. De ahí nace el mensaje. Tienes que pelear para ganar y enfrentarte a los miedos” defiende el actor libanés.

A pesar de la dureza de los temas que trata, Keuchkerian cree que este monólogo puede aportar mucho a esta situación que vivimos. “Es un rayo de luz, porque cuando conoces tus fantasmas se actúa mejor. Es importante conocer tu parte oscura”. Entiende que haya gente que no quiera atender ciertas reflexiones porque la humanidad vive en una zona de confort. “Estamos preparados para escuchar, pero no queremos. Se nos olvida que el dolor es parte de la vida y es importante conocerlo para estar preparados”. Sin embargo, el actor tiene una visión negativa del mundo, al que considera ya inmerso en una Tercera Guerra Mundial. “No vamos hacia ningún lado y todos barren para ellos. La gente se queda sin trabajo, las colas del hambre son muy largas y la gente que toma decisiones está a la gresca sin hacer nada”, indica.

Una vez los espectadores están sentados, el escenario se difumina al negro y los focos empiezan a encenderse para dar entrada a Keuchkerian. La iluminación es uno de los recursos más importantes de la obra, porque marca la temporalidad del relato y guía al espectador. “Sirve para generar la atmósfera y trasladarte a la escena. Estaría bien poder jugar más con las luces. Que esté en el escenario y solo se me vea la cara en algún momento, daría mucha más fuerza a la obra”.

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El actor lleva bien la fama desde su casa en Alpedrete. “Me gusta la tranquilidad y no me dejo ver mucho, por eso no tengo redes sociales. Yo no he cambiado, al que le guste como soy bien y si no pues te fastidias”. La obra la empezó a interpretar en el 2014, pero la interrumpió por otros trabajos que surgieron, como la película de Hollywood Assassin’s Creed o la mencionada serie La casa de papel, donde interpreta a uno de los ladrones, Bogotá. “Un obús en el corazón es una obra mochila. Mientras pueda hacerla, la haré aunque sea con parones”, dice Keuchkerian. Y añade que su objetivo es ampliar la gira que hizo en América Latina y “llevarla hasta la Gran Manzana de Nueva York”. Para ello, opina, necesitaría adquirir más nombre internacionalmente a través de la serie de Netflix. Y es que, ya ha empezado a notar un cambio en su público por la fama. “Vienen chavales jóvenes que no tienen pinta de ir mucho al teatro y que vienen a reírse y ver a Bogotá y acaban atornillados a sus butacas” declara el actor.

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