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Aumentan las solicitudes a colegios mayores de Ciudad Universitaria y Moncloa

La prevención en los centros y la imposibilidad de buscar piso han provocado que los centros llenen sus plazas antes de lo previsto

Colegio mayor Loyola de Madrid.
Colegio mayor Loyola de Madrid. Alvaro Garcia. (EL PAÍS)

Los colegios mayores en Ciudad Universitaria y Moncloa, zonas donde se concentra la mayoría, ya tienen prácticamente todas sus habitaciones completas. Desde la primera semana de junio, se han llenado el 90% de las plazas disponibles en los 39 centros de la Asociación de Colegios Mayores de Madrid. Las que quedan libres se enfocan principalmente a los estudiantes que lleguen del extranjero. Y eso que el elevado número de contagios en Madrid y la marcha de los estudiantes a sus provincias en marzo provocaron cierta intraquilidad en el sector. Gabriel Beltrán, presidente de la Asociación de Colegios Mayores de Madrid y director del Colegio Mayor Alcalá, asegura que prácticamente todos los centros de esta zona de la capital han experimentado una mayor demanda. La pandemia ha modificado los hábitos. “Las familias”, explica Beltrán, “sienten que con la que está cayendo un colegio mayor les dará mayor protección que si están en un piso”.

“Nos ha sorprendido, teníamos miedo de que bajaran [las peticiones de plaza] por la crisis económica y por el miedo a los desplazamientos”, añade José Manuel Burgueño, director del Colegio Mayor Loyola, en el que residen algo más de 200 jóvenes y que ha tenido un aumento de peticiones de un 20%, un total de 300. El cambio, por ahora, ya es un hecho. En años anteriores por estas fechas muchos colegios se quedaron con habitaciones vacías, y así se quedaron durante todo el curso, asegura Beltrán, director también del Colegio Mayor Alcalá.

“Un 20% de los colegiales que tenían planeado irse antes de la pandemia se han quedado, no sólo por no poder buscar piso, sino porque muchos Erasmus o cursos en el extranjero se han suspendido”
Gabriel Beltrán, director del Colegio Mayor Alcalá

Juan Muñoz, director del Colegio Mayor Chaminade, con casi 300 jóvenes, apunta a lo mismo que Beltrán. “Las familias han confiado en que los colegios han hecho las cosas bien”. En el chami, como los alumnos llaman de una manera coloquial al colegio, no han subido las solicitudes pero se han mantenido en casi las 500 que ya tenían otros años, a pesar de que el director también esperaba una bajada. Para Beltrán, la rápida asignación del total de las plazas tiene una causa más práctica: los estudiantes no han podido buscar piso y por tanto marcharse del colegio, como pasa otros años, por lo que la oferta para nuevos estudiantes era menor. “Un 20% de los colegiales que tenían planeado irse antes de la pandemia se han quedado, no solo por no poder buscar piso, sino porque muchos Erasmus o cursos en el extranjero se han suspendido”, aclara.

Los colegios se han preocupado en prepararse el nuevo curso para que no vuelva a suceder una nueva desbandada. En marzo, los edificios se quedaron vacíos, lo que ha supuesto un golpe económico para sus cuentas, ya que en el 80% de los colegios de España no cobró lo que correspondía a esos meses. Para evitar una sangría similar, el Consejo de Colegios Mayores de España ha elaborado una guía en la que ha marcado las medidas que se deberán tomar: desinfección de zonas comunes, aprovisionamiento de guantes, mascarillas, pantallas y geles hidroalcohólicos y aforo limitado al 75%.

Si un colegial presenta síntomas debe permanecer en su habitación y un trabajador con un EPI le llevará la comida y le desinfectará el cuarto, según recoge la guía. También se han establecido tramos para entrar al comedor: varios turnos de entre 40 y 60 personas para que se concentre el menor número de personas posible. En el Chaminade, incluso, intentarán que los estudiantes coman siempre con el mismo grupo de personas. También ampliarán la red de Internet para poder afrontar que decenas de estudiantes se conecten a la vez a clases online.

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Esta guía le llegó a Irene García, pamplonica de 19 años que empezará su carrera de Enfermería en el chami. “Me da la sensación de que sí están preparados”, cuenta al teléfono, “yo no quería irme a un piso porque no me quiero perder esa parte social y cultural de la vida de estudiante”. Todas las medidas adoptadas por los colegios están destinados a que no se repita lo que ocurrió en marzo. No obstante, si se suspenden las clases y se decreta de nuevo el estado de alarma, será difícil que el nuevo hogar de los jóvenes prevalezca sobre la casa paterna. Al menos en el caso de García: “Si es una cuarentena de una semana me quedo en el colegio, si es más largo, me vuelvo a Pamplona”.

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