Procesado un hostelero por un doble asesinato en un supermercado hace 27 años
La cajera Elena López y el reponedor Esteban Carballedo murieron tiroteados el 30 de abril de 1994 en un atraco al centro mayorista Cash Record de Lugo. Es el caso abierto más antiguo de España
Este es uno de esos casos judiciales en los que casi todo el mérito hay que apuntárselo a las familias de las víctimas, la cajera Elena López y el reponedor Esteban Carballedo. Si no hubiera sido por su tesón, el llamado “doble crimen del Cash Record” hace tiempo que hubiera sido historia. De hecho, permaneció archivado casi una década, hasta que en 2010 la hermana de la asesinada se encadenó ante los juzgados de Lugo y presionó para que se reabriese. La muerte a tiros durante un atraco, el 30 de abril de 1994, de estos dos empleados del establecimiento mayorista del polígono industrial de la ciudad gallega es hoy la causa abierta más antigua de España. Así lo explica el abogado de las familias, Gerardo Pardo de Vera, que ha logrado hilvanar prórrogas durante años hasta que, al fin, la titular del juzgado de Primera Instancia 1 de Lugo ha dictado auto de procesamiento contra el que desde los inicios fue el único sospechoso.
M.J.V.C, un hostelero de origen gallego y nacido en Barakaldo que en aquellos tiempos regentaba un local relacionado con el tráfico de drogas, ha sido citado por la juez el próximo día 13. Solo otra vez había declarado por esta causa, en 1996. Dijo no saber nada del asunto y acabó marchándose a vivir a Burgos. Ahora, además, deberá depositar una fianza de 407.945 euros, y dependerá de la fiscalía, hasta ahora no especialmente activa, y de la Audiencia Provincial de Lugo que el hombre acabe sentándose en el banquillo de los acusados.
Distintos agentes de la policía nacional relacionados con el caso han reconocido en el juzgado que M.J.V.C. fue “siempre” el sospechoso. Pero la causa se estancó rápidamente por un cúmulo de torpezas e inexplicables lagunas en las pesquisas y la documentación. Aquel sábado de primavera de 1994 a última hora de la tarde, un momento en el que nunca había clientes en el almacén mayorista del polígono de O Ceao, Isabel López, la hermana de Elena, descubrió los cadáveres cuando entró en el Cash Record con su padre y su marido. Las víctimas no habían tenido tiempo ni de intentar protegerse ante un asesino (o asesinos) que supuestamente era una persona de cierta confianza en el establecimiento y pidió entrar a comprar cuando ya habían cerrado y enviado la relación de clientes a la central en A Coruña.
Esteban Carballedo apareció muerto de un disparo ante la televisión que estaba encendida, y con la que se entretenía mientras esperaba a que llegase la hora de marchar a casa. Elena yacía ante la caja registradora, el lugar donde seguramente recibió al cliente habitual que perpetró el atraco. M.J.V.C. compraba en aquel supermercado los productos que servía en su local de Lugo. Según recoge el extenso auto de procesamiento que firma la jueza Carmen López, normalmente el hostelero iba por la semana, pero recientemente había empezado a acudir a Cash Record los sábados.
Esteban Carballedo tenía 26 años. Elena, madre de dos niños, 32 años. El delito de asesinato que se investiga (junto a los de tenencia ilícita de armas y robo con violencia) no ha expirado a los 20 años porque el tiempo para de contar en aquellos momentos en que, como en este caso, la causa se dirige contra el sospechoso. Durante los 27 años transcurridos, el juzgado ha dictado algunas diligencias que ayudaron a suspender la cuenta atrás de la prescripción del delito, como cuando en 2013 ordenó a la policía pincharle los teléfonos, una investigación que no dio los frutos esperados. De la caja fuerte del establecimiento, que estaba abierta porque era la hora en la que se hacía el arqueo, la persona que mató a Elena y Esteban se llevó 3.777.026 pesetas (22.700 euros) y talones por importe de 542.159 (3.258 euros)
La pistola de nueve milímetros parabellum utilizada nunca apareció. Las dos víctimas presentaban sendos disparos en la cabeza, efectuados de muy cerca, y un tercer proyectil había rebotado en un bote de una estantería. Balística pudo determinar que el arma empleada era un modelo equiparable a los de la propia policía. Tras una redada por tráfico de estupefacientes en el negocio del hombre que ahora ha sido procesado, un cliente toxicómano (ya fallecido) declaró que el hostelero le había llevado en coche una vez a la puerta del supermercado y le había puesto una nueve milímetros en la mano. Según su testimonio, le propuso atracar el Cash Record un sábado por la tarde, porque a esa hora solo estaba la cajera, pero él no quiso participar.
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