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Prisión sin fianza para el presunto asesino de una mujer de 33 años en Oza-Cesuras

La juez dicta orden de alejamiento para proteger al marido y el hijo de la fallecida en caso de que el hombre que le disparó en la nuca quede en libertad

Un coche de la Guardia Civil en los aledaños del Complexo Hospitalario de A Coruña esta mañana.
Un coche de la Guardia Civil en los aledaños del Complexo Hospitalario de A Coruña esta mañana.Cabalar (EFE)

El Juzgado de Instrucción número 2 de Betanzos ha acordado prisión provisional comunicada y sin fianza para el detenido por el crimen de Oza-Cesuras, A. S. P., un vecino de Culleredo (A Coruña), de 51 años. Lo hace investigado por los delitos de asesinato, no homicidio, y tenencia ilícita de armas, ya que no tenía licencia y la pistola con la que disparó a la víctima, Cristina N. T., no era de su propiedad. Así lo ha informado el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) después de que este martes al mediodía pasase a disposición judicial. El arrestado declaró por videconferencia, ya que sigue ingresado en el Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) desde el viernes pasado, cuando tuvo lugar el crimen.

Para el caso de que llegue a ser puesto en libertad, la juez ha acordado también una orden de alejamiento con respecto al marido y el hijo de la víctima, una mujer de 33 años que conocía al presunto autor de los hechos. A.S.P. se presentó el pasado viernes al caer la tarde en casa de Cristina N.T. Iba pertrechado de una larga cadena, grilletes, munición y la pistola que no era suya. Hacia las siete menos diez de la tarde, los vecinos de Vilar de Costoia (Porzomillos, Oza-Cesuras) oyeron gritar a la mujer, y solo 15 minutos después la Guardia Civil de A Coruña recibía una llamada del 112. Un hombre había telefoneado al servicio de emergencias pidiendo ayuda. Alertados por los gritos los vecinos habían entrado en la propiedad y habían descubierto el cuerpo de la víctima en medio de “un gran charco de sangre”.

Cristina N.T. no murió de un golpe en la cabeza, como creyeron al principio las personas que hallaron el cadáver, sino de un disparo en la parte posterior del cráneo, tal y como confirmó el forense aquella noche. Y lo que en principio se empezó a investigar como el homicidio derivado de un robo es ahora un presunto ajuste de cuentas, la principal hipótesis de los investigadores. La Guardia Civil confirmó ayer que la victima y su verdugo se conocían. El viernes, cuando fue localizado en unos matorrales por los guardias civiles que acudieron a la llamada del 112, el presunto asesino sufrió un amago de infarto y durante la huida se había lesionado en un pie.

El vecino que avisó a Emergencias facilitó también la captura del agresor. El hombre contó que había visto salir de la vivienda “de forma apresurada” a “un varón de complexión gruesa con un chaleco reflectante”. El individuo había escapado saltando la verja de la finca y había desaparecido “cojeando” por un sendero cercano. La búsqueda de los agentes no se alargó más allá de los 10 minutos porque al fugitivo le costaba andar, tenía la ropa manchada de sangre, pero había tenido tiempo de ocultar la pistola y los demás objetos, incluido el chaleco fluorescente.

Según explicaba ayer el Instituto Armado en un comunicado, “en un primer momento” el supuesto asesino “intentó despistar a los agentes indicando que se encontraba paseando por la zona y se había lesionado un pie”. Pero cuando los miembros de la patrulla le preguntaron si tenía algo que ver con el fallecimiento de la mujer, “entró en parada cardiorespiratoria”. A.S.P. fue reanimado en el lugar por el equipo del 061 que había acudido a la llamada de socorro de los vecinos y fue llevado en ambulancia, ya detenido y custodiado.

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