Valencia se salva de la segunda dana tras pasar una noche completamente paralizada por la alerta roja
La actividad regresa después de unas horas en las que la ciudad quedó vacía a raíz de unas directrices estrictas de la Generalitat que contrastan con las de hace dos semanas
Valencia ha recuperado este jueves el pulso, después de que se rebajara el nivel de aviso meteorológico, de rojo (el máximo) a naranja (el segundo en una escala de tres), y después a amarillo para finalmente desactivarse por la tarde. Incluso ha salido el sol. La noche anterior, los ciudadanos mostraron rigor en el cumplimiento de las precauciones, ante el peligro extremo de lluvias torrenciales que llevó a la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) a establecer ese aviso rojo, entre otras poblaciones, en la capital y en la comarca de l’HortaSur, la más afectada por la dana anterior, la del 29 de octubre. La catástrofe natural que ha causado al menos 216 muertos en la provincia está anclada en la memoria.
El cumplimiento de las recomendaciones recogidas en los avisos que envió a los móviles Protección Civil de la Generalitat —restricciones a los desplazamientos y peticiones de quedarse en casa— fue tal que las calles de Valencia estaban desiertas a partir de las nueve de la noche de ayer, hora en la que comenzaba el aviso de la Aemet. Recordaban al periodo del confinamiento por la pandemia del coronavirus en marzo de 2020 y contrastaban con la reacción de hace apenas dos semanas. El bullicioso centro histórico de la ciudad de 800.000 habitantes estaba prácticamente vacío ya a media tarde del miércoles, ante la inminencia de la nueva dana. Por la noche había algunos locales abiertos, unos pocos, y algunos transeúntes con aspecto de turistas en su mayoría. También se veía a algún vecino paseando al perro. Pero apenas había vida en las calles.
Por la mañana la situación ha sido muy distinta. No llovió, finalmente, con la intensidad que se anunciaba, al menos en Valencia capital y su área metropolitana, aunque se produjeron algunos incidentes. La ciudad ha empezado el día con mucho menos movimiento de lo normal, pero se ha ido animando. Los colegios e institutos estaban cerrados y muchos establecimientos también habían decidido no abrir hasta las 14.00, como los supermercados Consum o Mercadona, pero finalmente las cadenas ha anunciado la apertura paulatina de sus establecimientos, una vez rebajada la alarma, al igual que ha ido haciendo la gran mayoría de comercios. Una orden de la Consejería de Justicia restringió los movimientos de vehículos privados desde el miércoles por la tarde, si bien se incluía una lista de excepciones, como el cuidado de menores y personas dependientes. A mediodía, el Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi) levantó la orden de restricción.
Escuelas e institutos reabrirán este viernes ―salvo en las pedanías de La Torre y Forn d’Alcedo― después de dos días sin clase, algo que también sucederá en el medio centenar de municipios de la provincia que habían decretado el cierre de las escuelas. La excepción son las zonas más afectadas por la primera dana, donde más de 50 colegios e institutos permanecen cerrados. También ha retomado la actividad normal el transporte público, incluido el AVE entre Valencia y Madrid, las bibliotecas, las instalaciones deportivas y los museos de la ciudad.
“Para nosotros está siendo un mal día. Porque mucha gente se ha quedado en casa y están trabajando desde allí, y no hay colegios, que siempre nos da muchos servicios. Me recuerda a la pandemia, aunque no tan fuerte”, comentaba en la mañana de este jueves el taxista José Fernández, de 47 años, antes de recoger en la parada de la avenida del Puerto a Yolanda Muñoz, de 50 años. “Tengo que ir al centro de salud sí o sí para renovar una baja”, explicaba la mujer. El puerto de Valencia se reabrió al tráfico marítimo.
El temor en las poblaciones más afectadas por la dana, no obstante, es difícil de mitigar, tras la tragedia que sufrieron hace poco más de dos semanas. Tras una noche de lluvias, aunque no tan intensas como se preveía, los vecinos de Paiporta cuentan que el miércoles el barranco del Poyo bajaba con muy poca agua, un hilo fino. Ahora el caudal es más alto y las corrientes se mueven. “Fueron 20 minutos intensos y luego llovió levemente. Creo que no ha caído lo que se predijo. El barranco trae ahora lo que ha traído siempre, lo normal tras unas lluvias fuertes”, señala Manuel Tarazona, de 53 años, informa Manuel Viejo. Tarazona echa una mano en un punto de ayuda para los vecinos. Lo que era antes una tienda de perfumes es hoy un punto de reparto de comidas. Este jueves tienen ya macarrones. “Esto está buenísimo”, dice una vecina.
Las 30 toneladas de sacos de arena que el Ayuntamiento de Aldaia colocó ayer, de manera preventiva, para que actuaran de dique de contención en las calles próximas al barranco de la Saleta han evitado daños materiales en la localidad de l’Horta Sud. “Han sido fundamentales”, ha remarcado el alcalde, Guillermo Luján. Las precipitaciones han sido intensas en esta localidad en diferentes horas de la noche, y han llegado a desbordar el cunetón del barranco del Poyo, por donde a esta hora sigue llegando agua.
La vida política también ha amanecido adormecida tras el retraso al viernes del pleno en el que Carlos Mazón, presidente de la Generalitat, tiene previsto dar explicaciones de su polémica gestión de la dana. Ese pleno estaba agendado para el jueves, pero se pospuso un día por el nuevo aviso rojo. La Aemet solo ha emitido una media de dos avisos rojos anuales en la Comunidad Valenciana desde hace ocho años, avisos como el que lanzó el pasado 29 de octubre o el de ayer, 13 de noviembre.
La tormenta que en las últimas horas ha recorrido todo el litoral de la provincia de Valencia de norte a sur, desde Cullera a Oliva, con intensidad torrencial, se ha disipado en El Verger y Les Marines de Dénia (Alicante), de manera que a las 8:15 de este jueves ya no hay tormenta. La Aemet ha indicado que la intensidad de estas lluvias en el litoral de Valencia ha sido torrencial y ha dejado acumulados durante la madrugada como los 94,4 litros por metro cuadrado en menos de dos horas en Cullera. En esta ciudad ha inundado algunas calles y ha entrado en un pabellón, pero no ha habido daños personales. Desde Cullera, la tormenta se ha ido trasladando hacia el sur en paralelo a la costa de la comarca de La Safor, donde ha dejado acumulados de 62 litros por metro cuadrado en Miramar (casi todos en una hora), 59,4 en Piles o 78,8 en la Playa de Miramar, acompañados de muchos rayos. Son registros, en cualquier caso, muy inferiores a los detectados durante la dana del 29 de octubre.
Además, el área industrial de El Oliveral de Riba-roja de Túria (Valencia), la pequeña pedanía que lleva el mismo nombre y la urbanización La Reva han vuelto a anegarse al desbordarse durante la noche el barranco del Pozalet, que ha obligado a evacuar a dos familias y varios trabajadores y ha dejado un “impacto importante” en el polígono, según ha explicado el alcalde del municipio, Robert Raga.
Este municipio del Camp del Túria seguía trabajando en recuperar la normalidad tras la DANA de hace dos semanas, cuando un nuevo temporal le ha vuelto a afectar, en un momento en el que su alcantarillado ya estaba embozado por el lodo. Al activarse la alerta roja, las máquinas pararon los trabajos de retirada de fango y durante la noche el agua volvió a acumularse en algunos puntos.
En palabras del alcalde, “una lengua de la dana ha cogido la zona sur de Riba-roja, donde están las áreas industriales, la pedanía de El Oliveral y la urbanización La Reva. Han caído entre 90 a 100 litros” en un momento en el que, tras la otra DANA, “los sumideros no recogen el agua porque están embozados del fango, y se ha encharcado todo.
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