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El PP señala al Botànic como responsable del litigio por el grado de Medicina en Alicante y la rectora defiende el derecho a pedir títulos

El consejero de Educación culpa al gobierno progresista de autorizar la implantación de los estudios con un decreto “plagado de errores”

El consejero de Educación, José Antonio Rovira, durante su intervención el acto de solemne apertura del curso académico en la Universidad de Alicante.
El consejero de Educación, José Antonio Rovira, durante su intervención el acto de solemne apertura del curso académico en la Universidad de Alicante.MORELL (EFE)
Rafa Burgos

La apertura del año académico en la Universidad de Alicante (UA) no podía tener otro protagonista que el grado de Medicina. Y ante la ausencia del presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, ha sido el consejero de Educación, Cultura y Universidades, José Antonio Rovira, quien ha llevado al terreno político el contencioso por la implantación de este título, actualmente pendiente de sentencia tras una demanda en contra interpuesta por la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH). Para Rovira, fue el anterior gobierno autonómico, el Botànic, quien autorizó un grado “plagado de errores” y con “graves irregularidades”. En el tono tenso pero contenido que utiliza desde que el Consell detonó este asunto, la rectora de la entidad académica alicantina, Amparo Navarro, le ha replicado con la defensa del “derecho legítimo a solicitar un título de grado, a formar convenios con instituciones públicas y privadas para las prácticas de nuestros estudiantes y a promover planes de estudios y modelos académicos que se atengan a cada universidad y refuercen una sana y leal competencia”.

La apertura del último curso de la primera legislatura de Navarro como rectora, que se presenta a la reelección en los próximos comicios de diciembre, venía marcada por el litigio de Medicina. Tras conseguir todos los avales pertinentes para la implantación del grado, tanto de la Generalitat como de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (Aneca), que es la que valida las titulaciones universitarias en España, la UA se tuvo que personar en una demanda interpuesta por la UMH. El campus ilicitano llevó a los tribunales a la Generalitat por presuntos defectos de forma del decreto que validó el grado de medicina en la UA. El pasado 2 de agosto, en plena temporada inhábil para las universidades, Rovira anunció que el gobierno autonómico se allanaba de la demanda, es decir, que se retiraba del pleito dando tácitamente la razón al demandante. La continuidad de los estudios de 172 alumnos repartidos entre dos cursos depende del fallo del tribunal.

En ese contexto, Rovira subió al estrado del Paraninfo con el punto de mira apuntando hacia el Botànic. Para él, el Consell liderado por el socialista Ximo Puig “hizo un flaco favor autorizando el grado [de Medicina] en la manera en que lo hizo, sin garantía económica ni de prácticas en hospitales universitarios, que es lo más grave”. El consejero popular argumentó que la validación del anterior gobierno valenciano excluyó las prácticas en los hospitales de Alicante, Elche y Sant Joan y que solo facilitaba el acceso de los alumnos en centros privados o concertados de la provincia, carentes de la condición de universitarios. También señaló que el decreto de implantación carecía del informe de Sanidad sobre la adecuación de centros y de una memoria económica que reflejara el aumento de gasto achacable a un grado como el de Medicina

La única salida a la situación es el mantra con el que Mazón y Rovira bombardean a la rectora desde el pasado mes de marzo, según declaró ella misma el pasado martes: un acuerdo entre las dos universidades públicas alicantinas para la creación de un “importante campus interuniversitario” dedicado a las ciencias de la salud en la que ambos campus aunarían esfuerzos y expedirían títulos académicos. Una propuesta que aún no tiene contenido ni presupuesto, tal como adelantó también la rectora, pero que, a juicio del titular de la cartera autonómica de Universidades, se convertiría en una referencia nacional e internacional.

Navarro ha encarado su “discurso más difícil”, según ha reconocido, sin más alusión al cariz político de la contienda que la de reprochar “una inseguridad jurídica de esta magnitud” al Consell de Mazón, a quien ha reclamado que “recapacite, rectifique y garantice el grado de Medicina”. “Mientras se debate si la UA puede tener Medicina, se abren facultades públicas en Jaén, Almería, Huelva, Islas Baleares, Ciudad Real y Albacete”, ha desgranado, “en la Comunidad de Madrid hay cinco facultades de medicina públicas y en Barcelona, dos”. Y, subraya, “no se ha oído a nadie decir que debía cerrar alguna o que los alumnos no pudieran cursar sus prácticas”.

Para definir el cambio de postura del gobierno autonómico respecto a la demanda de la UMH, Amparo Navarro ha dejado caer una sutil, en todos los sentidos, cita a la Elegía a Ramón Sijé de Miguel Hernández, el poreta que da nombre a su campus antagonista. Para ella, abandonar la demanda ha sido “un manotazo duro, un golpe helado”. En el resto de su discurso, la rectora alicantina ha preferido centrarse en la defensa de su institución, de sus alumnos y de su profesorado, con el respaldo del consejo de gobierno obtenido el martes de forma unánime.

El grado de Medicina “es nuevo y no lo es, porque 15 promociones de médicos ya se licenciaron en la UA” antes de que el Consell de Zaplana segregara estos estudios del campus de San Vicente para abrir la UMH. A su juicio, esta titulación “no causa perjuicio ni daño colateral alguno”, sino que con él “crece la UA y crecemos todos”. Navarro, catedrática de Derecho, ha reivindicado el derecho de la entidad que preside a defenderse y “a defender el respeto a una decisión judicial de un proceso que no iniciamos”. “Lo importante es saber si la sociedad alicantina quiere o no” el grado de Medicina “y si está legitimada para hacerlo”, ha dicho. “Lo demás es puro tecnicismo jurídico”. La mejora de la salud pública convierte a la titulación en litigio, en su opinión, en “transversal a todo lo que se enseña e investiga” en la UA, por lo que considera que Alicante “no necesita más estructuras que ni siquiera están contempladas en la ley”, en referencia al campus interuniversitario propuesto por el PP, “ni más centros de posgrado subvencionados ni más institutos temáticos de investigación ni más organismos del sector público para gestionar convocatorias”. La provincia debe “aprovechar lo que las generaciones anteriores invirtieron en las dos universidades de todos, manteniendo lo que ya tienen y mejorándolo”. Como colofón, ha sentenciado que “para compartir, hay que ser más que uno”.

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