El nuevo bus entre Alcoi y Valencia indigna a los usuarios, que activan servicios de coches compartidos
Los alcaldes de Alcoi, Ibi, Cocentaina y Muro se quejarán al Consell por el aumento en la duración del trayecto al pasar por Gandia y la supresión de paradas en el centro urbano valenciano
Teresa padece una enfermedad de la vista que le obliga a visitar una vez al mes una clínica en Valencia para someterse a revisión. Además, su hija vive en la capital autonómica y “viaja con frecuencia para verla y ayudarle en lo que necesite”. Su deficiencia visual, sin embargo, le impide conducir, salvo en tramos cortos, como los siete kilómetros que unen Cocentaina (Alicante, 11.309 habitantes), su pueblo, con Alcoi (59.493 habitantes), “y siempre de día, de noche no puedo”. Hasta ahora, solía coger el autobús que unía Alcoi con Valencia. Pero la empresa gestora de esta línea ha cambiado.
La nueva concesionaria, Alsa, ha modificado el trayecto, que duraba hora y media y ahora suma otra hora más. Ha suprimido las paradas del Hospital La Fe y de la Plaza de España, en pleno centro de València. Y ha recortado la frecuencia de autobuses. “No voy a volver a usarlo”, avanza Teresa, que prefiere “ir en taxi hasta Xàtiva y, allí, coger el tren”. O viajar en coche compartido, como ya están planeando. La modificación del transporte público en las comarcas de l’Alcoià y El Comtat ha puesto en pie de guerra a los usuarios. Y los alcaldes de las cuatro ciudades más afectadas, Alcoy, Cocentaina, Ibi (23.920 habitantes) y Muro (9.253) ya se han reunido para tratar de que la Generalitat obligue a Alsa a dejar las cosas como estaban.
La línea interurbana que gestionaba Travicoi salía de Alcoy, pasaba por el centro de Cocentaina y Muro, cruzaba el túnel de l’Olleria, se dirigía a València y tenía tres paradas en la capital: La Fe, la estación del AVE Joaquín Sorolla y el centro urbano, con acceso directo a Metro. Hora y media en total, según el tráfico. Si se llenaba el autocar en Alcoy, daban servicio a contestanos y mureros con otro de reserva. Ahora, con Alsa, ha cambiado el itinerario, se desvía a Gandía, que está en la costa, y se dirige directamente a la estación de autobuses valenciana, sin más paradas, que es la queja más recurrente. Más de dos horas y media de trayecto. Sin posibilidad de autobús de reserva. Con menor frecuencia. Y sin que preste el servicio que necesitan los trabajadores sanitarios, los pacientes de La Fe y todo aquel que se mueva por el centro y el área metropolitana de València en la red de Cercanías. Así lo cuenta Regina, otra usuaria contestana que no volverá a subirse al autobús.
El servicio de tren entre Alcoy y Valencia también es muy deficitario. Hay algunos trayectos directos, pero generalmente hay que hacer trasbordo en Xàtiva y el viaje se alarga mas de dos horas. Además, el apeadero de Cocentaina está apartado del casco urbano y tiene difícil accesibilidad. El Gobierno va a inyectar 120 millones de euros en la mejora de la línea, con lo que el servicio quedará anulado mientras duren las obras. Una vez adecuada la vía al ancho europeo, no se prevé que el trayecto baje de las dos horas.
Regina es funcionaria de la administración en Valencia. Tampoco conduce y es la cuidadora principal de su madre, nonagenaria. Ocasionalmente puede teletrabajar, no todos los días. “Tengo suerte y mi puesto de trabajo me permite cierta flexibilidad horaria”, con lo que podría adaptarse a las nuevas prestaciones de la línea de autobuses. Pero considera que el cambio “ha dejado a la gente muy tocada”, por lo que se ha activado para que la consejería de Medio Ambiente, Agua, Infraestructuras y Territorio, de la que depende el transporte público autonómico, fuerce a la concesionaria a modificar las condiciones del contrato. Regina participa “en un grupo de whatsapp que une a gente que viaja con frecuencia a Valencia en coche compartido”, principalmente estudiantes, “y que ya cuenta con 928 personas”. También consulta en Facebook, donde existe un grupo similar con 2.341 seguidores. Y, junto a otros damnificados, está llevando su reivindicación a asociaciones locales, ayuntamientos y a cualquiera que les pueda ayudar. “Hay demanda, hay necesidad”, subraya. “Hay mucha gente mayor que va al médico y no se maneja bien en una ciudad como València”, continúa. “Se habla mucho de la España vaciada, pero aquí, en cuestión de transporte público, estamos igual”, sentencia.
El malestar ciudadano ha llegado a las alcaldías del área afectada. Toni Francés (Alcoy), Sergio Carrasco (Ibi), Jordi Pla (Cocentaina) y Vicent Molina (Muro) se reunieron el pasado miércoles para abordar la situación. A juicio de Pla, el cambio de la concesión ya empezó con mal pie. “No se hizo publicidad alguna, no se avisó, a nosotros nos lo notificaron el mismo día y nos remitieron a la web de Alsa”, recuerda. La situación, que define como “kafkiana”, provocó que “gente que no se enteró de los nuevos horarios se quedara esperando un autobús que no iba a pasar”. Y de esa forma comenzaron las llamadas de protesta. “Ningún asunto ha generado tanta controversia” en su ciudad. El alcalde de Cocentaina propone una modificación de contrato, amparada por la ley autonómica. “Lo más urgente es la recuperación de las paradas de València, eso es irrenunciable”, comenta.
La misma opinión defiende el alcalde alcoyano, que se reunirá el próximo lunes con el director general de Transportes y Logística de la Generalitat, Manuel Ríos. “Le plantearé que deben corregir los errores cometidos con la puesta en marcha de la nueva concesión, que perjudican el servicio”, adelanta Francés. El de las paradas suprimidas, también en el casco urbano alcoyano, y, entre otros, el de “la recuperación de los bonos de viaje de la anterior compañía”, que quedaron anulados con la llegada de Alsa. “Esta comarca siempre ha estado muy aislada”, indica Francés, y “esta ha sido la gota que ha colmado el vaso de la población”. “Se ha hecho mucho esfuerzo en el transporte radial”, añade por su parte Molina, “pero no en el transversal”. Para el primer edil de Muro, “deberían unirse bien las capitales de comarca para favorecer el uso de transporte público y la dinamización de los pueblos”. De momento, en cuanto al bus modificado, “pediremos que se optimice el servicio y se ofrezcan buenas franjas horarias de conexión”. También con Ibi, cuyo regidor lamenta que “los usuarios se encontraran de repente con un cambio sin explicación” ni aviso previo. “De la noche a la mañana, vieron un autobús diferente y no sabían qué hacer”, critica.
Desde la consejería de Medio Ambiente, Agua, Infraestructuras y Territorio apuntan que la nueva concesión “se ha hecho en base a informes técnicos que contaron con la participación de los ayuntamientos” y que constataron “que había vínculos entre Alcoi y Gandia que era necesario cubrir”. Aseguran que su dirección general de Transportes “es consciente que los cambios siempre generan molestias a usuarios” pero también “que se está beneficiando a otros ciudadanos”. con el nuevo servicio. No obstante, en la reunión entre Ríos y Francés se abordarán las mejoras necesarias en el servicio”.
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