El insólito viaje hasta un barrio de Valencia de un abeto que encargó Vox en Italia por 11.000 euros
Los socialistas denuncian la forma en que se encargó este ejemplar a la Agencia Valenciana Antifraude porque se saltaron los procedimientos de contratación pública
La compra de un gigantesco abeto, importando de Italia, por encargo del primer teniente de alcalde de Valencia, Juanma Badenas, de Vox, ha acabado en la Agencia Valenciana Antifraude previa denuncia de los socialistas. El gobierno local se ha gastado cerca de 11.000 euros en este ejemplar de casi 11 metros de altura que adornó en Navidad la céntrica plaza de la Reina. Los socialistas han denunciado a la Agencia cómo se hizo el encargo porque, según informes municipales, “prescindiendo total y absolutamente del procedimiento legalmente establecido”. El abeto se ha replantado ahora en el bulevar sur de Valencia, en el barrio de San Marcelino, entre palmeras, jacarandas y braquiquitos, especies comunes en las calles de la ciudad.
El árbol se instaló en la plaza de la Reina de Valencia a principios de diciembre como ornato de Navidad y de sus ramas el Ayuntamiento colgó bolas decorativas con los nombres de los 80 barrios de la ciudad. Juanma Badenas, primer teniente de alcalde y concejal responsable de Parques y Jardines, señaló entonces que la concejalía no quería trabajar con plantas artificiales y prefería “reverdecer” una plaza con tanto cemento, sobre todo, cuando faltaban escasos días para que Valencia se convirtiera en la Capital Verde Europea de 2024.
La concejal socialista Elisa Valía abrió la caja de los truenos cuando preguntó a la coalición de gobierno: “¿Cuál ha sido el coste de la adquisición del ejemplar de abeto y quién sufragará dicho coste (directamente desde el servicio, alguna contrata del Ayuntamiento, u otro)?”. La respuesta llegó con sorpresa incluida. “El coste del mismo, que incluye el suministro, transporte y colocación del macetón asciende a 10.690 euros (con el IVA incluido). Dada la imposibilidad de licitación por este Servicio de Parques y Jardines por la cercanía de la Navidad y la escasez de abetos de las medidas demandadas, la compra se ha efectuado por la contrata de mantenimiento de SAV [Sociedad Agricultores de la Vega], que en breve remitirá la factura al servicio”.
Valía denunció el caso a la Agencia Valenciana Antifraude y accedió a un informe de la Intervención Municipal en el que se describen una serie de infracciones: “El encargo se ha realizado prescindiendo total y absolutamente del procedimiento legalmente establecido (...). En el momento de su realización existía crédito adecuado y suficiente, si bien no fue debidamente autorizado y dispuesto, con omisión de la preceptiva fiscalización previa del gasto y/o intervención del reconocimiento de la obligación”, continua el informe. Y reclamaba: “En la memoria justificativa del gasto efectuado, debería indicarse con mayor precisión la causa por la que no se cumplió el procedimiento de contratación adecuado”.
“Todo un despropósito con el que la alcaldesa María José Catalá da la bienvenida a la Capitalidad Verde Europea”, criticó Valía, que ironizó con que la primera acción fuera mover un árbol de un lado a otro. “El viaje desde Italia y ahora este traslado puede afectar gravemente al ejemplar”, advirtió al tiempo que tildó de “caciquil” el encargo de Badenas.
Más allá del proceso de contratación, la idoneidad del tipo de árbol escogido genera dudas en una ciudad tan calurosa y con tan pocas precipitaciones como Valencia. “No es una especie habitual de nuestro clima. Necesita además un régimen de precipitaciones elevado y suelos ácidos”, explica Enrique Conde, secretario técnico de la Asociación Española de Arboricultura en Valencia a preguntas de este diario. “Pensando que es un árbol cuyo objetivo principal era el ornato por Navidad, si luego se le quiere dar una segunda vida, puede que el esfuerzo que haya que hacer para mantenerlo sea desproporcionado”, apunta el técnico.
Lo de abeto italiano se explica porque proviene de los viveros de Pistoia, un zona de la Toscana italiana conocida a nivel europeo por la producción de plantas. “La especie no es acorde al entorno y probablemente sufra o haya que hacer un esfuerzo desmedido para mantenerlo”, añade Conde en referencia a que estos ejemplares suelen vivir a más de 1.000 metros de altura. Es verdad que las jacarandas, que provienen de Suramérica, o el árbol botella o braquiquito, originario de Australia, que se ven por las calles de Valencia no son especies autóctonas pero viven en climas parecidos al del mediterráneo europeo. Según el técnico, los próximos dos o tres años serán cruciales para que el abeto, originario del Cáucaso, enraíce en los jardines de la capital.
Un trámite “de urgencia”
El primer teniente de alcalde Juanma Badenas, explica que fue una decisión técnica. “Les dije que quería para la plaza de la Reina, con tanto cemento, un abeto para la Navidad. Tanto la calle de la Paz como San Vicente fueron vías muy castigadas por las obras y los comerciantes se merecían un trato especial”, explica el concejal de Vox a este diario. Pidió uno natural “porque estoy en contra de los artificiales ya que para su fabricación se usan combustibles fósiles y luego hay que tirarlos a la basura. Buscaba un árbol que luego se pudiera replantar”.
“Se ha hablado repetidas veces con los técnicos y han dicho que, aunque no son propios ni los más adecuados para nuestro ecosistema, eso no significa que si se cuidan, no puedan estar perfectamente en condiciones. Se le va a tratar con el cuidado que necesita”, subraya Badenas.
De los controles administrativos, insiste en que siguió las recomendaciones de los técnicos y como solo había dos proveedores en toda Europa de este tipo de abetos que pudieran suministrarlo rápidamente, se recurrió al trámite de urgencia.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.