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Albalat dels Tarongers condena los “mensajes de odio, homófobos y xenófobos” del cura del pueblo

El pleno del Ayuntamiento de la pequeña localidad valenciana reprueba por unanimidad los sermones del joven párroco que asegura ser tergiversado a pesar de los testimonios

La alcaldesa, Maite Pérez, y el concejal del PP, Filiberto Prats, ambos sentados, junto con el resto de concejales de Albalat dels Tarongers
La alcaldesa, Maite Pérez, y el concejal del PP, Filiberto Prats, ambos sentados en el centro, junto con el resto de concejales de Albalat dels Tarongers, tras el pleno de este viernes.EL PAÍS
Ferran Bono

Los sermones del joven párroco de Albalat del Tarongers, Vicent Planells, han alterado la tranquila vida de esta pequeña localidad a 34 kilómetros de Valencia. Desde hace meses, sus comentarios críticos sobre los homosexuales, la forma de vestir de las mujeres y de los hombres “que provoca” o cómo el hombre debe imponerse a la mujer han sido comidilla en el pueblo, que tiene 1.200 vecinos censados. Tanto es así que el Ayuntamiento, gobernado por la socialista Maite Pérez, aprobó este viernes en un pleno extraordinario un texto de reprobación y condena de sus palabras con el apoyo unánime de todos los grupos representados: el PSPV-PSOE, el PP, Ciudadanos, Compromís y uno independiente.

Dice el primer párrafo del texto: “Ante las palabras pronunciadas reiteradas veces por el Sr. Cura párroco de Albalat dels Tarongers al pie del altar, y el malestar generado en nuestro pueblo por los continuos ataques a diferentes colectivos vulnerables y oyendo el sentir general del pueblo, en solidaridad con estos colectivos, este ayuntamiento en pleno, no participará en los actos religiosos de nuestra Patrona [la Inmaculada Concepción], ya que no somos partidarios de ningún tipo de discriminación y todo el mundo está llamado a la conversión y es libre y responsable de sus actos”.

“Con esto queremos”, añade la moción, “mostrar nuestro apoyo a todos los feligreses y feligresas de nuestra población que ha decidido dejar de asistir a las misas por los reiterados mensajes de odio que se predican y apoyar a todas las personas y colectivos a los que ha ofendido. Todos los grupos políticos que conformamos el pleno del Ayuntamiento de Albalat queremos mostrar nuestra repulsa y condena a los comentarios homófonos y xenófobos, entre otros, que no caben dentro de nuestro estado de derecho”.

Durante el pleno tomó la palabra el concejal y exalcalde del PP, Filiberto Prats, para manifestar su indignación: “Yo habré ido al 95% de las misas, y las palabras que ha dicho el cura ni se han tergiversado ni se han inventado, han sido textuales; dijo que no bendecía a los homosexuales, ni a las prostitutas, ni a los del botellón, ni a los de la droga... Nunca en mi vida había oído solemnes barbaridades como pegar a una mujer para educarla. No se puede usar el púlpito para insultar”. Prats aseguró que él y otros feligreses hablaron en diversas ocasiones con el párroco, que llegó a Albalat hace unos dos años, para que desistiese en su actitud sin éxito.

El texto aprobado concluye: “Pedimos al Señor Cura Párroco que rectifique y pida disculpas a todas las personas a las que ha insultado y menospreciado. Esto es una condena contra la ideología del Cura que regenta en la actualidad nuestra parroquia, no una condena hacia la Iglesia Católica, a la cual respetamos, ya que somos conscientes de que sus palabras solo lo representan a él y no al resto de la comunidad cristiana. Sentimos un enorme pesar por tener que llegar a esta situación, que es la primera vez que ocurre en nuestro pueblo, pero nos vemos obligados a hacerlo para defender a nuestros vecinos y vecinas”.

El matrimonio formado por Cruz y Roberto estaba presente entre el escaso público que asistió al pleno. “Soy feligresa y siempre ha ido a la iglesia, pero dejé de hacerlo tras un sermón que dio el cura a unos niños que iban a tomar la primera comunión. Empezó a hablar de los homosexuales a los niños como de una aberración, como que había que sacarlos de la circulación. Aquello me encendió, no lo dice ni el Antiguo Testamento”, comentó Cruz a este periódico.

Antes del pleno, apenas se veía a vecinos por las calles de la población, ubicada en las faldas de la sierra Calderona. En un portal, tres mujeres mayores se avienen a hablar sobre el asunto. Una considera que se ha exagerado todo, aunque puntualiza que ella hace tiempo que no va a misa y, por tanto, no puede asegurar lo que dijo o no dijo. Otra asiente y sugiere que mucha gente habla de lo que habla la gente sin saber, aunque es cierto que el párroco se ha hecho de notar mucho desde que llegó.

El cura, de 25 años, envió un comunicado este viernes a través de la sede electrónica del Ayuntamiento en la que manifestaba a la alcaldesa y al consistorio su disponibilidad “a escuchar y a ser escuchado”. “Por el bien de toda la localidad, no por el mío propio, aunque sea mi persona la que está siendo objeto de esta situación grave”, afirma. Como a lo largo de esta semana, incidió en que es “objeto de injurias y calumnias”, de acusaciones de expresiones que no ha pronunciado, y que se le atribuyen, aunque él las desmiente “rotundamente”. También apuntó que en ninguna de las demás poblaciones de la comarca en las que oficia de párroco ha sido reprobado por sus consistorios.

La alcaldesa, Maite Pérez, contestó que estaba dispuesta a reunirse con él, según explicó, pero sin que el diálogo estuviese supeditado a la suspensión del pleno extraordinario de reprobación. El Arzobispado de Valencia también sugirió la posibilidad de evitar la celebración del pleno para apaciguar el conflicto. La alcaldesa y otros ediles coincidieron en que querían zanjar por completo la cuestión, una vez aprobada la moción.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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