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Detenido un empresario de Alicante por ocultar el accidente laboral de un operario que trabajaba sin contrato

El arrestado y su mujer captaban extranjeros sin papeles para su negocio de aires acondicionados y obligó a la víctima a contar que se lesionó la médula en su domicilio

Accidente laboral Alicante
Imagen del lugar donde ocurrió el accidente laboral.policía nacional
Rafa Burgos

La Policía Nacional ha detenido en Alicante al propietario de una empresa dedicada a la instalación de aires acondicionados por intentar ocultar un accidente grave que sufrió un empleado que carecía de contrato. El trabajador, que no estaba dado de alta en la Seguridad Social, sufrió una caída desde tres metros de altura que le causó una lesión medular y le ha dejado secuelas. Mientras lo trasladaba a un hospital, el arrestado le convenció para que mintiera y dijera que la caída se había producido en su domicilio, al colgar un televisor en una pared. Tanto el empresario como su mujer, también detenida, han sido acusados de un delito contra la seguridad de los trabajadores y por un delito de lesiones graves por imprudencia. Actualmente, ambos se encuentran en libertad, a la espera de ser llamados para comparecer ante un juez.

Según la investigación, los arrestados, de 40 años y 32 años, captaban a través de las redes sociales a empleados extranjeros sin preparación para la instalación de aires acondicionados a los que sometían a jornadas de trabajo de nueve horas diarias, de lunes a viernes e incluso algunos sábados, por 180 euros semanales. Los operarios se encontraban en situación irregular, circunstancia que los detenidos aprovechaban para no firmarles ningún contrato ni darles de alta en la Seguridad Social, y trabajaban “en ausencia de medios de protección laboral”. Consultada por los agentes encargados de la investigación, la Inspección de Trabajo de Alicante certificó además que el empresario “carecía incluso de cualquier tipo de licencia que le faculte para realizar instalaciones de aparatos de refrigeración”.

A mediados del pasado mes de mayo, uno de los trabajadores de la empresa, un venezolano de 22 años que apenas llevaba dos meses en la firma, tuvo que subirse a una escalera, a unos tres metros de altura, para instalar unos conductos de refrigeración en un taller cerrado. Pese a su nula experiencia, estaba solo. Por un descuido, sufrió “una aparatosa caída”, relata la Policía Nacional, y su cuerpo impactó contra el suelo, encima de la escalera. El operario, que no podía moverse ni alcanzar su teléfono móvil, “comenzó a gritar pidiendo auxilio” hasta que su jefe llegó “unos minutos más tarde”. El empresario “le ayudó a incorporarse para trasladarle en su propia furgoneta al hospital”, aunque tuvo que cogerle en brazos para introducirle en el vehículo ya que la víctima no podía caminar.

Mientras conducía hacia el centro hospitalario, el empresario convenció al trabajador herido de que contase “que se había caído en su domicilio mientras colgaba un televisor”, continúan las fuentes policiales, para no tener “problemas con Extranjería”. Llegó incluso a pasar por la vivienda del accidentado para recoger su pasaporte. Una vez hospitalizado, el operario narró la versión ideada por su jefe y fue sometido a análisis médicos. Los servicios sanitarios detectaron una “fractura vertebral con lesión medular” que obligaba su intervención quirúrgica de urgencia, por lo que avisaron por teléfono al compañero de piso de la víctima.

Tras la operación, en torno al 25 de mayo, según las fuentes consultadas, tanto la víctima como su amigo fueron informados de que “debían pagar los gastos sanitarios”, por lo que se comunicaron con el jefe del accidentado. El empresario les aseguró “que ya estaba todo hablado, que se haría cargo de todo y que en dos horas se pasaría por el hospital”. No se le volvió a ver el pelo y cortó cualquier tipo de comunicación con los afectados. En ese momento, el operario lesionado decidió contar la realidad del accidente a su amigo y le pidió que llamara a la policía.

La investigación recayó en el Grupo de Delincuencia Violenta de la Policía Judicial de Alicante, que en menos de una semana descubrió todas las anomalías que envolvían tanto el accidente como la propia empresa para la que trabajaba la víctima. El pasado 1 de junio, detuvieron al empresario y a su pareja, la captadora de mano de obra, que también era conocedora de la condición de irregularidad de los empleados. Ambos permanecen en libertad en espera de declarar en sede judicial.

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