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ATRACCIONES FERIALES

El ingeniero sostiene que revisó ‘in situ’ el hinchable en el que murieron dos niñas en Valencia

La policía comprobó que el teléfono del encargado técnico estaba el día del control en Elche, a 180 kilómetros de Mislata, donde se instaló la feria, pero él alega que se lo olvidó en casa

Jose Antonio Monterrubio, dueño del castillo hinchable, a su llegada al juzgado de Mislata (Valencia) este jueves.
Jose Antonio Monterrubio, dueño del castillo hinchable, a su llegada al juzgado de Mislata (Valencia) este jueves.BIEL ALINO (EFE)

El dueño del castillo hinchable que el pasado 4 de enero salió volando en la localidad valenciana de Mislata y provocó la muerte de dos niñas de 4 y 8 años y heridas en otros nueve menores defendió este jueves que la instalación contaba con los anclajes “suficientes” y achacó el accidente a una inesperada racha de viento. También el ingeniero responsable de revisar la instalación de esta y otras atracciones de la Feria de Navidad aseguró que realizó su trabajo personalmente, in situ, y en los términos adecuados dos días antes del suceso, es decir el 2 de enero. Ambos declararon en calidad de investigados en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Mislata.

El ingeniero sólo respondió a las preguntas de su abogado y que afirmó que si su teléfono móvil le situaba esa jornada en Elx fue porque se lo olvidó en su casa al dejarlo cargando, según fuentes conocedoras de las declaraciones consultadas por EL PAÍS. El hecho de que la señal del dispositivo le situara en esta localidad alicantina fue lo que hizo que pasara a ser uno de los acusados, tras prestar inicialmente declaración como testigo ante la Policía Nacional al haber validado él la seguridad de la instalación en el permiso municipal.

En esta segunda declaración, el ingeniero recalcó además que una vez hecha la necesaria revisión de las instalaciones (indispensable para obtener los permisos municipales) él ya no tiene que controlar el mantenimiento de las mismas en el estado en el que las dejó.

Los dos y el presidente de la asociación de feriantes que instaló sus atracciones en esta localidad pegada a Valencia están acusados de homicidio imprudente y declararon en una larga jornada en los juzgados de Mislata para sostener sus versiones previas. También el directivo, suegro del dueño del castillo y encargado de todos los permisos, defendió que todo fue correcto.

El propietario defendió que, aunque no estaban todos los anclajes recomendados por el fabricante, la instalación estaba sujeta y que sólo la inesperada racha de viento de unos 50 km/h provocó el desastre. Su declaración, no obstante, contrasta con la que realizó en la jornada previa la madre de una de las víctimas. Ella aseguró que, al ver cómo empezaba a levantarse el castillo, fue consciente de que no estaba bien anclado porque ella misma trató sin conseguirlo de agarrar una cuerda de la parte delantera derecha que salía del inflable pero sin estar anudada a ningún tipo de mobiliario ni anclada.

Además, la madre de la menor volvió a afear al feriante acusado que una vez su hija había salido despedida y estaba en el suelo sangrando abundantemente, pasó por su lado y cogió una muñeca que le había tocado a la niña y que estaba en el suelo junto a ella y la volvió a poner en una de las estanterías de la tómbola sin mirarla ni ofrecer ayuda.

Los empleados ‘fantasmas’

Las familias afectadas han defendido que el dueño de la instalación no estaba vigilándola en el momento del suceso y que había un chico de aspecto magrebí como encargado. Pero el propietario ha asegurado que aunque varios jóvenes se acercaron esos días por la feria ninguno de ellos tenía ninguna relación laboral con la instalación.

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