New Zealand descarta Valencia como sede de la Copa del América y mantiene con opciones a Málaga
El equipo organizador de las exclusivas regatas de 2024 transmite a las candidatas en España sus preferencias. Las instituciones valencianas no ven claro el retorno de una fuerte inversión pública
“Dentro de España es Málaga la ciudad que ellos contemplan”, dijo ayer el alcalde de la ciudad andaluza, Francisco de la Torre, que aspira a ser la organizadora de la 37ª edición de la Copa América de Vela en 2024. Su comentario aludía sin mencionarla a la otra candidata española a acoger la regata más exclusiva del mundo, Valencia. El propio equipo organizador y defensor del título, el Team New Zealand, confirmó hace unas horas a este periódico que Valencia, sede de las regatas en las ediciones de 2007 y 2010, ha quedado descartada de la selección. La decisión sobre la sede definitiva será tomada antes de que acabe el mes de marzo y, además de Málaga, aspiran a ello Cork (Irlanda) y Jeddab (Arabia Saudí).
“Como defensor y titular de los derechos de la America’s Cup, no hacemos comentarios sobre el proceso de selección del lugar ni sobre ninguno de los lugares específicamente, ya que queremos dejar que el proceso siga su curso”, dice la respuesta del Team New Zealand, que prefieren que sean los propios candidatos quienes hagan públicas sus aspiraciones y proyectos. El equipo, eso sí, deja muy claro que en España solo contemplan la candidatura de Málaga. “Se ha informado a Valencia de que ya no forma parte del proceso de selección”, subrayan.
El gerente del Real Club Náutico de Valencia, Carlos de Beltrán, ha confirmado esta mañana a este diario la comunicación del equipo organizador, si bien no ha querido hacer más comentarios al respecto hasta conocer toda la información. De Beltrán, que tiene el mando en exclusiva del equipo organizador para la candidatura de Valencia, y el Club Náutico han presentado una propuesta económica que reduce a unos 80 millones de euros (30 del canon y entre 45 y 50 de las garantías) el coste del evento con la posibilidad de capitalizar unos 15 y 20 millones y restar unos 20 y 25 en patrocinios. Desde las asociaciones empresariales hasta la oposición del PP y Ciudadanos han mostrado su apoyo a su candidatura.
Las cuentas de la Generalitat valenciana, no obstante, son otras. Cifra el gasto público entre 100 y 150 millones de euros con un retorno dudoso e inciden en que el Gobierno de Nueva Zelanda no parece apostar de nuevo por organizar las regatas que tuvieron lugar en 2021 en su país con un sobrecoste importante. Fuentes del Gobierno valenciano recuerdan que aún se está pagando un crédito de 65 millones de euros por las ediciones de 2007 y 2010 y que el Gobierno condonó otro crédito del ICO de 350 millones de euros empleado para la construcción de la nueva dársena del Puerto de Valencia, el principal legado que han dejado las regatas en la ciudad. La Generalitat, gobernada por el PSPV-PSOE, Compromís y Unides Podem, estaba abierta a la organización de la competición siempre que se garantizara una importante inversión privada. El alcalde de Valencia, Joan Ribó, de Compromís, se ha manifestado contrario a inyectar una gran inversión pública para una competición de alguna manera ya amortizada en Valencia, una ciudad que ya no tiene las mismas necesidades de situarse en el mapa turístico internacional que hace 20 años.
El caso de Málaga es diferente. La capital de la Costa del Sol lleva tiempo con ganas de atraer los focos internacionales y ha visto en el evento deportivo una opción para ello, consciente, sin embargo, de que necesita una gran inversión que no puede afrontar en solitario. Así, lleva meses trabajando en conseguir la implicación de las administraciones —Gobierno central, Junta de Andalucía, y Diputación de Málaga— para firmar un convenio que impulse la candidatura. Documento, que dice, servirá para dar seguridad y garantías a los posibles patrocinadores privados. “Para conseguirlos es esencial que esa decisión esté tomada”, dijo esta semana De la Torre, que junto al presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, se reunió el pasado 12 de febrero con Matteo de Nora, uno de los principales mecenas del Team New Zealand, responsable de elegir la sede del evento. El regidor concertó la cita aprovechando su visita a Dubai para presentar la candidatura a la Exposición Internacional de 2027, a la que también aspira.
El plan malagueño para la competición es contar con una subsede en Cádiz, donde se celebrarían regatas complementarias, pero el epicentro sería Málaga. Para ello, es necesario remodelar un tramo del dique de levante portuario, donde se instalarían las sedes de los equipos participantes en la carrera. Su coste ronda los 20 o 30 millones, dinero que De la Torre ya ha pedido el Estado. Su argumento es que, a cambio, las arcas nacionales recibirían unos 190 millones de euros en ingresos fiscales gracias a que el evento será declarado de Interés Público por el Ministerio de Cultura. “Los resultados están muy por encima del esfuerzo que se hace”, afirma el alcalde, que señala que el Team New Zealand valorará mejor a la sede que colabore con su presupuesto de 24 millones anuales hasta 2024, es decir, 72 en total. A todo ello hay que sumar los 30 millones de canon por organizar el evento y unos 50 más de gastos de organización. Más de 150 millones en total. La oposición municipal no se opone, pero advierte del peligro que conlleva realizar un excesivo gasto. “Tenga cuidado con lo que se aventura a hacer”, le advirtió el líder del PSOE en Málaga, Daniel Pérez.
El presidente de la Cámara de Comercio de Málaga, Sergio Cuberos, solicita la implicación de todas las administraciones y la colaboración del sector privado. “La participación de las Administraciones públicas deberá estar debidamente cuantificada y controlada, al igual que la privada” para que “no se produzcan problemas o desfases económicos indeseados”, ha explicado Cuberos, que cree que el evento es un “medio excepcional de promoción” para la ciudad.
La Copa América es el último evento al que se ha apuntado Málaga, que recientemente lanzó su candidatura para acoger la Exposición Internacional de 2027 y también abrió los brazos a la posible instalación de la sede del Museo Hermitage ruso tras el portazo dado por Barcelona. El paso dado ahora por la ciudad malagueña ha sido, como los demás, muy bien acogido. “Es un completo acierto optar porque supondría un posicionamiento internacional extraordinario”, afirma Javier Hernández, vicepresidente ejecutivo de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos), que cree que ya solo la candidatura “genera enorme visibilidad”. Además, asegura que la ciudad tiene todos los elementos para organizar la carrera, entre ellos un aeropuerto internacional con capacidad de crecimiento y 15.000 plazas hoteleras, a las que sumar otras 100.000 en el resto de la provincia.
