Un corredor mediterráneo para la economía digital
La plataforma 1070 Km Hub se proyecta hacia Europa como la mayor alianza de ecosistemas digitales en España con Palma de Mallorca, Castellón, Valencia, Alicante, Murcia, Málaga y Ceuta
El sur está unido por mucho más que sol y playa. La distancia que separa las ciudades que se ubican en los extremos de su red da nombre al proyecto 1070 Km Hub, una unión digital y colaborativa donde los focos turísticos se convierten en nodos especializados que conectan startups y aceleradoras de Palma de Mallorca, Castellón, Valencia, Alicante, Murcia, Málaga y Ceuta. La suma de estas ciudades medias, que representa la cuarta parte de la población de España, pretende potenciar el sureste español como uno de los polos innovadores más competitivos para la Europa de la reconstrucción.
Basada en la colaboración público-privada de entidades con proyección europea en el ámbito de la innovación digital -como el nodo de inteligencia artificial ELLIS de Alicante o los proyectos bajo la marca Sun&Data de Baleares-, las sinergias y la internacionalización son las claves de esta iniciativa que impulsa la transformación del tejido productivo del arco mediterráneo sur, fomentando las ventajas competitivas de los grandes actores digitales como una oportunidad de crecimiento para las empresas emergentes y los proyectos innovadores de las corporaciones.
“Necesitamos una gran transformación que permita subir los niveles de renta del sur con respecto al norte”
“Nos conviene tener un polo que sea emblemático, un referente europeo en tecnologías, por ejemplo en turismo, con plataformas que no tengan que venir de fuera, sino integradas con nuestras características e intereses. Entre competir y colaborar, la colaboración es un activo de primer orden”, sentencia el padre del proyecto, el catedrático de Economía Aplicada Andrés Pedreño, exrector de la Universidad de Alicante y fundador de Torre Juana-OST.
Este espacio histórico de la huerta alicantina, donde la tecnología constituye el punto de encuentro para las empresas y las instituciones de la zona, integra uno de los motores de esta plataforma mediterránea cuyo lanzamiento se basa en la experiencia previa colaborativa con entidades como Innsomnia, aceleradora de startups y una digitalizadora de empresas de Valencia o con la Asociación Murciana de Empresas del Sector de las Tecnologías de la Información (TIMUR), una unión a las que se han unido la Fundación General de la Universidad de las Islas Baleares; Aerocas, la empresa que gestiona el Aeropuerto de Castellón; Alicantec IA, LUA Fund y Dinapsis-Hidraqua de Alicante; y el Global Cloud Group-DIH Málaga, y en breve instituciones público-privadas de Ceuta.
Retener el éxito local y equilibrar las rentas
“Los actores del proyecto nos conocíamos en gran medida y veíamos que la colaboración nos hace más visibles y eficaces a nivel internacional, las empresas pueden escalar en mayor medida. Si nos coordinamos y nos integramos en objetivos, con la oportunidad de los fondos europeos, podríamos llegar más lejos”, explica Pedreño sobre los orígenes de 1070 Km Hub, una apuesta sobre el arco mediterráneo sur, fragmentado administrativamente en Comunidades Autónomas pero unido por potencialidades complementarias. “Si cada provincia tuviera que ir por su lado, podríamos competir contra nosotros mismos. La riqueza de infraestructuras tiene sentido desde la complementariedad, y hay que hacer los deberes”, añade este reconocido economista.
La inspiración europea cimenta la plataforma sobre tres principios: colaborar; evitar la puerta errónea --el no wrong door-- ofreciendo a las empresas interesadas en innovación una solución de proximidad a través de un socio homologado por 1070 Km Hub; y una causa común aspiracional, que la posibilidad de competir juntos haga internacionales las empresas para generar más empleo. “Queremos evitar que los pequeños éxitos locales se vayan fuera. Tenemos que generar un entorno de creación y desarrollo de tecnología, inteligencia artificial o ciberseguridad, abierto a experiencias de desarrollo con verticales. No solo se trata de ser grandes, sino de ser capaces de conseguir nuestros objetivos”, subraya Fran Estevan, CEO y cofundador de Innsomnia.
En la ilusión de fraguar un nuevo escenario de oportunidades, se aloja la idea de superar desequilibrios. La plataforma acoge un gran conjunto estructural cuya renta media es más baja que el norte de España. “Aunque hay un alto nivel de actividad propiciado por el turismo y actividades industriales intensivas de mano de obra, necesitamos una gran transformación que permita subir los niveles de renta del sur con respecto al norte, porque el impacto de la pandemia ha hundido más nuestros niveles. Queremos avanzar en términos de desarrollo sobre la base de algo que todavía es escaso”, explica Pedreño.
El futuro, en las ciudades medias
Al nuevo hub mediterráneo no se le escapa la oportunidad de reconversión en la Unión Europea, diseñada a través del fondo Next Generation, un tren que probablemente no vuelva a pasar en mucho tiempo, reconoce Juan Celdrán, presidente de TIMUR. “La UE se ha endeudado para esta reconversión, y España es uno de los grandes beneficiarios, algo que se pedía a gritos para nuestro paro juvenil del 40%”, recalca el representante de las empresas murcianas de tecnología, para quien la agricultura refleja los límites de las estructuras tradicionales. “El sector agroalimentario es una especie de bendición, es cíclico y anticíclico a la vez, pero no tenemos ni más agua ni más tierra ni más trabajadores. El aumento de productividad necesita otras vías. Hay que hacer ver a todo un sector que la tecnología aumenta la productividad, y la colaboración como factor multiplicador. No se trata de que esta región lo tenga que asumir todo, sino que podemos hablar de crecimiento y escalada con Valencia, de inteligencia artificial con Alicante o de infraestructuras con Málaga”, describe Celdrán.
“La transformación digital es más eficiente porque no importamos tecnologías desde fuera, sino desde dentro”
Más que una unión por la innovación, la iniciativa se propone trazar un corredor mediterráneo de la disrupción en una de las zonas más atractivas para trabajar, como reflejan las clasificaciones del Expat City Ranking. “Los ecosistemas digitales más potentes están en las ciudades medias. Aunque Europa se empeña en las grandes ciudades, se olvida que, en Estados Unidos, San Francisco y Boston han dado los mejores ecosistemas de innovación; en India o China, son las zonas de Bangalore o Shenzhen; o en capitales medias como Dublín o Lisboa”, subraya Pedreño, coautor de una reciente monografía, Europa frente a EEUU y China: Prevenir el declive en la era de la inteligencia artificial (impreso por Amazon Italia Logística, 2020), que llama al cambio a la Europa cada vez más alejada del nuevo paradigma tecnológico.
Tras el impacto negativo de la pandemia en el sector servicios, los impulsores de la plataforma ven en los nómadas digitales el futuro del turismo como atracción del talento, con la mirada puesta en la experiencia del teletrabajo en Canarias como nuevas alternativas en una zona definida por las altas tasas de desempleo juvenil. “También se trata de atraer a las mejores mentes del centro y norte de Europa, de las grandes capitales. Somos capaces de conectarlas con nuestras empresas locales, que son excelentes a la hora de crear prototipos y pruebas de concepto y que necesitan capacidades técnicas para crecer y escalar. Pueden salir empresas híbridas, y tenemos que ofrecer un espacio para asumir riesgos”, aspira Estevan.
El minifundismo digital
La aspiración mediterránea como polo de la innovación en Europa no es nueva. La plataforma cuenta con el antecedente del proyecto de internacionalización fallido promovido en torno a la Universidad de Alicante en los años 90, un intento en el que Pedreño fue uno de los protagonistas. “Era un magnífico proyecto, intentamos emular los mejores centros internacionales en ese momento, queríamos que la UA fuera referencia en tecnologías. Surgieron proyectos nacionales e internacionales como la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes y creamos el primer vicerrectorado de España en nuevas tecnologías. Pero no había madurez institucional, el país no tenía una apuesta clara en cuanto a digitalización como hoy. Ahora es otra época, hemos aprendido que estableciendo puentes se hacen estructuras más sólidas, y juntos vamos más rápido y más lejos”, celebra el exrector de la UA.
En la misma línea de la internacionalización, Málaga también pretendió a finales de los 90 ser el Silicon Valley español, con el proyecto Málaga Valley. “Hay quien dice que aquello fracasó, pero yo pregunto siempre dónde hay que firmar para tener un fracaso de esas características. Hoy el Parque Tecnológico de Málaga tiene 20.000 empleos tecnológicos con una diversidad extraordinaria de empresas, de corporates y PYMES”, recuerda Pedreño.
“No solo se trata de ser grandes, sino de ser capaces de conseguir nuestros objetivos”
Las posibilidades de consolidar el espacio 1070 Km Hub se basan en la capacidad de superación de un territorio costero afectado por la crisis financiera de 2008. “España perdió un millón de jóvenes, del talento mejor formado, pero también nació un modelo muy interesante que pasa desapercibido, una economía digital sin ayudas y aislada en los pueblos. En lo más duro de la crisis, empezaron pequeñas empresas digitales, ‘el minifundismo digital’, emprendedores con proyectos que vendieron a Silicon Valley. La primera empresa que compró Google en España, la tercera en Europa, fue en un pueblo de 10.000 habitantes de esta área. Parten de filosofías rabiosamente de low cost en un modelo de bottom-up --basado en el conocimiento de todas las variables que afectan al sistema”, explica Pedreño, uno de los impulsores de la plataforma.
El modelo disperso de 1070 Km Hub recoge esa peculiaridad partiendo desde abajo para enraizar y ganar ventajas competitivas como una continuidad natural de las industrias tradicionales. “La transformación digital es más eficiente porque no importamos tecnologías desde fuera, sino desde dentro. Sumando toda el área, tenemos más casos de éxito que Madrid y Barcelona”, destaca Pedreño.
El futuro verde, un puente con África
En el tablero de conexiones entre ecosistemas digitales, Valencia cuenta con unas connotaciones particulares, observa Estevan: “Ha venido jugando un rol de tercera ciudad en la generación de startups, en verticales, pero no puede competir ni con Madrid, porque está todo el capital, ni con Barcelona, con el eje tractor del Mobile World Congress y de la estrategia de hubs. La configuración de esta red es fundamental, sin ella no tenemos posibilidad de competir a nivel nacional. Las instituciones apoyan la iniciativa para que se materialice, y ese será nuestro trabajo los próximos meses”, explica el CEO de Innsomnia.
Además de los fondos europeos y el respaldo institucional, el éxito de la plataforma debe llegar a través de la iniciativa privada, sostiene Celdrán. “Si no somos capaces de hacerlo, de tener esa fuerza de voluntad, será muy difícil. Los políticos no pueden desplazarse como los empresarios, nosotros podemos trabajar por ellos. En la Región de Murcia, tenemos monitorizadas unas 60 empresas de startup, y vemos como un éxito que muchas de ellas se incuben en Valencia muchas de ellas, y lo mismo a la inversa. La plataforma da cobertura a algo que estamos haciendo de forma natural”, enfatiza el presidente de TIMUR.
En paralelo a la necesidad digital, Europa exige un futuro verde, objetivo que la 1070 Km Hub también hace suyo. “Alicante es la zona con mayor grado de desertización, es muy vulnerable a las DANAS, con una agricultura muy intensiva y muy poco sostenible. Desde los nodos de Castellón y Murcia queremos regenerar la agricultura, preservar los ecosistemas naturales, en especial las escasas zonas arbóreas, prevenir incendios con tecnologías de inteligencia artificial”, señala Pedreño, quien reconoce que el posicionamiento de la plataforma en el arco mediterráneo también necesita dialogar con el continente africano. “Lo ha visto China, y si no lo ve Europa, sería chocante. Ceuta tiene la oportunidad de ser escaparate de tecnología para Marruecos, y de generar un espacio de futuro con el potencial de Europa para toda África, además de proyectos para la regeneración de la tierra, con vistas a favorecer la producción sostenible”, concluye el economista.
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