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Los movimientos ultracatólicos toman el control de las escuelas parroquiales del Arzobispado de Barcelona

El patronato que gestiona estos colegios se renovó en verano, doblando sus miembros, la mayoría vinculados al Opus Dei, Legionarios y los Propagandistas

Escuelas parroquiales del Arzobispado de Barcelona
Ivanna Vallespín

Giro ideológico en la fundación que gestiona la veintena de escuelas parroquiales pertenecientes al Arzobispado de Barcelona. El patronato de la entidad se renovó en julio y pasó de siete miembros de perfil progresista a 13, la mayoría de los cuales pertenecen a movimientos ultracatólicos como el Opus Dei, los Legionarios de Cristo y la Asociación Católica de Propagandistas, según ha podido comprobar en una investigación conjunta EL PAÍS y SER Catalunya. Sectores progresistas de la diócesis expresan su preocupación por este cambio y temen que ello se traduzca en un viraje conservador en sus escuelas. “Los sectores ultras se han hecho suyo el patronato”, expresa una fuente cercana a la fundación.

El patronato nació en 1985, cuando el entonces arzobispo de Barcelona, Narcís Jubany, decidió agrupar las diferentes escuelas de la diócesis bajo un mismo paraguas y se creó la Fundación de Escuelas Parroquiales (FEP). En total, son 18 centros concertados, entre los cuales hay una guardería y cinco escuelas de educación especial; la mayoría tiene un perfil social muy marcado, ya que se ubican en barrios humildes. En la lista de escuelas se encuentran la Tecla Sala de L’Hospitalet de Llobregat, la Sant Josep Oriol de Barcelona o la Sant Ramon Nonat, también de Barcelona. “Son escuelas que ya existían antes de la fundación y se fueron incorporando para salvarlas a medida que las congregaciones iban perdiendo fuerza”, explica una segunda fuente cercana a la diócesis. Paradójicamente, en la fundación no se integran tres escuelas parroquiales, una de las cuales, Sant Feliu de Cabera de Mar, dirigida por uno de los nuevos miembros del patronato.

Hasta ahora, el patronato estaba formado por siete personas, ubicadas en un ala más progresista, empezando por su presidente durante 20 años, Ignasi Garcia Clavel. “Eran personas sin vinculación a partidos políticos o a un movimiento religioso concreto”, apunta la fuente cercana a la fundación. Pero el pasado verano el Arzobispado de Barcelona reformó los estatutos de la fundación y el patronato casi dobló sus miembros -hasta los 13 actuales- y la presidencia pasó a manos de Montse Durany Pich. En la web de la fundación todavía aparece el patronato anterior y solo hay rastro del cambio en una carta de saludo firmada por la nueva responsable. Donde sí se puede encontrar la lista de miembros del nuevo patronato es en la Guía de la Iglesia publicada por el Arzobispado de Barcelona.

La polémica radica en el perfil de los nuevos miembros -solo tres repiten-, prácticamente todos vinculados a movimientos ultracatólicos como el Opus Dei, los Legionarios de Cristo o los Propagandistas. Algunos de los casos más destacados es el de la misma presidenta, perteneciente a una familia estrechamente vinculada a la Prelatura. También se estrena en el patronato Raül Adames, director del área de Colegios CEU (el de los centros y universidad Abat Oliba), ligada a los Propagandistas, y Miriam Buxó, responsable de pastoral de secundaria en el colegio Real Monasterio de Santa Isabel, perteneciente a los Legionarios.

Fuentes cercanas al Arzobispado tachan la situación de “golpe de estado” y alertan de que “se han puesto las escuelas parroquiales en manos de la extrema derecha”. Una tercera voz próxima a la institución enmarca este cambio en el movimiento de renovación de los estatutos de los diferentes organismos de la diócesis. “Se están ampliando miembros y alargando mandatos. Y cuando hay una ampliación, es lógico que tengan cabida diferentes sensibilidades y corrientes de la diócesis”, explica.

El Arzobispado se limita a apuntar que “se han renovado los miembros del patronato que, por edad, no podían continuar” y que la fundación “seguirá trabajando para atender los retos de sus escuelas”, asegura la institución por escrito, que declina valorar el giro ideológico producido en el patronato. Desde el Opus Dei afirman que “no tienen relación” con las escuelas parroquiales y que si algún miembro de la Prelatura tiene algún vínculo lo hace como “una relación personal”.

Pero las fuentes cercanas a la diócesis creen que detrás de esta operación hay la pretensión de un cambio ideológico y radicalización religiosa de los centros. “Quieren convertir las escuelas diocesanas en un buque insignia, en un modelo a seguir para la nueva evangelización. No se atreven con las grandes congregaciones y empiezan por las más débiles, que son las escuelas parroquiales”, apuntan. Otras fuentes conocedoras de la trayectoria de la fundación recuerdan que hasta el momento el patronato había sido autónomo y no había recibido consignas ni imposiciones: “La idea que se transmitía a las escuelas es que el cristianismo se propone, no se impone”.

Varias voces consultadas coinciden en apuntar que a los sectores más radicales de la iglesia consideran que la mayoría de escuelas cristianas no son suficientemente cristianas y apuestan por dar más protagonismo a la religión para que esta pase a ser el núcleo sobre el que pivote toda la enseñanza. Y a partir de aquí, aumentar la base de feligreses. “Su tesis es que no puede ser que el 30% de escuelas sean cristianas y las iglesias continúen vacías”, remata esta fuente.

La expansión de la evangelización más dura también ha sido objetivo de otros movimientos ultracatólicos como Comunión y Liberación y el Camino Neocatecumenal, conocidos como Kikos, que en los últimos años han puesto un pie en escuelas concertadas para dar un giro ideológico de 180 grados. El caso más sonado, por las protestas de parte de las familias, es el de la escuela Mare de Déu del Carme de Terrassa, pero también el Liceu Politècnic de Rubí o el Santa Isabel de Sant Cugat del Vallès.

No obstante, en el caso de las escuelas parroquiales todavía es pronto para que se note ningún cambio. Un profesor de una de estas escuelas parroquiales asegura que, de momento, todo sigue igual, pero que los docentes de acción pastoral “sí avisan de que llegan cambios”. “Prevén que volveremos a tener un estilo más tradicional en lo que se refiere a la religión. Las escuelas tienen alumnos de diferentes confesiones y hasta ahora han sido laxas en su tarea evangelizadora”, asevera este profesor.

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Sobre la firma

Ivanna Vallespín
Redactora focalizada en Educación desde 2012, con pinceladas también en Política, Derechos Sociales y ElPais.cat. Anteriormente, en medios locales escritos, radio y televisión.
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