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Golpe récord al hachís en Cataluña, con un alijo abortado de 8.400 kilos en el Maresme

Vigilancia Aduanera intercepta dos narcolanchas cargadas con 215 fardos y los traficantes huyen

Rebeca Carranco
Los Mossos aprehenden 4.000 kilos de hachís en una cala de L'Ametlla de Mar (Tarragona)
Los Mossos aprehenden 4.000 kilos de hachís en una cala de L'Ametlla de Mar (Tarragona)

Los desembarcos de hachís crecen en Cataluña, con dos casos seguidos en menos de dos semanas. El más notorio tuvo lugar la madrugada del viernes, cuando una patrulla de Vigilancia Aduanera vio dos narcolanchas que trataban de llegar a la costa para desembarcar la droga en la zona del Maresme (Barcelona). Los agentes interceptaron una de las embarcaciones que había sido abandonada y la otra logró huir, pero antes tiraron al mar el cargamento. La policía recuperó 215 fardos de hachís que pesan unos 8.400 kilos, según fuentes policiales, una cifra récord en una sola operación.

Vigilancia Aduanera avisó en el mismo momento de la intervención a los Mossos d’Esquadra, que actuaron desde tierra. Desde entonces, los agentes tienen la complicada encomienda de sacar adelante una investigación del alijo abortado que vaya más allá de la mera aprehensión, y que permita dar con los autores que escaparon en el mar, algo siempre complicado. “Esa cantidad de kilos ya da una idea de cómo está el tráfico”, lamentan fuentes policiales, sobre el incremento de la llegada de este tipo de droga a la costa catalana.

La operación policial, en la que participó el patrullero Fulmar de Vigilancia Aduanera, que controla el tráfico de drogas en la zona de Levante ante el incremento de los desembarcos, no es la única llamativa de las últimas semanas. El 26 de mayo, los Mossos d’Esquadra lograron la aprehensión de 4.000 kilos de hachís en L’Ametlla de Mar, en la zona de Tarragona, distribuidos en 99 fardos.

El operativo también empezó de manera casual, cuando los Mossos le dieron un alto a un vehículo de madrugada, que lejos de frenar, aceleró y escapó de los agentes. Una búsqueda por la zona, permitió a los policías dar con el coche estacionado en un párquing de arena, cerca de la cala de Port Olivet, y un hombre que corría hacia la playa. Allí le esperaban una docena de personas enfrascadas en descargar el hachís de una planeadora de 13 metros de eslora y tres motores, y una furgoneta de alquiler para transportarla ya en tierra. La intervención policial frustró el alijo, y permitió detener en ese momento a siete personas.

La ruta catalana del hachís ha renacido sin complejos. Los Mossos advirtieron del fenómeno a mediados de octubre pasado, y las cifras no hacen más que subir, según fuentes policiales. La explicación más sencilla es que se debe a la presión policial en el sur de España. Pero otras fuentes aseguran que ese es solo un factor más en el aumento generalizado de este tipo de alijos de una droga que acaba en Europa y que cada vez preocupa más.

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Sobre la firma

Rebeca Carranco
Reportera especializada en temas de seguridad y sucesos. Ha trabajado en las redacciones de Madrid, Málaga y Girona, y actualmente desempeña su trabajo en Barcelona. Como colaboradora, ha contado con secciones en la SER, TV3 y en Catalunya Ràdio. Ha sido premiada por la Asociación de Dones Periodistes por su tratamiento de la violencia machista.
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