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El Govern descarta un trasvase del Ebro para atender la emergencia de la sequía en Barcelona

La portavoz de la Generalitat asegura que los planes pasa garantizar el suministro pasan por otras alternativas “puntuales” como el uso de barcos

Una imagen del tramo final del río Ebro, a su paso por Amposta.
Una imagen del tramo final del río Ebro, a su paso por Amposta.François Aurat (Fondation Tara Océan)
Camilo S. Baquero

El trasvase de agua del río Ebro en Tarragona para atender el suministro de Barcelona y su área metropolitana, tras 36 meses de sequía, “no está sobre la mesa”. La portavoz del Govern, Patrícia Plaja, ha cerrado en seco este martes el debate sobre una medida muy polémica en el territorio y que varios colegios profesionales de ingenieros han propuesto como una idea de futuro ante el evidente cambio en los patrones de precipitaciones. La medida garantizaría ahora la llegada de agua a los hogares una vez sea imposible dar abasto con las reservas actuales y otros medios como las plantas regeneradoras y desalinizadoras.

“Se ha hablado en su caso de la entrada de agua en barcos, pero no de trasvases. El trasvase (del Ebro) no está sobre la mesa. Lo hemos dicho de todas las maneras y lo reiteraremos las veces que haga falta”, ha asegurado Plaja en la rueda de prensa posterior a la reunión semanal del Ejecutivo catalán. El agua que eventualmente se tenga que traer, ha añadido la portavoz, vendrá de sitios “que la tengan disponible” y “no se robará agua a nadie”.

Las pocas posibilidades de que lleguen episodios de lluvia en el corto plazo abocan a la Generalitat, según los baremos del plan de sequía, a decretar la emergencia en la cuenca interna del Ter- Llobregat. En esa fase ya se contemplan restricciones en el suministro y es por ello que desde diferentes sectores se presiona al Ejecutivo para que explique cómo piensa garantizar que habrá agua. Aún los reservas de los pantanos están ligeramente por arriba del umbral del 16%, que es cuando se decreta la emergencia.

Los colegios de ingenieros hicieron pública la semana pasada su propuesta para construir una tubería de unos 70 kilómetros para trasladar agua del Ebro a Barcelona. Eso implicaría conectar dos cuencas que tienen administraciones diferentes, la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) y la Agència Catalana del Aigua (ACA). Esa maniobra dota de flexibilidad y resilencia al sistema, pues la intensidad de la sequía en la zona de influencia de la CHE ha sido menor que la de las cuencas internar. Sin embargo, el tema del trasvase sigue siendo delicado y el Govern prefiere espantar cualquier duda.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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