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Los hoteles de Barcelona cierran el verano con un precio medio de récord: 186,6 euros la noche

El Gremio de Hoteles elogia los primeros meses de gestión del alcalde Jaume Collboni y pide que se permita la construcción de “proyectos hoteleros singulares” en la ciudad

Josep Catà Figuls
Hotel Barcelona
Terraza del Hotel Duquessa de Cardona, uno de los establecimientos hoteleros de Barcelona.

Los hoteleros de Barcelona ya casi han dejado atrás la pandemia. Entre enero y agosto, los establecimientos de la ciudad lograron una ocupación del 82,6%, solo 1,2 puntos porcentuales menos que en el mismo periodo de 2019, y en particular en julio y agosto fue del 88% (dos puntos por debajo del año prepandemia). Si en cuestión de visitantes los hoteles están a punto de la plena recuperación, en materia de precios están ya muy por encima, con cifras de máximos históricos: en los ocho primeros meses del año, el precio de la habitación por noche ha sido de 174,15 euros, 33,2 euros más que en el mismo periodo de 2019; y en verano, estos precios han aumentado aún más, hasta los 186,6 euros, 36,6 euros más. El Gremio de Hoteles ve en estas cifras un cambio de etapa que permite al sector centrarse ahora no tanto en la cantidad de visitantes sino en la calidad. Y el cambio de etapa llega en un momento de mucha más sintonía con el Ayuntamiento, gobernado ahora por el alcalde socialista Jaume Collboni: “Hay un cambio de sentimiento que nos entusiasma, hemos pasado del ‘no a todo’ a contemplar que se puedan construir nuevos proyectos hoteleros singulares”, ha afirmado este jueves el presidente del gremio, Jordi Clos.

En el balance de la actividad hotelera del verano, Clos ha destacado que las cifras de ocupación y los precios récord de las habitaciones demuestran que la ciudad “ha llegado a la madurez”. “Los clientes, el número de visitantes, ya los tenemos. Ahora se trata de buscar la calidad, y es un trabajo largo, de la misma manera que hemos tardado 30 años en llegar al volumen de turistas que tenemos. Esta estrategia nos llevará mucha felicidad y el cumplimiento de muchos deseos”, ha dicho Clos en rueda de prensa. La estrategia de atraer visitantes con más poder adquisitivo y un nivel cultural más alto para desincentivar el turismo de borrachera no es nueva, pero el sector ha pasado por unos años marcados por la pandemia en los que necesitaba recuperar volumen. “A medida que los precios van equilibrándose con los de las 10 ciudades turísticas más importantes de Europa, tendremos visitantes de mejor calidad. Con la reapertura tras la pandemia se bajaron los precios, y se creó un flujo de turismo de bajo coste muy considerable. Ahora estamos en el buen camino”, ha añadido. Clos apunta que “cuando el visitante tiene un nivel determinado, genera mucho menos conflicto”.

En su opinión, los precios registrados estos meses son “los que tiene que tener Barcelona frente a sus competidores en Europa”, y en parte también traducen los incrementos de costes energéticos, de alimentos y estructurales derivados de la inflación, así como la deuda que acumulan los establecimientos tras el cierre obligado por la pandemia. La actividad no termina en verano, sino que ahora, en otoño, empieza la temporada del turismo de negocios, conferencias y exposiciones, que representa el 40% de las visitas en la ciudad: “Es por lo que estamos apostando, y apoyamos en lo que haga falta a Fira de Barcelona y a Turisme de Barcelona”, ha dicho Clos.

El presidente del Gremio de Hoteles ha llenado de elogios al nuevo alcalde de la ciudad, Jaume Collboni, y ha destacado el cambio de relación con respecto a la anterior alcaldesa, Ada Colau. “Iniciamos esta estrategia de buscar calidad en un momento ideal, en que el Ayuntamiento ha hecho un cambio de visión, de cómo querer Barcelona”, ha apuntado. El director general del gremio, Manel Casals, ha enumerado las bondades del nuevo equipo de gobierno en los últimos meses: “Notamos Barcelona más limpia, los hoteleros nos dicen que hay menos pintadas en las paredes, percibimos una mejora en la seguridad, y un mayor cumplimiento de la ordenanza cívica”, ha detallado, aunque no ha aportado los datos que sustentan esta percepción. El próximo paso que el gremio pide al Ayuntamiento es que facilite, con una mejora del Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos (PEUAT), la creación de “proyectos hoteleros singulares que aporten mayor valor añadido” a la planta hotelera, que cuenta con 443 establecimientos. “No hay proyectos sobre la mesa, pero hay una filosofía diferente”, ha añadido Clos.

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Sobre la firma

Josep Catà Figuls
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.

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