El PSC se reivindica como fórmula para dejar atrás etapas de “frustración”

“Tenemos que cambiar Cataluña”. Con esa frase Salvador Illa intentó este domingo resumir el objetivo con el que afronta el PSC las actuales elecciones municipales. En un mitin en Girona para apoyar a la alcaldable socialista en el municipio, Sílvia Paneque, el primer secretario del partido clamó por “abandonar años de decepciones, desánimo y frustraciones” y abrir una nueva etapa de “optimismo”, en un discurso que, sin mencionarlo, llevaba implícitos los años del procés.

En Barcelona, como si estuvieran acompasados en el mensaje, el alcaldable por la ciudad de los socialistas, Jaume Collboni, lanzaba un mensaje similar: “Votar esta papeleta el próximo domingo es no desperdiciar el voto de cambio. Porque va directamente a hacer que la ciudad inicie una nueva etapa de progreso, de buena gobernanza y de un nuevo alcalde que de nuevo gobernará para todo el mundo”. En este caso, sustituía el proceso independentista por Ada Colau, la alcaldesa con la que el PSC ha gobernado los últimos cuatro años: “Lo que esta ciudad necesita de nuevo es tener un nuevo alcalde con sentido común, que tome decisiones y dé la cara”.

Los socialistas intentan desmarcarse al máximo de la sombra de los comunes en la última semana de campaña, cuando las encuestas muestran máxima igualdad en la lucha por Barcelona entre el PSC, Junts y los comunes, por lo que se trata de atraer el máximo número de indecisos, “el voto de confianza”, como lo llamó Illa. Apenas Colau reivindicó ayer “los gobiernos de coalición progresista en Barcelona y en el Estado”, afirmación que utilizó para denunciar que el PSC esté mirando cada vez “más a la derecha”.

El partido de Illa trata de dejar la impronta de que su formación traza “objetivos claros” y antepone el “trabajo” a la “queja” con “el crecimiento económico” y la “prosperidad” como fines últimos. Durante su participación en el acto de Girona, el jefe de la oposición en Cataluña quiso subrayar la dicotomía entre los partidos que buscan el poder con una convicción de “servicio público” o aquellos otros que piensan en “mandar”, que calificó como estéril.

Después de comprometerse a cubrir una parte de la Ronda de Dalt, Collboni se comprometió ayer a ampliar la línea L2 del metro de Barcelona y crear una línea de autobús (H20) para unir el centro de Barcelona con otros barrios de la ciudad recorriendo la Ronda Litoral. Su partido considera que esa nueva oferta de transporte público podría tener una demanda diaria de 12.000 pasajeros, a los que se sumarían los 57.000 que se beneficiarían de la ampliación del suburbano.

Puedes seguir a EL PAÍS Catalunya en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal