Los dos ciudadanos chinos secuestrados en un piso de Barcelona llegaron desde Madrid

Los dos ciudadanos chinos, un hombre y una mujer, secuestrados el pasado viernes en un piso de la zona alta de Barcelona residen en Madrid. Las dos presuntas víctimas llegaron desde la capital catalana y acabaron en el domicilio de la calle de Amigó, sin que la policía tenga todavía claro del todo el origen de la disputa entre presuntos secuestrados y secuestrados, según fuentes del caso. Aunque inicialmente declararon en sede policial una vez, ninguno de ellos lo ha vuelto a hacer ante el juez. En los Mossos temen que el caso no avance en los juzgados porque los implicados no prosigan con su denuncia.

Las primeras informaciones de que algo raro ocurría en la calle de Amigó, en el distrito de Sarrià-Sant Gervasi de Barcelona, llegaron el viernes sobre las cinco de la tarda. Un amigo de las presuntas víctimas informó a la policía catalana de que estaban retenidas en contra de su voluntad en el domicilio, donde incluso podía haber armas de fuego. Los Mossos se centraron en conocer la veracidad de la denuncia y comprobaron si efectivamente había cinco personas en el piso: dos retenidas y tres que no les dejaban salir. Primero había llegado una mujer, y después un hombre.

Una vez confirmaron el peligro, se centraron en un dispositivo de rescate, que acabó con los cuerpos de élite de los GEI entrando por la fuerza en el domicilio. Pero dentro no encontraron armas de fuego, y las víctimas tampoco estaban atadas. Los secuestradores les pedían 370.000 euros, según fuentes policiales. La hipótesis policial es que se trato de un amarre, como se conoce en el argot retener a una persona a la espera de cobrar el dinero que les piden. En el entorno de la comunidad en Cataluña (la segunda más numerosa en Barcelona después de los italianos) se habla de una mafia dedicada a extorsionar a empresarios que puedan manejar dinero en efectivo.

Los Mossos desconocen hasta ahora el motivo real que tras el secuestro, según fuentes policiales. Ni los rescatados ni los detenidos, que ingresaron en prisión preventiva, han dado detalles de lo que pasó. Tampoco fructificó la negociación previa al asalto al domicilio, según fuentes policiales, por la barrera idiomática y por la nula voluntad de participar de sus protagonistas. Los agentes lograron a las diez de la noche acabar con la situación, que se alargó toda la tarde y dar por cerrado el episodio, que ahora tiene visos de no prosperar en los juzgados.

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