Franz Ferdinand, Sigur Rós y Placebo actuarán en el Cruïlla 2023

Después de tocar el cielo en su última edición, con clásicos como Rubén Blades o Juan Luis Guerra en su escenario principal, el Cruïlla, que se celebrará en el Parc del Fórum entre el 6 y 8 de julio, ha presentado la parte del león de su nuevo cartel. Fiel a un estilo ecléctico que se salta las fronteras con la misma naturalidad con la que lo hacen las nuevas músicas urbanas, en el fondo un amalgama de estilos, bandas como Placebo, Sigur Rós y Franz Ferdinand parten como la terna imbatible del cartel, alternando música de guitarras que fabrican hits, caso de unos Franz Ferdinand en estado de gracia que interpretarán un repertorio de éxitos imbatibles, con las atmósferas suntuosas de Sigur Rós, una de las bandas que mejor han musicado los paisajes de su Islandia natal, en su caso cantando en el idioma inventado a tal efecto, el Hopelandic, una especie de revisión del lenguaje infantil islandés. Sigur Rós andan estos días celebrándose a sí mismos con la reedición ampliada de su tercer disco, sin título, simplemente el de los paréntesis ( ), editado hace 20 años. La multinstrumentista australiana Tash Sultana, tan ecléctica como el propio festival, completa los nombres internacionales de este avance de la programación.

En lo tocante al apartado nacional, uno de los elementos distintivos en la programación del festival, el eclecticismo juega fuerte haciendo comparecer a artistas que reconstruyen el clasicismo rock, como Leyva, junto a David Fernández, ex componente de la boy band Auryn y artistas de perfil más independiente como Amaia, ejemplo de artista que nace en un formato comercial como OT/Eurovisión para luego redirigir su carrera hacia otros ámbitos. Completan este apartado bandas como Viva Suecia, previamente anunciada, Carolina Durante y los también anunciados semanas atrás Antònia Font en la que probablemente sea su tercera y última aparición en Barcelona luego de su reunificación temporal.

Y si el festival se redefinió cuando años ha abandonó Mataró para instalarse en Barcelona, y lo hizo intentando recrear una hipotética lista de escucha de cualquier joven de nuestros días, no podía faltar el acento urbano, este año espléndidamente representado por el gallego Sen Senra, uno de los talentos más destacables del país en este ámbito. Cruz Cafuné y Delaossa completan esta apartado, la necesaria conexión del festival con las nuevas estéticas. Menos nuevos, pero igualmente efectivos, son Sidonie, una banda ya veterana que se crece en directo y cuya presencia en festivales se presupone como garantía de juerga; así como Stay Homas lo son de verbena, también prueba de la superación de unos tiempos, los del confinamiento pandémico, que ya se evocan como fuente de recuerdos y, caso de este trío de insospechado éxito, como hacedores de nuevas realidades. La energía de Cala Vento, la sensibilidad de Suu, las rimas de Santa Salut y Las Ninyas del Corro, el reggae híbrido de Iseo & Dodosund completan un avance al que todavía faltan nombres por añadir, entre ellos la programación de Comedy, uno de los activos del festival con creciente implicación del público que asiste al Cruïlla.

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