Adiós al Aquarama del zoo de Barcelona, el hogar de la orca ‘Ulises’
Este martes comenzará el derribo de la instalación, inaugurada en 1968 y que fue símbolo de la modernidad en la exhibición de delfines
El zoo de Barcelona comenzará a derruir el Aquarama el próximo martes. El mítico tanque donde hacían piruetas los delfines y la icónica orca Ulises irá al suelo. El director del zoo, Sito Alarcón, —lejos de sentimentalismos— sostiene que la construcción del Aquarama fue fruto de una Barcelona “pionera” y su destrucción responde, de nuevo, a liderar un “cambio de mentalidad”.
“En los años sesenta la serie sobre el delfín Flipper, del acuario de Miami, despertó el interés por este tipo de instalaciones a nivel mundial”, destaca Alarcón. En 1962 el director del parque zoológico, Antoni Jonch, mandó a unos trabajadores al zoo de Miami y regresaron con la idea de copiar dos delfinarios: uno en un tanque al aire libre (Aquarama) y otro cerrado (el delfinario). Comenzaron con la construcción del primero, que se inauguró la Mercè de 1968. “Era tal la importancia que se le daba entonces a tener un delfinario que Franco visitó las obras y ya había un delfinario provisional con solo un delfín”, recuerda Alarcón.
La inauguración del Aquarama, con delfines del Caribe, fue un éxito. “La sociedad de entonces pedía que los animales saltarán por aros, mojaran a los visitantes de las primeras filas… Era una copia de los espectáculos americanos”, destaca. En la década de los setenta se acabó el delfinario interior, en el que se hacían espectáculos en invierno.
En 1983 llegó la orca Ulises al zoo. Procedía del parque Rioleón Safari (Tarragona) donde había estado dos años después de que los propietarios la compraran a quien la había capturado en Islandia. “Hace 40 años todavía se pescaban animales en la naturaleza para llevarlos a un zoo. Esa sociedad es de hace solo unas décadas. El Aquarama se le quedó muy pequeño a Ulises y en 1994 se trasladó al animal en avión hasta el Sea World de San Diego. El último espectáculo de Ulises fue retrasmitido por televisión en directo, Pasqual Maragall estaba presente como alcalde despidiendo a la orca y había colas para entrar a verla”, remarca. La orca, con Copito de Nieve, fueron un emblema no solo del zoo sino de Barcelona.
Pero la sociedad cambia y en 2005 la Asociación Mundial de Zoos y Acuarios [World Association of Zoos and Aquariums (WAZA)] comienza a advertir que deben acabarse los espectáculos con delfines. En 2011 deja de abrirse al público el Aquarama y solo se utiliza para rehabilitar focas o leones marinos. En 2015 deja de utilizarse. “En 1968 era un acuario moderno y pionero pero ya estaba obsoleto. Los mejores delfinarios de ahora son 10 veces mayores. Se llega a plantear construir un nuevo delfinario pero en 2015 un comité de expertos decide que en Barcelona no haya cetáceos en cautividad”, recuerda.
En 2017 Alarcón entra en la dirección del zoo y redacta un plan en el que el parque barcelonés solo tendrá animales en peligro de extinción o extintos en la naturaleza. No es el caso de los delfines.
En verano de 2020 se trasladaron todos los delfines de Barcelona a Grecia. “España tiene todavía 12 delfinarios. En Europa se están cerrando, es verdad que se ha conocido mucho de los cetáceos gracias a tenerlos en cautividad pero ahora no tiene sentido”, sostiene.
En la zona del Aquarama se construirá una reserva. “Tenemos que hacer obras en otras partes del zoo y por eso necesitamos la reserva. Será una zona pensada y modulada para diferentes tipologías de animales. Con climatización, con capacidad de hacerla más grande o más pequeña dependiendo de las especies que coloquemos en su interior mientras acabemos las obras”, informa Alarcón.
“Por el Aquarama han pasado unos 30 delfines. Con el derribo ha caído definitivamente el antiguo modelo del zoo de Barcelona”, mantiene.
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