Democracia plena o democracia real ya
La idea de democracia nació en las sociedades modernas como ideal revolucionario. Hoy, en demasiadas ocasiones, se defiende como justificación de lo existente
España es una democracia plena, un lema que se repite con insistencia para responder al cuestionamiento del funcionamiento de nuestra sociedad. En los últimos días, por ejemplo, como respuesta a los espionajes que se han conocido. Hoy España no es una “democracia plena”, a principios de año el índice de The Economist la rebajaba a “democracia con defectos”. Más allá de los criterios de The Economist, justo hace 11 años se popularizaba otro lema: “Democracia real ya”. Un grito presente en las manifestaciones del 15M. Un grito que daba nombre a uno de los colectivos convocantes. Un grito que no nacía de la nada, daba continuidad a un canto clásico de las movilizaciones de décadas anteriores: “Le llaman democracia y no lo es”.
“Hay muchos casos en los que gobiernos nominalmente democráticos dejan de hacer efectivos principios que los amigos de la democracia respetarían”, escribía el liberal Bertrand Russell a principios de los sesenta. Lo escribía pensando en la carrera armamentística nuclear posterior a la II Guerra Mundial y en el riesgo del conflicto nuclear. Lo escribía pensando en el ocultamiento, en la falta de transparencia, en la negación de la verdad… Y concluía: “la democracia, aun cuando mucho menos susceptible a los abusos que la dictadura, no es en absoluto inmune a los abusos de poder por parte de la autoridad o de intereses corruptos. Si se quiere preservar libertades valiosas es necesario que exista gente dispuesta a criticar a la autoridad e incluso, si se da el caso, a desobedecerla”.
Las sociedades que se quieren democráticas acostumbran a profundizar en ella si están dispuestas a criticar y cuestionar lo existente. Más allá de la discusión nominal sobre si son democracias o no, lo relevante acostumbra a ser la exigencia que se decide tener. Lo que conocemos como 15M fue una movilización de exigencia democrática, una nueva ola de democratización en una sociedad con carencias significativas. La exigencia de “democracia real ya” surgía de las condiciones materiales de vida, de la crisis de representación política, de una legalidad que se consideraba favorecedora de los poderes existentes, de las corrupciones…
¿Es democrática una sociedad en la que no se garantiza el derecho a la vivienda? ¿Es democrática una sociedad en la que existe una parte tan amplia de la población en riesgo de pobreza o en precariedad laboral y vital? La idea de democracia nació en las sociedades modernas como ideal revolucionario. Hoy, en demasiadas ocasiones, se defiende como justificación de lo existente. Hoy comparten gobierno de Barcelona y España quien insiste en que España es una democracia plena y quien llegó allí reivindicando democracia real ya. Se hace política con quien se puede… Coinciden en la preocupación por el auge de la extrema derecha. Se abre ya el nuevo ciclo electoral, Colau anuncia que quiere optar a una tercera legislatura, y convendría recordar el apoyo mayoritario a la democratización que consiguió el 15M, y como en tiempos de grandes malestares y crisis continúa siendo la respuesta.
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