El ‘mosso’ condenado por sabotear la AP-7 en pleno ‘procés’ reingresa en el cuerpo
El policía, que fue sentenciado a un año y nueve meses de prisión, trabaja para la jefatura en tareas burocráticas
El mosso d’esquadra que protagonizó una oleada de sabotajes a vehículos en la AP-7 en diciembre de 2017, en una de las etapas más duras del procés, ha vuelto al cuerpo policial. Desde hace unas semanas, el agente está destinado en el equipo de apoyo a la jefatura de los Mossos. Allí desempeña labores burocráticas, como la gestión de los trámites de los vehículos intervenidos policialmente o resúmenes de documentación, según fuentes policiales. El agente, J. S., fue condenado a un año y nueve meses de prisión por colocar pinchos en la autopista que afectaron a una veintena de vehículos, en medio de la oleada de protestas independentistas.
El policía ha pasado casi cuatro años apartado del cuerpo. Tras la sentencia condenatoria, que no contemplaba la inhabilitación, la División de Asuntos Internos (DAI) de los Mossos propuso, como sanción muy grave, su expulsión del cuerpo. El agente presentó alegaciones, se sometió a diversos informes psicológicos, y finalmente logró que se modificase la expulsión por una separación del servicio durante un año y nueve meses, según fuentes policiales, que ya ha cumplido. La decisión depende del director general de la policía, Pere Ferrer.
En su reincorporación, se ha buscado para él un “entorno controlado”, para después de un periodo de “inmersión”, encontrarle un nuevo destino, explican fuentes policiales. Su presencia en el edificio central de los Mossos d’Esquadra, conocido como Egara, en Sabadell, y adscrito a la jefatura ha causado sorpresa entre algunas personas del colectivo que consideran que cometió una temeridad, que podría haber tenido consecuencias muy graves. “Si no hubiese una cuestión política de fondo, como el independentismo, hubiese sido más fácil”, aseguran fuentes sindicales, que agradecen la nueva oportunidad que se le ha dado al agente.
Los sabotajes se remontan a diciembre de 2017. En dos fechas distintas (el 1 y el 5 de ese mismo mes), J. S., de 56 años, accedió de madrugada a la AP-7 y colocó en el asfalto una plancha, que fabricó él mismo, con pinchos. Su actuación hizo que una veintena de vehículos acabasen con las ruedas pinchadas. Lo llevó a cabo “a pesar de saber que alteraba la seguridad del tráfico, haciendo la vía muy insegura y peligrosa y generando en consecuencia un grave e inminente riesgo para la circulación y los usuarios de la misma”, recoge la sentencia.
Para evitar que lo atrapasen, el mosso d’esquadra utilizó un vehículo que compró con documentación falsificada dos meses antes, en noviembre, y que aseguró también bajo la misma identidad falsa. Fue la propia policía catalana, mediante los servicios de información, quien le detuvo el 19 de diciembre. Por el delito de falsificación la sentencia de conformidad, en la que ejerció la acusación el abogado Javier de Benito, del despacho Vosseler, le condenó en julio de 2020 a cinco meses de prisión. A los que se suman la pena de un año y cuatro meses más por un delito grave contra la seguridad vial, y una multa por daños. El agente tuvo que indemnizar además con más de 53.000 euros a los denunciantes.
La sentencia por conformidad evitó que el mosso d’esquadra se enfrentase en un juicio a los seis años de cárcel que inicialmente pedía la Fiscalía. Finalmente, el ministerio público rebajó su petición, que aceptó el acusado. Al policía se le aplicaron también las atenuantes de arrepentimiento (J. S. confesó lo sucedido ante el juez) y de dilaciones indebidas. Cuando fue arrestado, el agente llevaba tres meses de baja por cuestiones psicológicas. Sus motivaciones, vinculadas a las protestas por el proceso independentista, nunca quedaron completamente dilucidadas.
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