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La estrella de la Sagrada Familia ya ilumina el cielo de Barcelona

El Papa envía un mensaje a la ciudad pidiendo que la capital catalana sea “más habitable”

La estrella de la Sagrada Familia, ya iluminada. Vídeo: ALBERT GARCIA (EL PAÍS) | REUTERS-QUALITY
Alfonso L. Congostrina

La estrella que corona la llamada torre de la Virgen de la basílica de la Sagrada Familia iluminó este miércoles, por primera vez, la capital catalana cambiando el skyline de la ciudad. La archidiócesis de Barcelona hizo coincidir la inauguración de este elemento luminoso con la festividad de la Inmaculada Concepción y, por la tarde, el cardenal Juan José Omella bendijo la torre. La inauguración no consiguió movilizar a multitudes y, durante la mañana, solo unas decenas de personas se acercaron al monumento, la mayoría de ellos turistas que no conocían la novedad de la estrella. Mientras, dentro del templo, se celebraron actos culturales entre los que destacaron la actuación de gigantes, castellers, sardanistas, coplas e incluso bailó el águila de la ciudad.

Decenas de riders esperaban —durante el mediodía— la llegada de pedidos frente a varias hamburgueserías de la calle Provença situadas delante del templo, justo en frente a la torre dedicada a la Virgen María y coronada por la estrella. Junto a los riders, algún que otro ciudadano fotografiando la nueva torre e intentando hacer zoom para captar la estrella situada a 127 metros de altura. Al igual que otros días, la mayoría de flashes se los llevaban, al menos durante la mañana, las fachadas del nacimiento y la pasión. “Quizás este miércoles festivo con este frío y este viento hay menos gente que otros días. Nosotros estamos aquí cada día y hoy hay menos ambiente”, advertía Walter mientras esperaba, con su bolsa térmica de empresa de reparto, que en el McDonald preparan el pedido que tenía que entregar varias calles más allá.

Ninguno de los turistas preguntados por EL PAÍS sabía que este miércoles se bendecía e iluminaba la torre de la Virgen Maria. Habían ido a visitar la Sagrada Familia por puro turismo y sin informarse acerca de las novedades en el templo.

Por la tarde, el público que se acercó a la basílica si que conocía el programa de actos preparado por el arzobispado. Varios centenares de personas se concentraron en el exterior del templo para vivir en directo la bendición e iluminación de esta estrella de vidrio texturizado de acero inoxidable que desde el suelo no se aprecia que tiene un diámetro de 7,5 metros y 5,5 toneladas de peso.

El Papa Francisco envió un vídeomensaje que se emitió durante la ceremonia: “Saludo a los pobres, enfermos, afectados por la pandemia, ancianos y a los jóvenes que ven comprometido su futuro. Para todos ustedes brilla hoy la estrella”. El sumo pontífice destacó que entre sus oraciones también está la de que “Barcelona sea más habitable para todos”.

Ayer era día de inauguración y nada se dijo ni de la fecha de finalización del templo (advierten que la pandemia retrasará las previsiones iniciales) ni de los planes expansivos de la Junta Constructora del la Sagrada Familia. Pese a los rezos del Papa para hacer de la capital catalana un lugar más habitable, la previsión es tirar al suelo las casas y negocios de un millar de familias para concluir la basílica y, en este asunto, el Ayuntamiento todavía no ha aclarado su postura ante estas pretensiones.

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El arzobispo Omella defendió en la homilía previa a la inauguración que “sin pretenderlo, el templo de la Sagrada Familia es el emblema de Barcelona”. Omella elogió a Antonio Gaudí sin remarcar que muchos consideran que no se han seguido la idea original del arquitecto ya que la mayoría de planos desaparecieron en la Guerra Civil. “Gaudí, conocido como el arquitecto de Dios, puso los fundamento de un templo que sería, años más tarde, uno de los más hermosos e impresionantes de todo el planeta. Un templo que lleva más de cinco generaciones en construcción”, defendió Omella.

Minutos antes de las 20.00 el cardenal salió a la calle y bendijo desde el suelo la estrella, que según Omella, “iluminará por siempre la ciudad de Barcelona”. La bendición acompañada de un coro dio paso al encendido de la estrella y una vez iluminada el cardenal animó a la continuación de las obras: “La torre de Jesucristo (la más alta que se construirá alcanzando los 170 metros) ya llegará, poco a poco. Hoy Antoni Gaudí nos mirará desde el cielo”.

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