Coco Comín regresa al Teatro Apolo con una nueva versión de ‘Fama’
El musical hará temporada en Barcelona y luego recalará en Madrid antes de empezar una gira por España
Dianne Ico se presentó al casting en el Teatro Apolo de Barcelona para interpretar el personaje de Serena Katz en el musical Fama. Un mes más tarde, la noticia esperada acabó llegando; formaría parte del elenco de la nueva versión del musical dirigida por Coco Comín, que se podrá ver en el Teatro Apolo de Barcelona a partir del 8 de octubre y con el que Comín regresa al local del Paralelo (donde hizo Moustache en 2016). “En ningún momento pensé que me iban a escoger. Era la primera vez que me presentaba para hacer un musical”, asegura la cantante y actriz. Con 20 años, Ico se ha convertido en la más joven del equipo, que cuenta con un total de 32 personas encima del escenario, entre actores, bailarines y músicos.
Canto, baile, interpretación y una dicción perfecta debían combinarse para pasar el proceso de selección. “Se ha subido el nivel de exigencia y la complejidad”, aseguró la directora artística y coreógrafa. Varios miembros del elenco tienen asignados hasta tres covers de los papeles protagonistas, por lo que “encontrar a artistas capaces de cumplir con este reto supone una gran dificultad”. Las piezas de vestuario, de un estilo ochentero fiel al original, ascienden a dos mil, puesto que algunos artistas deben cambiarse de ropa hasta siete veces.
Esta nueva adaptación de Fama cuenta con 34 piezas musicales en la primera parte y otras tantas en la segunda, cifras que incluyen desde coreografías hasta piezas underscore (canciones que suenan de fondo en un diálogo o escena). “Sin duda es un reto para los músicos tocar tantas canciones en un espectáculo que dura poco más de dos horas”, aseguró Comín. Una de las principales novedades de esta adaptación respecto a la anterior, también bajo la batuta de Comín en 2004, es la inclusión de cuatro músicos en escena, que tocan piano, saxofón, violín y flauta. “Queríamos integrar la música completamente”, añadió el productor ejecutivo Jordi Arqué. Solamente en el caso de los instrumentos de metal se ha optado por grabar la melodía.
La música, a cargo de Pablo Salinas, respeta la esencia original de Fama, pero también lleva sello propio, gracias a la creación de canciones nuevas en exclusiva para esta versión. Se ha sustituido el número que “ridiculizaba el flamenco y que en España carecía de sentido, por una pieza de claqué a cargo de la coreógrafa Julia Ortínez, que marcó los acentos a partir de los cuales Salinas compuso la melodía”, comentó Coco Comín. En cuanto al baile, la coreógrafa explicó que “es una versión que se mantiene fiel al original con el estilo de danza de jazz mezclado con elementos del ballet”.
“Junto con otras obras del cine musical como Grease o West side story, Fama es un musical para todas las generaciones que ha conseguido consolidarse, no solo como parte de la industria del entretenimiento, sino como un elemento de la cultura universal”, según Comín. La historia sobre la última promoción de alumnos de la escuela La Guardia de Nueva York “continúa atrayendo a las audiencias más jóvenes en alguna de sus versiones, aunque en esta no verán a Leroy ni van a escuchar On my own. La versión que el espectador va a ver está muy orientada a mantener la esencia de la obra original de los ochenta, pero con una estructura narrativa más ágil y dinámica, respondiendo a los gustos y preferencias del público de hoy en día”, apuntó Arqué en el acto de presentación del musical. Aunque se consiguió negociar los derechos del tema principal, Fame, otras piezas musicales de la obra original no se podrán usar en esta versión por la negativa de los autores.
“Nunca pensé que volvería a hacer este musical, pero me llegó la propuesta de Smedia y no pude decir que no. Quería hacerlo porque consideraba que Fama era en parte mía”, confesó Comín, que aseguró que ha conseguido crear “un dream team, encima del escenario pero también detrás de las bambalinas”. Un total de noventa personas forman parte del proyecto, entre ellas David De Silva, a cargo de la idea original y el desarrollo.
El ritmo frenético de las coreografías también se traslada a la preparación del musical. Con tan solo con cinco semanas de ensayos, el equipo ha conseguido poner en marcha el espectáculo, que se podrá ver hasta febrero del próximo año en el Teatro Apolo. Acabada la temporada en Barcelona, el musical se trasladará a Madrid y ahí empezará una gira por España.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.