Ester Capella: “Cataluña no suele ir a la conferencia de presidentes. Los vascos, tampoco”
La Delegada de la Generalitat de Cataluña en Madrid dice que no dejará sillas vacías ni para exigir las mejoras en la financiación ni para explicar la propuesta del referéndum e insiste en la necesidad de un trato bilateral
El primer cambio que ha hecho Ester Capella (La Seu de Urgell, Lleida, 58 años) al llegar a la Delegación de la Generalitat en Madrid es la disposición de su escritorio: ahora mira de frente a la confluencia de Alcalá y Gran Vía. La republicana dice que no dejará sillas vacías ni para exigir las mejoras en la financiación ni para explicar la propuesta del referéndum. E insiste en la necesidad de un trato bilateral.
Pregunta. Vuelve a Madrid después de estar en las Cortes entre 2013 y 2018. ¿Qué ha encontrado?
Respuesta. La irrupción de la extrema derecha es un elemento muy distorsionador de la política. Son posiciones extremas, que niegan derechos en sentido general y solo buscan la bronca.
P. ¿Es fácil explicar su posición en la calle?
R. Hay una parte importante de la ciudadanía que no tiene por qué compartir lo que queremos para Cataluña pero que es capaz de empatizar. En los días más duros del juicio al Govern en el Tribunal Supremo recuerdo personas que te paraban en la calle y te abrazaban.
P. ¿Ve posible abrir una vía de diálogo con el Partido Popular?
R. Durante el mandato de Mariano Rajoy nos mostró su manera de negociar. Ahora la competencia con Vox le aleja de las posiciones comprensibles de una derecha moderna, europea. Me costaría encontrar ahora una posibilidad de diálogo con ellos. El PP está trabajando mucho en la encuesta diaria y no pensando en el interés de los ciudadanos que dice representar.
“No tengo duda de que Pedro Sánchez cumplirá sus compromisos”
P. ¿Cómo se complementará su rol con el de Gabriel Rufián?
R. Mi cargo es ser la voz del Govern en Madrid y una de mis tareas es mantener una relación fluida y de acompañamiento con Las Cortes. En septiembre me reuniré con todos los grupos parlamentarios catalanes.
P. ¿No es incongruente defender el diálogo y descartar asistir a la conferencia de presidentes?
R. Son cosas distintas. Ni el president ni el lehendakari suelen ir a ese encuentro. La solución tanto a los problemas del día a día como del conflicto político están en los foros donde sí estaremos, la Comisión Bilateral y la mesa de diálogo, respectivamente.
P. Es una posición difícil de defender cuando se dice que se gobierna para todos.
R. Estaremos donde realmente nos juguemos las cosas de verdad. La ciudadanía, a través de las urnas, también nos han pedido avanzar en un trato bilateral con el Gobierno en muchos frentes. Yo no dejaré ninguna silla vacía en la que pueda explicar nuestra apuesta, que es el referéndum y la amnistía
P. ¿Aparcar esos foros multilaterales no muestra un Govern aislado? Lo digo, por ejemplo, por su exclusión aparente del eje Valencia-Baleares, con quien hay muchos problemas en común.
R. Pese a que tengamos muchas cosas en común, como la historia compartida, la lengua y la cultura, la ciudadanía de Cataluña está en otra fase distinta a la que están las Islas Baleares o el País Valencià.
P. ¿Poner el referéndum como requisito no es intransigente?
R. No es intransigencia. Es dar cumplimiento a lo que la ciudadanía te han dicho en las urnas, de una manera sostenida en el tiempo.
“Me costaría ahora encontrar una vía de diálogo con el Partido Popular”
P. Usted es abogada y sabe que en una negociación ambas partes ceden en pos del acuerdo
R. No decimos que el referéndum tiene que ser mañana. Lo que decimos es que si se quiere una solución real se tiene que resolver votando. Mientras más claro nos expresemos todos más fácil será negociar. Lo que no se vale es decirme intransigente cuando tú aún no has puesto tu propuesta sobre la mesa.
P. ¿La remodelación del Gobierno ayuda al diálogo?
R. Lo importante no es quién ocupe las sillas sino la política que marca el presidente. No tengo duda de que Pedro Sánchez cumplirá los compromisos a los que llegó con Pere Aragonès.
P. La Delegación es una buena vitrina, digamos, para aspirar a ser alcaldesa de Barcelona.
R. (Risas) ¡Me han puesto de candidata de todo! Ahora mi cabeza está en Madrid y en esforzarme en que las cosas salgan bien. En Esquerra, Ernest Maragall es nuestro Joe Biden.
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