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Los incendios del consejero Homrani

El titular de Trabajo, Asuntos Sociales y Familia suma una polémica más con el diseño de las ayudas a los autónomos

Josep Catà Figuls
El consejero de Trabajo de la Generalitat, Chakir El Homrani.
El consejero de Trabajo de la Generalitat, Chakir El Homrani.Albert Garcia

Quien mucho abarca, poco aprieta. Esta es la principal crítica que se le hace a la Consejería de Trabajo, Asuntos Sociales y Familia. De este departamento dependen sectores que se han visto muy afectados por la crisis derivada de la covid-19. Al frente está Chakir El Homrani, un político de Esquerra Republicana proveniente del sindicato UGT que ha encadenado un incendio tras otro: el caos en las residencias, los impagos a entidades sociales, la polémica de las becas comedor, los retrasos en las ayudas por la pandemia, la discusión sobre el teletrabajo y, esta semana, el colapso del sistema de ayudas a los trabajadores autónomos. Impasible, y con un cierto reparo a dar la cara tan pronto como surge un problema, El Homrani está una vez más en el ojo del huracán mientras los socios del Govern usan sus tropiezos para atacarse.

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Durante esta pandemia, y acechado por las críticas, el consejero se ha excusado diciendo que su departamento es el hermano olvidado del Estado del Bienestar, mientras Salud y Educación han ido revertiendo los recortes de la última crisis. “No hay suficiente dinero”, resumió la portavoz del Govern, Meritxell Budó, a modo de disculpas a los autónomos, obligados a competir durante dos días para que unos pocos consiguieran las ayudas de 2.000 euros prometidas. La avalancha de solicitudes colapsó el sistema y, mientras los autónomos siguen indignados, se ha dado paso a un nuevo capítulo de la guerra entre Junts per Catalunya y ERC.

El Homrani llegó al Govern de Quim Torra en junio de 2018 y se encontró con un regalo envenenado. Su antecesora en el cargo, Dolors Bassa, había asumido una cartera que por primera vez unía los ámbitos laboral y social, bajo la premisa de que la mejor política social es el trabajo. A El Homrani se le reconoce mucha habilidad en lo laboral —recientemente, su intervención en las negociaciones por la planta de Nissan fueron claves para salvar el acuerdo— pero la consejería tiene muchos frentes abiertos, especialmente en el ámbito de los asuntos sociales, que sufre infrafinanciación desde hace una década.

Al político se le reconoce habilidad en lo laboral, pero menos en lo social

El primer fruto de esta unión fue una de las principales políticas del gobierno de Carles Puigdemont, la ley de la renta garantizada de ciudadanía, una nueva prestación que prometía reducir la pobreza y que está muy ligada a políticas ocupacionales. Las prisas por aprobar la ley, junto con la aplicación del artículo 155 de la Constitución, hicieron que esta prestación fuera el primer gran dolor de cabeza de El Homrani cuando asumió la consejería, ya que durante meses la ayuda llegó a una ínfima parte de los posibles beneficiarios. En el primer año y medio al frente del departamento, el consejero también fue muy criticado por las dificultades para acoger a menores extranjeros no acompañados, y por la falta de recursos de las entidades sociales.

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Con la promesa de nuevos presupuestos y cuando todo empezaba a ponerse en su sitio, estalló la pandemia, y los primeros y más damnificados fueron los abuelos de las residencias. El caos en los primeros meses, con falta de recursos humanos y técnicos y con un gran número de muertos —han fallecido más de 4.200 ancianos por coronavirus— sorprendió al consejero, como él mismo admitió días después de que el Govern le retirara las competencias en esta materia y las traspasara a Salud. “Nos sentimos muy abandonados por el departamento”, lamentan fuentes del sector de los cuidados a las personas mayores.

El sector del cuidado a la gente mayor se siente “descuidado”

Desde entonces, las críticas le han llegado por los impagos a entidades sociales, y por sus palabras sobre el teletrabajo: dijo que era obligatorio y se podría sancionar, y tuvo que ser corregido por sus socios de Govern. En esta ocasión, la responsabilidad por el colapso de la web de las ayudas a los autónomos está compartida con el departamento de Políticas Digitales, que dirige Jordi Puigneró (Junts). Suyo es el sistema informático que ya colapsó hace dos semanas con el mismo procedimiento para ayudas a la restauración. Pese a ello, los socios neoconvergentes señalan a El Homrani y a su nuevo incendio, y le piden “un golpe de timón”.

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Sobre la firma

Josep Catà Figuls
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.

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