Salud abre un expediente a Omella por un nuevo acto con 600 personas en la Sagrada Familia
El arzobispado mantiene que pese a la cantidad de asistentes no se ha llegado al 30% del aforo de la basílica
El cardenal y arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, ha presidido este sábado en la basílica de la Sagrada Familia la ceremonia de beatificación de Joan Roig Diggle, un joven asesinado a los 19 años durante la Guerra Civil. Al acto, celebrado en plena pandemia, han acudido 588 personas y 15 obispos lo que ha desatado diversas críticas en las redes sociales por la celebración de un acto religioso multitudinario en plena segunda ola por la covid y cuando bares, restaurantes y centros comerciales llevan semanas cerrados.
El departamento de Salud de la Generalitat ha anunciado, horas después de la celebración, la apertura de un nuevo expediente para comprobar si se cumplieron todas las medidas de protección en la beatificación. Salud advierte que el Estado de Alarma “solo permite reducir aforos y no cerrar espacios religiosos” ya que la Constitución considera la libertad de culto un derecho fundamental. Aún así la Generalitat recuerda que este tipo de actos masivos “tienen un riesgo epidemiológico injustificable dada la situación actual y, por tanto, se planteará reforzar las medidas de protección para que no vuelva a pasar”.
El arzobispado se ha defendido de las críticas advirtiendo que el aforo de la basílica es de 3.400 personas y el aforo permitido por las restricciones de la Generalitat de Cataluña es del 30% del total, lo que supondría 1.020 asistentes. Un portavoz del arzobispado asegura que con 588 asistentes más 15 obispos (en total 603) falta mucho para completar el aforo. El arzobispado asegura que ha cumplido todas las medidas de seguridad ya que además de reducir el aforo también ha marcado una distancia de seguridad entre asientos y ha obligado al uso de mascarillas y gel hidroalcohólico.
En un comunicado este sábado, la Iglesia Archidiocesana de Barcelona ha reivindicado la figura de Roig Diggle y ha afirmado que fue martirizado por su fe y “porque no tenia miedo de defender a Cristo”. La beatificación se realiza en el marco del plan pastoral Sortim, que está dedicado a los jóvenes y que coincide con el décimo aniversario de la dedicación al culto de la basílica de la Sagrada Familia.
El pasado julio la Generalitat abrió un expediente al Arzobispado de Barcelona por celebrar, también en la Sagrada Familia, una misa funeral en recuerdo a las víctimas de la pandemia. Entonces, Omella presidió un acto que reunió a docenas de personas en la basílica con mascarillas y distancias de seguridad. Pese a ello, entonces las restricciones de la Generalitat solo permitían un máximo de diez asistentes a las ceremonias religiosas.
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