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El inicio de curso se complica por la contratación tardía de maestros

Los sindicatos alerta de que los profesores que reforzarán los centros aún no se han incorporado y lo harán justo antes de que empiecen las clases

Josep Catà Figuls
El consejero de Educación, Josep Bargalló, este miércoles, en una visita a Cornellà.
El consejero de Educación, Josep Bargalló, este miércoles, en una visita a Cornellà.GOVERN (Europa Press)

A dos semanas de empezar el curso escolar, la incertidumbre continúa. El departamento de Educación plantea la vuelta a la escuela mediante un protocolo que va cambiando: ayer el Govern prometió a las familias, tras una reunión con la plataforma Tornem a les Escoles, que no se cerrarían los colegios salvo si hay un confinamiento total mientras que el protocolo establecía que si hay dos positivos en grupos distintos se debe cerrar el centro. Las ratios, además, son aún demasiado altas según los sindicatos, que denuncian que los maestros que reforzarán los centros s para cumplir con las plazas fijados en las aulas no se ha incorporado y lo harán justo antes de que empiece el curso.

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En julio, el departamento de Educación anunció la contratación de 5.417 nuevos docentes para reforzar a los centros en el inicio de un curso que previsiblemente volverá a estar marcado por la pandemia. Estas nuevas contrataciones son tanto maestros de infantil y primaria como profesores de secundaria, bachillerato y formación profesional. Sin embargo, la vuelta al trabajo del mundo educativo ha empezado sin ellos. Ramon Font, portavoz del sindicato Ustec, recuerda que “estos nuevos docentes solo servirán para no superar las ratios, es decir, para corregir una situación que ya era mala, no para mejorarla”.

El retraso suma incertidumbre a un curso que está lleno de dudas. Manel Pulido, de CC OO, considera que el inicio de curso muestra “una descoordinación total”. “No tenemos todavía todas las medidas de protección, no hay incremento de presupuesto de limpieza, el personal vulnerable todavía no sabe si tiene que ir a trabajar o no, hay pocos docentes y las ratios continúan siendo altas. Es una situación grave”, asevera. Las ratios de los alumnos serán de máximo 20 por grupo en infantil y primaria y de 30 en secundaria.

El consejero de Educación, Josep Bargalló, explicó ayer que el departamento estudiará los centros de infantil y primaria que superen la ratio. “Cuando tengamos la radiografía real del número de alumnos por grupo estable haremos un análisis para emprender acciones si se superan las ratios”, dijo el consejero. Ayer, el Gobierno transfirió a Cataluña más de 337 millones de euros del tramo educativo del Fondo Covid-19.

“Hay nervios, porque vemos que faltan recursos y cada dos días cambian las normas”, admite una profesora
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Para conseguir estas ratios no basta con los profesores de refuerzo, sino que todos los centros han tenido que reorganizar sus recursos, eliminando especialidades y atención especial a alumnos para aprovechar todos los docentes para grupos de máximo 20 alumnos. Los profesores lamentan que este curso pedagógicamente será muy insuficiente. En el instituto donde trabaja Elsa Bernat, un centro público de alta complejidad en L’Hospitalet de Llobregat, la reflexión en los pasillos en el primer día es “a ver cuánto dura esto, cuándo nos vuelven a confinar”. Esta profesora está especialmente preocupada por mantener a sus alumnos conectados si su grupo tiene que volver a casa a hacer cuarentena. “Tenemos claro que tendremos varios confinamientos y que tendremos que pasar al on line”, explica Edgar Martínez, coordinador de ESO en un instituto de Barcelona. Considera que la administración “no se ha puesto en la piel de los centros”.

Por la necesidad de reorganizar los grupos y cumplir con las ratios y la obligación de que sean estancos, tampoco será posible mantener la hora de catalán extra para los alumnos de origen migrante en la escuela pública de Mollerussa (Lleida) donde trabaja Gemma Porta. “En nuestro centro hay muchos recién llegados, y no sé cómo lo haremos…tampoco podremos atender a los de Educación especial, que tendrán menos horas”, explica. “Hay nervios, porque vemos que faltan recursos y cada dos días cambian las normas”, añade Porta.

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Sobre la firma

Josep Catà Figuls
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.

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