Se busca al prófugo Martiño Ramos, el profesor pederasta que violó a una alumna en Ourense
Fue condenado en firme a 13 años de cárcel en julio, pero ha huido. Tras ser denunciado, la Fiscalía no pidió su ingreso en prisión y la Xunta le permitió seguir dando clase hasta que le cayó la primera sentencia


Martiño Ramos Soto ha sido un rostro habitual del activismo cultural y político de la ciudad de Ourense. Ahora, por sentencia firme, se sabe que mientras fingía compromiso con los derechos de las mujeres en actos feministas y militando en los partidos Ourense en Común y En Marea, ambos ya desaparecidos, abusaba de una alumna del colegio público en el que era profesor de música y contactaba por Instagram con otras menores del centro. A esta niña le pegó y agredió sexualmente aprovechando su especial vulnerabilidad por los problemas que sufría tanto en casa como en la escuela. Fue condenado el pasado julio a 13 años de cárcel, pero aún no ha pisado celda alguna porque está en paradero desconocido. En los cuatro años que duró el proceso judicial, la Fiscalía no pidió su ingreso en prisión.
Ramos Soto está en busca y captura y la investigación para dar con su paradero sigue abierta, señalan fuentes policiales. Pese a que la sentencia ya confirmada por el Tribunal Supremo es demoledora en testimonios y pruebas, hasta ahora el sistema lo ha tratado con benevolencia. Después de que la menor que destapó todo presentase la denuncia en 2021 por un calvario que comenzó en 2019, cuando estudiaba 6º de Primaria, a quien se cuestionó fue a ella. Sin antecedentes penales y con una larga trayectoria en la docencia, “él tenía mucho reconocimiento social en la ciudad y eso hizo que a la víctima no se le creyera”, cuenta una excompañera de militancia.
Ya lo contó la propia menor en el juicio. Cuando denunció, no recibió apoyo en el colegio donde ocurrieron parte de las agresiones sexuales de Ramos Soto. La orientadora y varias profesoras se reunieron con ella para decirle que “eran imaginaciones suyas” y que “confiaban en él plenamente, que lo conocían de hace años”, recoge la sentencia. Sin embargo, sus amigas y otras alumnas del colegio corroboraron en la Audiencia de Ourense su relato y aportaron los mensajes en redes que les enviaba también a ellas el profesor pederasta y violador.
La condena de la Audiencia de Ourense fue ratificada en febrero de este año por el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia y el 25 de julio por el Tribunal Supremo. El pasado 15 de septiembre la Audiencia emitió una requisitoria de búsqueda y captura y una orden de detención e ingreso en prisión. “La Audiencia de Ourense no acordó su ingreso en prisión porque esa medida no fue solicitada ni por el ministerio público ni por la acusación particular, por lo que nunca la pudo haber decretado”, explican fuentes del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG). La Fiscalía no ha aclarado a este periódico por qué actuó así durante el proceso.
Ramos Soto fue docente de música de la víctima en un colegio público desde que la pequeña entró con tres años en Educación Infantil hasta el final de Primaria. En sexto contactó con ella por Instagram haciéndose pasar por otro menor y, conocedor de sus problemas familiares y su fragilidad, se presentó ante ella “como una figura de cuidado y apoyo”. Un día, el pederasta se citó con su alumna en un aula del colegio y le reveló que tras el perfil de Instagram se escondía él. La niña relató cómo Ramos Soto la manipuló, agredió y violó. El tremendo dolor psíquico que le causó la llevó a autolesionarse y estuvo ingresada por problemas psiquiátricos. La investigación judicial demostró que el docente había contactado con más alumnas del colegio por esa misma red social con idénticos engaños y depravaciones. “Se presentaba inicialmente como una figura de apoyo, para después ya pretender que las menores le enviasen fotografías o videos de ellas desnudas o en prácticas sexuales”, dictaminó la justicia.
Tras la denuncia en 2021, Ramos Soto siguió dando clase durante tres años porque, alega la Consellería de Educación, las autoridades judiciales “en ningún momento decretaron medidas cautelares”. La asociación feminista Marcha Mundial das Mulleres asegura que en ese tiempo el docente llegó a ser tutor y a impartir la asignatura de Informática pese a estar denunciado por abusos a una alumna a través de redes sociales. Educación ha eludido aclarar este punto. Sí asegura que el prófugo fue condenado en primera instancia en julio de 2024 por la Audiencia Provincial de Ourense y que en agosto, tras ese fallo, suspendió al profesor provisionalmente de sus funciones “atendiendo a la gravedad de los hechos” y pese a que tampoco la justicia establecía medidas cautelares. “Ahora la aplicación de la sentencia firme de la Audiencia Provincial de Ourense lleva aparejada pena de cárcel, lo que implica suspensión de empleo y sueldo”, añaden fuentes de Educación.
La Marcha Mundial das Mulleres critica que “los mecanismos institucionales para proteger a las mujeres han vuelto a fallar”. Sostiene que con la sentencia ya firme, el pederasta se movió con tal libertad que vendió su piso e hizo caja para financiar su fuga. El proceso judicial, añade, ha sido “largo, revictimizante y claramente sin garantías” y “han fallado también las instituciones encargadas de proteger a las menores”. Este caso ha impactado de forma especialmente “brutal” en el movimiento feminista de Ourense porque conocían al pederasta y nunca sospecharon nada, apunta una activista. Ella cuenta que Ramos Soto fingía ser un defensor más de los derechos de las mujeres y echaba una mano en los actos como si fuera “un aliado perfecto”, el “ideal de masculinidad”.
Antes de ser denunciado, Ramos Soto tuvo varios años de activa vida política en Ourense. En las municipales de 2015 fue de suplente en la candidatura de Ourense en Común y en 2019, se aupó a número seis. En esta última cita electoral, la formación no obtuvo representación y desapareció. Estuvo también en el comité electoral de En Marea para las autonómicas de 2016 y tuvo protagonismo en los conflictos internos que propiciaron la descomposición de esta formación. En 2018, fue acusado junto a otros dos compañeros de realizar incursiones irregulares en el censo de votantes de las primarias en las que se eligió al líder del partido.
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