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Un grafitero asturiano condenado a tres años de cárcel y a una multa de 155.000 euros por pintar en 34 convoyes de Renfe

Se trata de la mayor condena dictada hasta hora en España por este delito

Multa grafiti Renfe
Nacho Poncela

El Juzgado de lo Penal número 3 de Oviedo ha condenado al grafitero J. L. G. como autor de un delito continuado de daños después de haber hecho pintadas en 34 convoyes de Renfe entre 2016 y 2018, la mayoría en Asturias. La pena asciende a tres años de prisión y una multa de 24 meses con cuota diaria de 8 euros. Además, el condenado deberá indemnizar a la compañía con 155.487,30 euros más intereses, cantidad que ha tenido que pagar la ferroviaria para limpiar los trenes grafiteados. En principio, a falta de posibles supuestos penales, el condenado deberá entrar en la cárcel, al ser una pena superior a dos años de prisión, aunque cabe recurso contra el fallo.

Se trata de la mayor condena dictada hasta hora en España por este delito. La sentencia señala que los daños generados por las pintadas no solo alteraron la estética y funcionalidad de los trenes, “sino que implicaron un grave menoscabo económico y operativo”. El fallo destaca la necesidad de que la respuesta penal tenga un carácter “ejemplarizante dada la reiteración de este tipo de actos vandálicos, cuya reparación corre a cargo de la ciudadanía al tratarse de bienes públicos”.

En el procedimiento ha quedado acreditado que el acusado utilizaba motes como ‘CHEK’ y ‘CLIO’ vinculados a su perfil en redes sociales y que las imágenes de los grafitis eran difundidas por el propio autor como forma de exhibición, lo que contribuyó a su identificación y enjuiciamiento. La defensa alegó prescripción y ausencia de autoría, pero ambas líneas fueron descartadas por la sentencia, que considera válidas las pruebas indiciarias y las conclusiones aportadas por la investigación.

Dice la sentencia que el ya condenado, “actuando solo o en unión de otros individuos no identificados, realizó pintadas en vagones y unidades de ferrocarril que para su eliminación precisaron de la utilización de ácidos abrasivos y otros productos de limpieza (…) Amén de afectar al normal funcionamiento del servicio público, ya que el convoy pintado debe ser sustituido de inmediato teniendo que utilizar otras unidades”.

La jueza ha hecho referencia al perfil de Facebook del condenado, donde hay publicaciones con fotos de vagones dañados con la misma firma, así como en Instagram. Ha apuntado, además, que en su perfil se “hace referencia a una actividad de pintadas y grafitis, al redactarse frases en primera persona como ‘pintar, quiero pintar’ o ‘por cada pieza que me borren, pinto dos más”, reflexiones que el grafitero circunscribe a copias de letras, una explicación que no convence en absoluto a la magistrada. “Pretender explicar tales frases y reflexiones como copia de letras de canciones de hip-hop, resulta hasta ofensivo para la más mínima inteligencia”, expone en una sentencia, donde acusa al grafitero de “faltar a la verdad, amparado en el derecho a no declarar en su contra”.

El acusado, según recoge la pionera sentencia, niega ser el autor de los grafitis, pero la jueza destaca “la absoluta convicción a través de la valoración de pruebas expuestas de la autoría por parte del acusado”.

La andadura del grafitero comenzó el 6 de febrero de 2016, realizando pintadas en la estación de Figaredo (Mieres). A partir de ahí, un largo periplo, casi siempre de madrugada. Pola de Lena, La Calzada (Gijón), Laviana, El Caleyo (Oviedo), Pravia, El Berrón y Puente de los Fierros fueron otras de las estaciones elegidas. Más allá de Asturias, el grafitero pintó trenes en Miranda de Ebro (Burgos), León, Valladolid, Ponferrada o Venta de los Baños (Palencia). Después de meses de investigación, prestó declaración por primera vez en mayo del 2019, ya como investigado tras el trabajo policial que permitió llegar al condenado a través de la investigación su firma en los grafitis.

Vandalismo en los trenes de Renfe

Cada año, Renfe destina millones de euros a la limpieza de grafitis, reparación de los daños y refuerzo de medidas de seguridad, lo que repercute directamente en el mantenimiento y operatividad de la red. Renfe limpió más de 90.000 metros cuadrados ―el equivalente a más de 12 campos de fútbol― de grafitis en sus trenes de toda España durante 2024. Este esfuerzo representa un coste económico anual de alrededor de 25 millones de euros, importe que incluye productos de limpieza, personal, equipos de protección, costes energéticos, gestión de residuos y medidas de seguridad para prevenir que estos actos vandálicos se reproduzcan. Además del esfuerzo económico, es relevante el capital humano empleado. Según el estándar de horas establecido para las labores de limpieza, se requieren más de 10.000 horas netas al mes.

Según los datos facilitados por la compañía, en 2024 se registraron 6.568 incidencias vinculadas con actos de vandalismo. Dichas incidencias supusieron un coste directo de 11,2 millones de euros. La mayor parte de ellas tuvieron como origen los grafitis (4.281), seguidas por otras vandalizaciones (1.758) como rotura de cristales (supusieron el 26% de ellas) o la vandalización de los elementos de seguridad (9%). Los apedreamientos, por su parte, ascendieron a 529.

La mayoría de los actos de vandalismo se produjeron en Cataluña (37,18%) y zona centro (principalmente, Madrid), con un 35,06%. Por ubicaciones específicas, las más afectadas fueron: Montcada (Barcelona), con 360 incidencias; Barcelona, con 276, y Fuencarral (Madrid), con 179.

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