A la atención del Papa Francisco: los vecinos de una barriada desfavorecida de Algeciras quieren su centro de mayores
Una asociación denuncia que llevan 20 años a la espera de unas instalaciones atascadas por la falta de acuerdo entre el Obispado y el Ayuntamiento
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Leonardo Bernal apenas tenía 63 años cuando escuchó hablar por primera vez de la necesidad de que su barrio, La Piñera de Algeciras, tuviese un centro de mayores público en un terreno en desuso de la parroquia del Santo Ángel. Corría el año 2005 y él hacía tres años que había accedido a la presidencia de la asociación vecinal Puerto Blanco cuando el párroco Pedro Gómez planteó la idea para suplir una carencia que entonces ya era más que evidente en una de las barriadas más desfavorecidas de la ciudad. Dos décadas después, la falta sigue ahí. “El centro ya tendría que ser para mí y sería uno de los primeros en estrenarlo, solo por el tiempo que llevo esperando”, tercia Bernal, irónico a sus 83 años cumplidos.
Harta de una espera sin fin, FAPACSA, la federación de asociaciones de vecinos de Algeciras que integra a la Bernal, decidió acudir a la instancia más alta posible para desatascar el proyecto: el pasado 17 de enero envió una carta al papa Francisco —con copia a su nuncio en España, Bernardito Auza— en la que pedía su intervención. En la misiva, afean que su subordinado en la diócesis, el obispo de Cádiz Rafael Zornoza, se “opone” a la cesión de la parcela de 1.100 metros cuadrados, unas antiguas pistas deportivas anexas a la parroquia del barrio sin uso desde hace décadas. “Ante esta circunstancia, pues vamos al Papa que está por encima de él. Esperemos que surta efecto”, defiende José Méndez, presidente de la federación.
En La Piñera, un barrio de la zona sur de la ciudad azotado por una fuerte exclusión social, viven 1.762 vecinos mayores de 65 años como Bernal. No son más que los que habitan en otras zonas de la ciudad, como explica Méndez, pero sí que tienen menos recursos a su disposición que los de otros puntos del municipio. “Son vulnerables porque tienen ingresos bajos. “Están secuestrados en sus casas porque no tienen atención de centro. Algunos tienen asistencia social, pero en el centro podrían estar todo el día, comer y hacer vida con otros mayores”, defiende el presidente de Puerto Blanco. Méndez da más ideas del proyecto: “La idea sería que volviesen por las noches a sus casas y que hubiese una parte que también fuese residencia, porque resultan prohibitivas para muchos mayores con pocos recursos”.
Buena parte de esa argumentación se la cuentan al Papa en su carta, última ofensiva de un compendio de reuniones, misivas y exhortaciones que los vecinos llevan realizando al Obispado y al Ayuntamiento, principales actores implicados en una historia que arrancó con la idea del padre Gómez en 2005. “Pero tuvo un parón tremendo”, rememora Bernal, hasta que en marzo de 2022, el nombramiento del sacerdote —que sigue en el mismo templo— como hijo adoptivo pareció rescatar el proyecto del ostracismo. El alcalde Jose Ignacio Landaluce prometió que el centro se haría y aseguró que estaría financiado por la Junta de Andalucía. Sin embargo, de nuevo se quedó atascado.
Méndez y Bernal reparten culpas entre el Obispado y el Ayuntamiento. “Si hubiese voluntad por los políticos ya se habría hecho porque hay más parcelas en el barrio”, afea el segundo. Pero ambos creen también que la pelota lleva ya años en el tejado del obispo porque el primer paso para que el centro se construya es que la Iglesia lo ceda. “Cargamos todas las tintas contra el obispo, aunque también le hemos mandado carta al alcalde. Es algo social por encima de cuestiones económicas, no sé por qué un Obispado tiene que entrar por cuestiones económicas y no sociales”, razona el presidente de la Federación.
Paula Conesa, concejala de Igualdad y Bienestar Social en el Ayuntamiento, confirma que justo es “el punto de inflexión” de la cesión en el que se encuentran ahora. Fue en mayo del año pasado cuando Landaluce solicitó al Obispado el cambio de titularidad sin contraprestación. Apenas unos días después, la Iglesia contestó con una negativa condicionada. Argumentaban que el Código del Derecho Canónico protege las fincas parroquiales para garantizar su continuidad, pero les recordaba las necesidades del Obispado en la zona —una parroquia cerrada por problemas estructurales, un nuevo espacio para un comedor social, la entrega de unas viviendas que construyó la Iglesia y dos solares para construir nuevos templos— como punto de arranque para rubricar un acuerdo de cesión, en el que la reapertura de esa iglesia cerrada era clave.
Pero nada se ha movido desde entonces, según apuntan fuentes cercanas al Obispado sabedoras de la negociación. No ha habido ofrecimiento alguno. Exigen una cesión gratuita cuando la Iglesia tiene una intensa labor social en Algeciras, con muchas obras por hacer a pulmón”, se queja la misma fuente, molesta porque se traslade la presión contra la Iglesia, cuando la dotación de equipamientos sociales” compete a las administraciones públicas”. Conesa no aclara si el Ayuntamiento hará alguna propuesta al obispo o buscará una alternativa para el barrio. “Seguimos detrás”, se limita a apuntar la edil, que también plantea la posibilidad de que el centro finalmente se realice en el antiguo Centro de Internamiento de Extranjeros, cuando el Ministerio del Interior culmine el nuevo que está construyendo.
Mientras, los vecinos, hartos, redoblan la presión. “Si [el obispo] quiere conseguir un dinero por este terreno con la excusa de arreglar algo, lo que usted quiera, pero es un terreno que la Iglesia no quiere para nada”, afea Méndez. “PA, PSOE y PP, todos han pasado por el Ayuntamiento y no han tenido ese interés de mejora y de facilitarle al barrio un centro. Hubo hasta una primera piedra en otro solar, allí se quedó enterrada y allí estará todavía” apostilla Bernal. Ambos dirigentes vecinales se desesperan al ver cómo en la zona norte de la ciudad la Junta de Andalucía financia ya el centro de mayores que ellos aún esperan. “Hemos tenido que hacer otro centro en otra zona de la ciudad, llevarlo a San José Artesano no significa que desistamos de ese intento”, asegura Conesa. Pero Bernal, después de 20 años de espera en los que ya se ha convertido en un potencial usuario de esas instalaciones que nunca llegan a su barrio ya se cree nada: “Después de todo este tiempo, no creo que yo vea lo que se vaya a hacer”.
Un cementerio gratis para Barbate
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No es la primera vez que el Obispado de Cádiz se ve en el ojo del huracán, a cuentas de la gestión o titularidad que tiene de diferentes bienes a lo largo de su diócesis. En estos años, ha tenido encontronazos más o menos sonados con ayuntamientos de localidades como San Roque por motivos similares. A la par del frente del solar de Algeciras, la Iglesia gaditana ha lidiado también con un agrio encontronazo con el Ayuntamiento de Barbate, a cuentas de su cementerio parroquial. Los usuarios se rebelaron por la subida de tarifas (por debajo de la del IPC) y por los recortes de horario y el Ayuntamiento exigió la cesión del camposanto. A finales del año pasado, el entuerto se resolvió con el anuncio del Obispado de que cederá gratuítamente los terrenos y sin ninguna contraprestación. Ahora, dos meses después del anuncio, la anunciada voluntad de ambas partes está a la espera de la rúbrica que confirme la cesión definitiva.
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