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Ayuso arrastra al PP a limitar la quita de la deuda a la Comunidad Valenciana pese a las cifras de Andalucía o Murcia

La presidenta altera la posición de los populares, que centran su estrategia en exigir una reforma del sistema de financiación autonómica. Los barones se confiesan decepcionados tras la cumbre

Foto de los presidentes autonómicos del PP, este viernes en Santander. Foto: Román G. Aguilera (EFE) | Vídeo: EPV
Elsa García de Blas

“¡Te acabo de regalar una quita de la deuda!”, le dijo con sorna el presidente de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, al de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, cuando se cruzó con él al salir de la sala del Palacio de la Magdalena de Santander en la que acababa de comparecer en rueda de prensa. El barón andaluz, que preside la tercera comunidad autónoma más endeudada ―con 39.842 millones de euros de deuda, según datos del Ministerio de Hacienda―, acababa de admitir la posibilidad de que solo se condone la deuda de la Comunidad Valenciana, la segunda solo por detrás de Cataluña, que debe 59.498 millones y que acaba de sufrir además la catástrofe de la dana. La propuesta, sin embargo, no partía de Andalucía, sino de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que arrastró a los demás barones populares a su planteamiento, al defender, por sorpresa en la reunión de la Conferencia de Presidentes, que no se condonara ninguna deuda salvo la valenciana. La líder madrileña consiguió alterar la posición común de los populares, que se habían conjurado hace meses con el líder del partido, Alberto Núñez Feijóo, para rechazar quitas bilaterales pero sin mojarse sobre las suyas, y ninguno quiso oponerse de forma explícita a ese gesto con Valencia.

La condonación de las deudas autonómicas fue una de las propuestas de más calado que planteó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a los 17 líderes autonómicos reunidos en Santander. Sánchez les anunció que reunirá en enero al Consejo de Política Fiscal y Financiera para “impulsar la asunción por el Estado de parte del endeudamiento de las comunidades autónomas del régimen común”. Los barones del PP sabían que la oferta buscaba dividirles y, en su opinión, “blanquear”, en palabras de varios de ellos, el pacto que el PSOE alcanzó hace un año con ERC para la investidura de Pedro Sánchez que incluía una condonación de 15.000 millones de la deuda de Cataluña (el total es de 88.917), que el Ejecutivo se comprometió después a extender al resto de autonomías. Por eso, la posición común del PP, pactada entre Feijóo y sus presidentes, implicaba oponerse a quitas bilaterales y apostar por una reforma global del sistema de financiación.

Los presidentes del PP mantuvieron en Santander la unidad de criterio al defender que las quitas son “un parche” y que lo importante es un nuevo modelo de financiación autonómica, que será lo que exijan en el próximo Consejo de Política Fiscal de enero. Pero Ayuso se descolgó oponiéndose a las quitas con la excepción de una condonación para la Comunidad Valenciana, un marco al que terminaron entrando los demás. “No hay que condonar deudas y si hay que hacerlo que sea al Gobierno de Valencia, pero no solo por la catástrofe que ha sufrido, sino porque ya heredó una deuda que les imposibilita para pagar las cosas más necesarias, como pueden ser los salarios de médicos o de profesores”, defendió la líder madrileña en la reunión. “Me parece que los que más estamos aportando y que no nos estamos endeudando, cuando hemos gestionado sin endeudarnos, por qué tenemos que asumir que se regala todo”, se quejó.

“Yo participo en un principio de Ayuso. No se puede penalizar a quienes lo estamos haciendo bien, porque si no, ¿para qué hacemos un esfuerzo, si va a haber una condonación lineal?”, recogió después Moreno Bonilla, que terminó aceptando la propuesta de su colega madrileña. “Yo estaría de acuerdo en centrar todos los esfuerzos en la Comunidad Valenciana. A mí no me importaría que la única comunidad [a la que se le condenara la deuda] fuera la Valenciana, si con eso contribuimos a relanzar la comunidad”, precisó el barón andaluz. La propuesta de Ayuso se interpretó entre sus colegas como un “golpe de efecto improvisado”, pero se llevó el gato al agua. Mazón agradeció el gesto, pero se quejó de que “no soluciona”.

Los demás presidentes del PP evitaron oponerse de forma explícita, incluso los más afectados por la deuda, como el de Murcia, Fernando López Miras (con 12.802 millones), y todos hicieron frente común contra la financiación singular para Cataluña. El rechazo llegó por el lado del PSOE, porque el presidente de Castilla- La Mancha, el socialista Emiliano García-Page, se opuso a la idea argumentando que “a Valencia hay que ayudarla, pero no en detrimento de las demás”. El barón socialista planteó una quita de la deuda “justa y simétrica” para todas las comunidades, y luego una adicional a las cuatro autonomías más infrafinanciadas por el actual modelo: la Comunidad Valenciana, Andalucía, Murcia y Castilla-La Mancha. García-Page metió más presión a Sánchez que el PP al pedirle que presente una propuesta de reforma del sistema de financiación en el plazo de tres meses, mientras el presidente de Murcia propuso que estuviera listo en un año.

En privado, algunos presidentes populares reconocían que lo que más les importa es un mayor margen en el techo de gasto y el déficit, pese a que el PP votó en contra de la senda de estabilidad del Gobierno, que concedía algo de oxígeno a las autonomías.

Los barones del PP salieron, en todo caso, muy decepcionados con la reunión. “Esperaba más. No había trabajo previo y me extraña que Sánchez no llevara algo más concreto para ser solidarios con Valencia”, se quejaba un presidente a la salida, aunque el líder socialista planteó a las autonomías que reprogramen una parte de los fondos europeos para dar a los territorios afectados por la dana línea adicional de ayuda. Los presidentes populares esperaban, sin embargo, ofertas del presidente de mayor calado: “Sánchez saca sus conejos de la chistera, pero están descafeinados”.

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Sobre la firma

Elsa García de Blas
Periodista política. Cubre la información del PP después de haber seguido los pasos de tres partidos (el PSOE, Unidas Podemos y Cs). La mayor parte de su carrera la ha desarrollado en EL PAÍS y la SER. Es licenciada en Derecho y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid y máster en periodismo de EL PAÍS. Colabora como analista en TVE.
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