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Sánchez llama a una contraofensiva para recuperar poder local en 2027 y anuncia una empresa pública de vivienda

El presidente cambia el tono del congreso en su cierre y promete más reformas frente a los ataques de la oposición: “Nos nos perdonan que gobernemos mejor que ellos”

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este domingo en el congreso federal del PSOE.Foto: Alejandro Ruesga | Vídeo: EPV
Carlos E. Cué

Después de dos días de congreso muy a la defensiva, denunciando los ataques que sufre la cúpula del PSOE por parte de distintas fuerzas, no solo políticas y mediáticas, sino también judiciales, según denunciaron varios dirigentes, Pedro Sánchez ha cambiado completamente el tono para lanzar un discurso a la ofensiva, tratando de elevar la moral de los progresistas en un momento político muy difícil, cuando casi toda la agenda está centrada en cuestiones judiciales. Con un auditorio entregado, puesto en pie en varias ocasiones y cantando al final La Internacional, Sánchez ha lanzado una arenga que era casi un arranque de una larguísima campaña electoral hasta 2027, donde espera recuperar parte del poder territorial perdido en 2023 e incluso lograr una nueva mayoría para seguir en La Moncloa. El presidente ha prometido que a cada ataque de la oposición, el Gobierno responderá con una nueva propuesta progresista, y ha avanzado un anuncio relevante, aun sin detalles: el Ejecutivo creará una nueva empresa pública de la vivienda dependiente de la Administración central, a la vista de que las competencias están ahora en manos de autonomías y ayuntamientos y eso puede ralentizar la construcción de vivienda pública que Sánchez ha prometido.

Ninguna mención a los jueces

El líder del PSOE no ha hecho ninguna mención a los jueces y a los casos que presionan al PSOE, y se ha centrado sobre todo en el futuro y en la llamada al optimismo. “Este es el congreso del orgullo y la ambición de lo que está por venir. Nos toca poner de moda el optimismo, con un proyecto de país sólido. El gris del pesimismo de los cenizos que se lo quede la derecha. Yo creo en España, porque sé de lo que es capaz, a pesar de los profetas del desastre. No vamos a reducir el paso. Vamos a acelerar el paso con más fuerza si cabe. ¿Quién va a defender la democracia, sino los socialistas? ¿Quién va a defender el trabajo y salario dignos, la vejez digna, la igualdad, el derecho a la vivienda, la justicia social y el final de los privilegios?”.

Pedro Sánchez, durante su intervención en la clausura del Congreso Federal este domingo en Sevilla.
Pedro Sánchez, durante su intervención en la clausura del Congreso Federal este domingo en Sevilla.PACO PUENTES

La reacción del público, que le respondía enfervorizado a casa llamada a la contraofensiva frente al “acoso de la derecha y la ultraderecha“, demuestra con claridad que Sánchez es el principal capital político del PSOE en este momento, y aunque genera un rechazo muy fuerte en sectores importantes de la sociedad, hasta el punto de que el antisanchismo se ha convertido en un fenómeno político muy relevante al que se aferra Alberto Núñez Feijóo, también genera adhesiones y entusiasmos muy potentes. Uno de los dirigentes sentados en primera fila insistía en esa idea: “ojo porque cada vez que la derecha sobreactúa y sube la presión del antisanchismo, también se despierta el sanchismo como se vio en julio de 2023. Toda acción tiene su reacción”.

Sánchez es un político muy competitivo, que lleva al frente del PSOE una década, y que sabe que el tono que él proyecta es muy importante para sus cuadros intermedios y militantes. Y todo el discurso parecía pensado para animar a la tropa y arrancar esa eterna campaña electoral para que nadie asuma la posible derrota del futuro . Y sobre todo, con la cúpula territorial casi al completo escuchándole -faltaban los críticos Emiliano García Page y Javier Lambán- ha animado al partido a pensar ya en las autonómicas y municipales, algo clave porque ahora vienen los congresos regionales en los que habrá algunos cambios de liderazgo y batallas en primarias, y él quiere que eso se haga pensando en ganar. “Este es un partido de ganadores. Aquí no solo se viene a soñar utopías, se viene a hacerlas realidad. Somos la izquierda que no tiene nostalgia, porque lo que vendrá será mucho mejor. Tenemos una sola prioridad, volver a ganar las autonómicas y municipales y generales en 2027. Esa va a ser nuestra prioridad. Sé que nos van a golpear, elevarán aún más el ruido con su máquina del fango, pero al infame grito de [José María] Aznar de quien pueda hacer que haga le vamos a responder con quien pueda votar que vote para que haya gobiernos progresistas”.

Esta idea de Aznar es muy relevante, porque en el PSOE creen que hay una ofensiva en todos los niveles, también el judicial, aunque Sánchez evitó ese asunto para no poner al poder ejecutivo al choque con la justicia, que deriva de esa idea del expresidente.

Frente a esa ofensiva, Sánchez propone a los suyos usar su mejor capital político: el Gobierno. “Como dijo Ramón Rubial, es con el BOE como plantamos cara a la derecha. A cada ataque suyo, una nueva política progresista“. Sánchez anima a los progresistas a no venirse abajo por los ataques, a reivindicar la gestión del Gobierno, que según insistió es un modelo para todos los progresistas europeos. “ El modelo español es un éxito. Y ese éxito les aterra. Ese es el origen de su desesperación. No nos perdonaron la victoria de 2018 echando a un gobierno corrupto, las victorias de 2019 y la de 2023, pero sobre todo lo que no perdonan es que gobernemos mejor que ellos, que gestionemos la economía mejor que ellos, que España se convierta en referente mundial de prosperidad”, clamó. Y sobre todo prometió más reformas, aunque admitió las dificultades parlamentarias para llevarlas adelante. “Atacan el feminismo, vamos a renovar el pacto de estado contra la violencia de género. Atacan la reforma laboral, impulsaremos la reducción de jornada en esta legislatura. Atacan la vivienda, vamos a crear una gran empresa pública de vivienda capaz de construir y gestionar vivienda pública del Estado. Ellos se hacen fotos con Netanyahu, nosotros seguiremos defendiendo la paz. Así haremos avanzar europa. Porque gobernando con políticas progresistas es como se frena a la derecha y a la ultraderecha”.

El presidente, que prácticamente no tiene contestación interna, con la excepción de García Page -al que hizo un guiño al destacar que él si estaba en su puesto de trabajo el día de la Dana al contrario que el valenciano Carlos Mazón, del PP, que estaba en una comida- ni siquiera mencionó la financiación autonómica, el único asunto de discusión interna resuelto con un pacto entre el PSC y Castilla La Mancha, pero sí recordó los cinco días en los que amagó con dimitir. Fue un momento extraño, en el que el auditorio se quedó en silencio porque desde esos cinco días siempre está la duda en el partido de que pueda dejarlo. Pero Sánchez la despejó rápidamente: “En estos últimos meses he meditado mucho qué hacer con mi vida. He pensado si después de 10 años me tocaba dar un paso a un lado, o atrás. He hablado mucho con mi familia porque ellos también son víctimas del odio de los odiadores profesionales. La decisión que he tomado es que si algo toca, a todos, a mí el primero, es dar un paso al frente, no atrás. Porque es un momento clave, en el que se va a decidir, en Europa y en el mundo, si los avances sociales se consolidan o son derribados por la ultraderecha y la derecha”. Una llamada así a la resistencia y a la contraofensiva, que parece el mensaje claro que quería dejar Sánchez en un momento especialmente delicado para el Gobierno, al que después de este baño de masas y enchufe de moral le espera a partir del lunes la incógnita sobre distintas decisiones judiciales que podrían marcar de nuevo la agenda política y complicar la recuperación que estaba buscando su líder en un congreso sin grandes decisiones políticas y con mucha dosis de terapia colectiva.









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