Montañas de residuos que son un polvorín: “Sería la bomba si encima de lo que hemos pasado, se pega fuego”
El incendio en una campa de enseres retirados de la dana en Beniparrell siembra la alarma en viviendas y polígonos cercanos por su peligrosidad

Las campas con montañas de desechos retirados de los municipios inundados por la dana se suceden en los márgenes de la V-31, la autovía que conecta la ciudad de Valencia con Sedaví, Benetússer, Massanassa, Alfafar, Catarroja o Beniparrell, zona cero de la dana del pasado 29 de octubre. Los desechos —colchones, electrodomésticos, mobiliario o escombros— se depositan en solares de forma temporal pero algunos de ellos no se han vaciado tres semanas después de la catástrofe. Vecinos de Beniparrell, una de las poblaciones damnificadas, y empresas de uno de sus polígonos industriales se llevaron el miércoles por la tarde un buen susto cuando uno de esos vertederos comenzó a arder a solo unos metros de distancia de ellos. “Deberían retirar los residuos lo antes posible porque esto es un polvorín”, asegura uno de los empresarios del polígono.
El alcalde de Beniparrell, Salvador Masaroca, explica que fueron, al parecer, unos menores que entraron en el solar y encendieron fuego en algún punto de la pila de enseres apiñados donde está mezclado todo. El incendio se declaró antes de las cinco de la tarde en la calle Alfafar y acudieron a extinguirlo cinco dotaciones del Consorcio Provincial de Bomberos de los parques de Torrent y Silla, que lo sofocaron dos horas después. “Está muy cerca del pueblo y menos mal que tenemos al lado el parque de bomberos de Silla, si no, podía haber sido una tragedia”, reconoce el primer edil, que cuenta hasta cinco vertederos habilitados en su término municipal para depositar enseres y coches retirados de este pueblo de 2.000 habitantes, inundado por la dana. “Estoy llamando aquí y llamando allá para que los desmantelen”, subraya el alcalde, que se queja de la falta de coordinación. Son millones y millones de toneladas de residuos, denuncia preocupado porque el incendio se produjo a corta distancia de unos adosados y del casco urbano.
Después del incendio, Masaroca llamó a un secretario autonómico de la Generalitat, incluso se puso en contacto con la UME que ayuda en las labores de recuperación del municipio. “En principio, me dijeron que Tragsa tenía que encargarse de la retirada de desechos y luego que no, que una empresa de Murcia. Tengo que indagar a ver quién se ocupa. Es un descontrol y los ánimos se están calentando. Entiendo la problemática de todos los pueblos, porque lo que ha pasado es muy grave, pero ayer si no hubiéramos tenido los bomberos al lado no sé que hubiera pasado, sobre todo por el fuerte viento de poniente que había”, describe.
Laura, vecina de uno de los adosados pegados al vertedero, quiere que se retiren los trastos lo antes posible. “Nos sentimos inseguros. Hablamos con el alcalde para que los retiren. Nos asustamos porque hacía mucho viento y menos mal que iba en dirección contraria a las viviendas porque si no, el fuego hubiera llegado hasta aquí”, relata. Cree que fue intencionado, porque se vio a unos menores en la campa que luego salieron corriendo. De todos modos, “hay mucho movimiento de gente en busca de cables, piezas y trastos que llevarse”, continúa. En poco más de una hora dos o tres personas hurgan en el solar, alguna de ellas fumando. “Antes era un solar despejado, pero a raíz de las inundaciones se empezaron a apilar los enseres estropeados. Esperamos que se los lleven pronto y más después de lo sucedido ayer, porque hay material inflamable, como motores de electrodomésticos, maderas o espumas”, advierte la dueña del adosado.
La empresa de canapés y tapizados de Santi Camacho está separada del vertedero solo por un estrecho camino. Estaba el miércoles por la tarde dentro de la nave cuando escuchó una explosión: “Salí y vi una columna de humo negra. Me asomé al callejón y vi que estaba todo en llamas. Como hacía aire se propagó muy rápido. Esto es un polvorín”. Hubo aviso a los bomberos y unos tractores abrieron paso para que los camiones cuba pudiesen entrar. A las seis de la tarde, cuando cerró la empresa, ya no había llamas, solo humo. “Entiendo la cantidad de daño que ha hecho la dana y que tienen que depositarlo en algún lado pero, claro, es un peligro. Si se hubiera pegado fuego por la noche, que no estamos aquí, podría haber sido fatal”, añade.
La trasera de Grúas Jordán, en el mismo polígono de Beniparrell, da precisamente a la zona incendiada. En el interior de la nave trabajan sin descanso para la retirada e identificación de coches afectados por la dana. Y en medio de tanto trajín, Paco Sales, administrador de la firma, reconoce que el fuego provocó mucho humo. “Nos preocupa porque están amontonando de todo y no sabemos nada más”. “Sería la bomba si encima de lo que hemos pasado, se pega fuego. Es además un espacio insalubre”, añade una empleada.
15.000 toneladas de residuos retiradas al día
Fuentes de la Consejería de Medio Ambiente de la Generalitat apuntan que ahora mismo están concentrados en gestionar las campas de residuos locales de proximidad, creados por los municipios, para que no colapsen y también en un plan para acabar con ellos. Si los primeros días se retiraban unas 2.500 toneladas de residuos, ahora son, de media, unas 15.000, asegura este departamento.
Sus esfuerzos se centran estos días en eliminar “los puntos de acopio temporal de residuos” de Aldaia, Sedaví, Algemesí, Guadassuar y Alcúdia. “En eso trabajamos las 24 horas, en llevar camiones de estas localidades a los puntos de transferencia, que están en las plantas de Picassent, Hornillos (Quart de Poblet) y Manises, y luego a los puntos finales: Pedralba, Villena y Novelda”. Según Medio Ambiente, por los vertederos municipales habilitados tras la dana han pasado ya 100.000 toneladas de residuos.
El almacenaje de vehículos es otro desafío a la gestión pues, según estimaciones del Consorcio de Compensación de Seguros, hay unos 120.000 vehículos siniestrados por el paso de la dana. Muchos se están depositando en la Zona de Actividad Logística (ZAL) del Puerto de Valencia. Pero la Generalitat y el Consorcio han habilitado otros 70 puntos de recogida, en los que pueden verse vehículos apilados. La comunidad autónoma ha anunciado este jueves un plan urgente para retirarlos de las campas municipales por razones de seguridad.
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