El buque anfibio ‘Galicia’ navega ya de Rota a Valencia para apoyar la operación contra la dana
El barco, que dispone de helicópteros y quirófanos, ha intervenido en crisis como la del huracán Mitch en Centroamérica o la covid
El buque de asalto anfibio Galicia (L-51) navega ya rumbo al puerto de Valencia para prestar apoyo a la operación de lucha contra los efectos de la dana, que se ampliará con 5.000 militares más, según ha anunciado este sábado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras presidir una reunión del Comité de Crisis en La Moncloa. El Galicia, que ha zarpado esta mañana de la base naval de Rota (Cádiz), y tiene previsto llegar en la noche del domingo al lunes, es un buque de 13.000 toneladas, con 100 metros de eslora y 23 de manga.
Con una tripulación de 185 marineros, el buque lleva dos helicópteros Sikorsky SH 60F, dos lanchas de desembarco LCM y 100 infantes de Marina. Dispone de un taller de mantenimiento y de quirófanos y camas hospitalarias, por lo que ha participado, como buque-hospital, en numerosas misiones; desde la ayuda a los damnificados por el huracán Mitch en Centroamérica en 1998; a la invasión de Irak, en 2003; el tsunami de Indonesia del 2005 o, más recientemente, dando apoyo sanitario a Melilla y Ceuta durante la crisis de la covid de 2020. En Valencia el buque servirá como alojamiento para muchos militares que van a desplazarse y también prestará apoyo a los damnificados por el desastre.
El despliegue de las Fuerzas Armadas para combatir la dana no ha cesado de aumentar en los últimos días. A primera hora de la mañana la cifra total de efectivos era de 2.553, de ellos 1.570 de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y el resto del Ejército de Tierra, la Armada, el Ejército del Aire y la Guardia Real.
Entre otras tareas, los militares se están dedicando a la recuperación de fallecidos (tres de un total de 71), búsqueda de cadáveres con la ayuda de perros, limpieza y apertura de viales con maquinaria pesada, apoyo con minimáquinas a la retirada de vehículos y achique de aguas y lodos, reconocimientos aéreos con drones, atención sanitaria al personal civil y traslado de pacientes o suministro con grupos electrógenos, así como el reparto de víveres y suministros.
Aunque los miembros de las Fuerzas Armadas no tienen función policial, están realizando tareas de vigilancia y presencia disuasoria en las calles para prevenir asaltos a comercios, empresas y viviendas afectadas por la riada. Además, psicólogos militares están prestando apoyo a las familias de los fallecidos en las morgues que se han montado y otras instalaciones.
A diferencia de lo que sucedió en los primeros días, cuando la Generalitat valenciana limitó a la zona Utiel-Requena el área de actuación de la Unidad Militar de Emergencias (UME), lo que provocó las quejas de la ministra de Defensa, Margarita Robles, ahora los militares están interviniendo en la mayoría de las localidades afectadas: que tiene el mando de la operación, solo permitió a la UME operar en la zona de Utiel-Requena, ahora los militares operan en las principales localidades afectadas: Utiel, Torrent, Paiporta, Algemesí, Riba-roja de Túria, Chiva, Alfafar, Loriguilla, Massanassa, L’Alcúdia y Catarroja.
En solo 48 horas el despliegue de las Fuerzas Armadas se ha más que duplicado, y ha pasado de 1.200 efectivos, todos de la UME, el jueves por la noche a más de 2.500 esta mañana. Por su parte, el presidente valenciano, Carlos Mazón, ha cambiado radicalmente de actitud y ha pasado de poner reparos a la intervención del Ejército a pedir que se desplieguen 7.000 militares, y ha alegado que ya se han abierto las vías para acceder a las localidades que quedaron aisladas por la riada. Lo cierto es que algunas de las unidades de ingenieros que se están incorporando ahora disponen de maquinaria para abrir vías colapsadas o tender puentes provisionales.
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