El conductor que mató a dos personas en la A-6 recorrió tres kilómetros en sentido contrario antes de chocar
Las primeras investigaciones apuntan a que el vehículo entró por un acceso de la localidad madrileña de Las Rozas
Juan Carlos Baldeón, el ingeniero de 27 años que mató con su automóvil a dos hombres en la autovía de A Coruña a la altura de Las Rozas (Madrid) el domingo 1 de septiembre, recorrió unos tres kilómetros en sentido contrario antes de provocar el mortal accidente con otros dos vehículos que circulaban en el sentido correcto. Así lo han determinado las investigaciones preliminares de la Guardia Civil en la causa que instruye la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Majadahonda.
El visionado y análisis de las imágenes de las cámaras de seguridad han permitido determinar con una altísima probabilidad ―algunas fuentes hablan del “90% de seguridad”― que el conductor, que iba acompañado de su hermano Jorge Luis, un estudiante de Psicología de 28 años, se metió con su vehículo, un Volkswagen Taigo tipo SUV de su propiedad con menos de un año de antigüedad, por las rotondas y el túnel que une el centro urbano de Las Rozas con el barrio de la Marazuela.
Estas rotondas están perfectamente señalizadas de forma que se diferencia con claridad cuáles son los carriles del sentido hacia Madrid y cuáles son los que van hacia A Coruña. De hecho, el conductor y su acompañante deberían haber cogido estos últimos ya que se dirigían a su domicilio, en el cercano municipio de Valdemorillo (13.561 habitantes), tras haber pasado la noche con cuatro amigos en el centro comercial Burgocentro, de Las Rozas. Para haber tomado este recorrido, tenían que haber pasado por debajo de un túnel situado bajo la A-6 y, tras haber hecho otra rotonda, haber circulado por la vía de servicio hasta la incorporación a la calzada principal. Esto se efectúa aproximadamente a la altura de donde se produjo el accidente.
Sin embargo, el conductor se desvió hacia los carriles de entrada hacia Madrid, giró a su izquierda y se metió en el sentido contrario, según los primeros análisis. Eso le obligó a efectuar un giro de volante muy pronunciado y no una incorporación progresiva, como sería lo adecuado. Además, hizo caso omiso a las señales de dirección prohibida que hay en la zona. Tampoco debió de percatarse de que no podía leer los paneles informativos que están en esos carriles al ir en dirección contraria.
El accidente se produjo a las 6.25, por lo que aún era noche cerrada. A esas horas, había poca circulación al tratarse de un fin de semana aún de vacaciones para muchas personas. El SUV recorrió unos tres kilómetros por una calzada de tres carriles y, según fuentes de la investigación, lo hizo a gran velocidad, superando incluso el límite de la autovía (120 kilómetros por hora). Dejó a su derecha un pequeño bosque y tuvo que tomar una curva abierta antes de iniciar una recta cuesta arriba con cierta pendiente. A la altura del kilómetro 20,700 colisionó primero con una motocicleta conducida por un policía municipal de Madrid, de nombre Jesús Pedro y que se dirigía a su puesto de trabajo en un servicio especial de vigilancia en El Rastro. Este vio el vehículo que venía en sentido contrario e intentó apartarse a la derecha, pero al final resultó con fracturas en ambos tobillos y abierta en un fémur.
El vehículo que iba en sentido contrario chocó a continuación contra un Volkswagen Passat familiar azul, conducido por el policía nacional Alberto Sánchez Arenas, de 44 años, y el que también viajaba Juan Carlos Martín Cano. Ambos murieron en el acto, tras chocar frontalmente contra el SUV que iba en sentido contrario, al igual que el conductor de este. Las dos víctimas, que compartían el vehículo, también se dirigían a sus puestos de trabajo. El agente estaba destinado en la comisaría del distrito de Salamanca, en la capital. El acompañante del conductor que iba en sentido contrario, que era su hermano, fue trasladado con pronóstico grave al hospital Puerta de Hierro de Majadahonda, donde se le indujo el coma por el grave traumatismo sufrido en la cabeza.
La investigación la está realizando el equipo de investigación de accidentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil de Madrid. Los cuerpos fueron trasladados al Instituto de Medicina Legal, en la capital, donde se les realizaron las autopsias al día siguiente. Los agentes encargados de las pesquisas están a la espera de recibir los análisis de sangre que han sido remitidos al Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses. Este organismo dependiente del Ministerio de Justicia será el encargado de determinar si el conductor Juan Carlos Baldeón había consumido alcohol o drogas antes de ponerse al volante y en qué cantidades.
Al haber fallecido en el acto, este ha quedado eximido de responsabilidad penal ―esta se extingue con la muerte del supuesto autor, según el artículo 130.1 del Código Penal―. Sin embargo, sí que está por determinar la responsabilidad civil por las dos muertes causadas, por las lesiones al policía municipal y por los daños a los vehículos y a la vía. De ellos, tendrá que hacerse cargo la compañía aseguradora del coche que circuló en sentido contrario.
A los investigadores les ha extrañado que ninguno de los dos hermanos se percatara de que iban en sentido contrario. Por ello, están intentando aclarar si entraron de forma voluntaria o por error en los carriles del sentido contrario. Para ello también será fundamental la declaración del hermano ingresado en el Puerta de Hierro cuando se recupere. Los amigos señalaron a los agentes que el conductor no había consumido prácticamente alcohol durante la noche. El que sí lo había hecho era el herido grave, por ello no se puso al volante.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.