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Sánchez se cita con Aragonès para lanzar a ERC un mensaje de confianza en el cumplimiento de los pactos

La clave de la negociación de la investidura de Illa, que está en la recta final, es la nueva financiación

Pedro Sánchez se reúne con Pere Aragonès, este miércoles en el Palau de la Generalitat.Foto: Massimiliano Minocri | Vídeo: EPV

En todas las negociaciones entre los socialistas y los independentistas catalanes de los últimos años, las distintas fuentes del corazón de la discusión consultadas siempre apelan a un problema de fondo: la confianza. Después de años de tensiones inéditas que acabaron en el procés, y con los ánimos en el independentismo, siempre a flor de piel, los partidos prosecesión siempre trasladan un problema de desconfianza entre los interlocutores. En el caso de la negociación de la investidura de Salvador Illa, ERC necesita no solo cerrar un acuerdo, sino que sus bases lo voten a favor, y para eso es imprescindible que logre una gran confianza en que el PSC y sobre todo el PSOE va a cumplir los compromisos que allí se alcancen, especialmente en el asunto más delicado, la reforma de la financiación autonómica. Es un asunto complejo que llevará meses o años ejecutar, y por eso la confianza es clave. En este contexto, Pedro Sánchez viaja este miércoles a Barcelona a reunirse con Pere Aragonès y aunque en la agenda no está hablar de la negociación, que lleva directamente Illa, fuentes de los dos sectores sí reconocen que el viaje en sí y la foto es un gesto claro de que Sánchez está implicado en cualquier acuerdo que se alcance y se compromete a cumplir todo lo que pacte Illa, que es una persona de absoluta confianza con la que habla casi a diario para que lo informe de los pasos que van dando.

Tanto la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, como la de la Generalitat, Patrícia Plaja, negaron cualquier relación del encuentro entre presidentes con las conversaciones para cerrar el apoyo de los republicanos a la investidura del ganador de las elecciones del 12-M. Sin embargo, fuentes tanto de los socialistas como de los republicanos admiten que se trata de un gesto político muy relevante en la semana decisiva para la negociación. Se trata en realidad de una secuencia de gestos, que arrancaron la semana pasada con el pacto para rematar la transferencia de Rodalies, y que se suceden casi a diario en una prueba evidente de que las negociaciones están muy avanzadas y caminan a buen puerto, aunque falta por cerrar la parte más difícil, la de la financiación.

Los negociadores trabajan con el escenario de cerrar esta semana o la siguiente para después poder hacer la votación en ERC y programar la investidura de Illa para la primera semana de agosto, pero esto no está ni mucho menos cerrado y podría alterarse con un margen máximo del 26 de agosto que nadie quiere apurar. En cualquier caso, el viaje de Sánchez es muy sintomático y fuentes del Gobierno admiten que no se produciría en ningún caso si no hubiera avances claros en la negociación y la sensación firme de que puede llegar a buen puerto. Aunque el hecho de que se produzca la reunión no garantiza que vaya a haber acuerdo definitivo, sí es un síntoma claro de que es posible, como insistían las fuentes consultadas en los últimos días.

La propia Marta Rovira, líder de ERC en este momento, con la que no se verá Sánchez porque se ha preferido la fórmula institucional de cita con Aragonès además para cerrar una cuestión pendiente como el traspaso del Ingreso Mínimo Vital, dijo que era necesaria una reunión del “más alto nivel” con el PSOE para avanzar en un pacto de investidura y siempre poniendo el cumplimiento de los acuerdos pendientes como “carpeta cero” de las negociaciones. Esto es justo lo que están haciendo PSOE y ERC, cerrar los asuntos pendientes para dar un empujón a la negociación de la investidura de Illa con las cuestiones nueva, especialmente la financiación.

“Es una reunión entre presidentes, se enmarca en la rúbrica del ingreso mínimo vital. No es una reunión para la investidura”, insistió Plaja. La portavoz remarcó que pese en estar en funciones, Aragonès “seguirá ejerciendo su cargo dentro de los márgenes que tiene” y dijo que el objetivo del jefe del Govern en funciones es “arrancar acuerdos [al Gobierno] hasta el último día que esté en el cargo”.

La portavoz sí aceptó que muy posiblemente ambos presidentes hablarán de la investidura, al ser un tema de la situación política actual, y allí también se podría mencionar la propuesta que lanzó el propio Aragonès de una financiación singular para Cataluña, en la vía del concierto vasco, y que los socialistas rechazan. La propuesta del PSC, a día de hoy, sigue siendo a puesta en marcha del Consorcio Tributario, una figura contenida en el Estatut y que nunca se desarrolló. Pero fuentes de la negociación señalan que todo está muy abierto en este momento y se está buscando una fórmula dentro de la idea de la “financiación singular” que planteó el propio Sánchez que pueda servir a las dos partes.

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El encuentro se quedará en una foto de los dos líderes, que tras conversar en privado presidirán la firma del acuerdo que formaliza el traspaso del Ingreso Mínimo Vital a la Generalitat. ERC desde un principio intentó involucrar al PSOE en las negociaciones para la investidura de Illa, una manera con la que buscaban poder amarrar el cumplimiento de acuerdos aún pendientes y que, de ver cumplidos, ayudarían a convencer a las bases de dar crédito extra a las nuevas prerrogativas que se pudieran arrancar. Así la foto no sea con Rovira, ERC logra dar más empaque a los gestos que el Ejecutivo y los socialistas han ido desgranando estos últimos días.

El Ingreso Mínimo Vital es un ejemplo paradigmático de un acuerdo que se arrastra desde hace años y que parece nunca llegar. Después de que en diciembre de 2021 viera la luz esta prestación para la población más vulnerable, tanto ERC como PNV pidieron poder gestionarla directamente y poder así acompasarla con sus propios programas de suficiencia de rentas. Los republicanos pusieron como condición para aprobar esas cuentas el traspaso, algo que comenzó a materializarse en la comisión bilateral Gobierno Generalitat de febrero de 2022. Un acuerdo del que no se supo más hasta que, en octubre pasado, La Moncloa lo calificó de “inminente”, justo coincidiendo con las negociaciones para la investidura de Pedro Sánchez. Hoy llega por fin la firma, y con ello un gesto muy claro de espaldarazo a la negociación de investidura de Illa y sobre todo de que Sánchez está detrás de todo lo que ofrezca en la mesa el líder del PSC y, por tanto, se compromete a cumplirlo mientras sea presidente.

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