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La dirección de Vox se aumenta el sueldo un 25%

Abascal y otros doce dirigentes del partido ultra se reparten casi 650.000 euros al margen de sus salarios como cargos públicos

Santiago Abascal Vox
El líder de Vox, Santiago Abascal, en el Congreso de los Diputados, este martes.ZIPI ARAGON (EFE)
Miguel González

La dirección de Vox se ha subido un 25% su retribución, según las cuentas correspondientes a 2023 que el partido ultra ha remitido a todos sus afiliados. En concreto, la partida destinada a retribuir a los miembros de la dirección nacional ha pasado de 517.052 euros en 2022 a 646.522,19 en 2023, lo que supone un incremento de 129.470 euros.

El notable crecimiento de esta partida no se explica por el aumento del número de dirigentes, ya que este solo ha crecido el 8,3%, pasando de 12 a 13 los miembros de la cúpula de Vox. Han salido tres personas del equipo directivo (Juan José Aizcorbe, que dimitió como gerente en octubre de 2023, según adelantó EL PAÍS, a pesar de que el partido lo negó públicamente; Begoña Conde, tía de Santiago Abascal; y Ana María Velasco Vidal-Abarca, una de las fundadoras de la formación), mientras que han entrado otros cuatro (Ignacio Hoces, Montserrat Lluis, Rosa Cuervas y Javier Cortés, el nuevo gerente).

Las cuentas de Vox no explican cuánto cobra cada uno de sus directivos, pero al menos nueve de ellos perciben también un sueldo público por ser diputados nacionales, europeos o autonómicos (Santiago Abascal, Ignacio Garriga, Javier Ortega, María Ruiz, Jorge Buxadé, Pablo Sáez, Manuel Mariscal, Ignacio Hoces y Javier Cortés), por lo que lo que les paga el partido es un sobresueldo. Abascal ha declarado que en 2022 cobró como presidente de Vox 37.000 euros (al margen de lo que percibe del Congreso y de su grupo parlamentario), pero otros dirigentes no han hecho público su sobresueldo. Entre ellos, Ignacio Garriga, quien se ha visto envuelto en un escándalo por cargar servicios profesionales y gastos personales al presupuesto del grupo de Vox en el Parlamento de Cataluña.

El aumento de las retribuciones de la dirección se produce en un momento en que Vox atraviesa, por vez primera, una situación económica delicada. Eso ha hecho que los afiliados hayan recibido, junto con las cuentas del partido, una carta explicativa del tesorero Pablo Sáez, lo que no tiene precedentes.

Tras subrayar que el patrimonio de Vox “es muy superior al activo no corriente, lo que demuestra la solidez financiera del partido”, el tesorero atribuye los resultados negativos del ejercicio en 2,6 millones de euros a la reducción de los ingresos privados, el incremento de los gastos de personal, el impacto de las partidas preelectorales, la inmovilización de fianzas para hacer frente a litigios y los intereses de la financiación bancaria.

En efecto, los ingresos privados cayeron en 2023 de 5,6 a 4,9 millones de euros, un 12,9%; y las cuotas de los afiliados se redujeron en medio millón (de cinco millones a 4,5), un 10% menos; mientras que el coste de personal se disparaban un 12%, hasta 5,4 millones, a pesar de que el número de empleados se recortó de 127 a 118. El gasto de personal sigue siendo, sin embargo, inferior a lo que Vox destina a pagar empresas externas (7,5 millones), a las que no identifica.

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La mitad de los afiliados al corriente de pago

El partido ultra asegura que a 31 de diciembre de 2023 tenía 66.949 afiliados, 890 más que a principios del mismo año, pero reconoce que solo 35.901 (el 53,6% del total) están al corriente del pago de sus cuotas. Por el contrario, han aumentado las donaciones y legados (de 150.262 euros a 351.787). La mayoría de los más de 7.500 donativos recibidos corresponden a no afiliados y 53 de ellos suman un importe total de 126.000 euros.

La caída en las cuotas de los afiliados se compensa, en parte, con el aumento de las aportaciones de los grupos municipales y parlamentarios de Vox en las distintas instituciones en las que está representado. Estos transfirieron en 2023 al aparato central del partido un total de 2,1 millones de euros, casi el doble que en 2022 (1,1millones). No todos colaboran en la misma medida: los senadores de Vox aportan más que los diputados (115.000 euros frente a 100.000) y el grupo ultra en la asamblea madrileña transfiere una sexta parte que el del Parlamento asturiano (30.000 euros frente 187.500), pese a contar con más fondos públicos.

Crédito bancario

Por primera vez Vox se ha financiado con un crédito bancario, por importe de 9,2 millones de euros, con una entidad financiera cuyo nombre no revela, para hacer frente a las sucesivas campañas electorales del año pasado. Según sus cuentas, el saldo del ciclo electoral de 2023 (elecciones municipales, autonómicas y generales) fue financieramente negativo para el partido ultra, que gastó 15 millones y perdió 395.000 euros, a los que hay que sumar 369.000 de intereses bancarios; en total, perdió 764.000 euros.

A pesar de que Vox defiende en su programa la supresión de las subvenciones a los partidos políticos, cada vez es más dependiente de las ayudas de la Administración. En 2023 presupuestó 10 millones de euros de subvención pública para su funcionamiento ordinario y servicio de seguridad y otros 14,4 millones para atender gastos electorales, lo que supone el 82,2% de sus ingresos totales, frente al 67,6% de 2022.

Vox ha cambiado de empresa auditora y ha ajustado a la baja su patrimonio en un total de 210.155 euros, de los que 26.660 corresponden a saldos irrecuperables de cuentas corrientes y otros 29.672 a saldos incobrables o no reclamados. El patrimonio neto del partido se ha reducido de 9,6 millones de euros a finales de 2022 a solo 6,8 a finales de 2023, mientras que el saldo de tesorería se ha recortado de 7.2 millones a 2,5.

Provisiones por litigios

Además, el partido ultra tiene inmovilizados 663.278 euros, casi el doble que en 2022, por provisiones de litigios en los que está inmerso. Un total de 233.374 euros corresponden al expediente abierto en el Tribunal de Cuentas por recibir donaciones finalistas prohibidas por ley.

A pesar de todos estos datos, Vox fía su solidez financiera a los 12,8 millones de euros de gastos electorales que, a 31 de diciembre pasado, tendría pendientes de cobro por parte de las administraciones públicas­­ (a lo largo de este año ha recibido ya 3,3) pero esta deuda se basa en estimaciones del propio partido que aún no han sido fiscalizadas por el Tribunal de Cuentas, por lo que la cifra definitiva podría ser inferior.

La situación económica de Vox no se explica sin el vaciamiento que han supuesto las sucesivas transferencias millonarias a Disenso, la fundación que preside Santiago Abascal y que ha servido al partido ultra para su desembarco en América Latina. Las cuentas de Vox reflejan que el partido transfirió en 2023 un total de 2,5 millones de euros a la fundación, la misma cuantía que en 2022, y que hasta junio de este año le había trasvasado ya otro millón de euros, por lo que Disenso ha recibido en total 8,9 millones del partido ultra en solo cuatro años.

Vox sostiene que el partido y la fundación son lo mismo, pero jurídicamente no es así: los afiliados a Vox no aprueban ni controlan las cuentas de Disenso ni tampoco eligen a sus directivos. Abascal es patrono vitalicio de la fundación, por lo que seguiría en su cúpula directiva aunque dejara de ser el presidente de Vox.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.
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