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El falso cura que estafaba a sacerdotes con el timo del ‘padre enfermo’

La Guardia Civil detiene en Valencia a un hombre de 39 años que adoptaba varias identidades para sacar miles de euros a párrocos de toda España

Un coche de policía frente a la sede de la comisaría de Alicante.
Un coche de policía frente a la sede de la comisaría de Alicante.Europa Press
Rafa Burgos

La Guardia Civil ha detenido en Aielo de Malferit (Valencia, 4.601 habitantes) a M.A.C.S., un cordobés de 39 años que, supuestamente, se hacía pasar por sacerdote y abogado, entre otras identidades, para estafar dinero a párrocos de toda España mediante el timo conocido como del ‘padre enfermo’. Según los relatos de las víctimas, primero se acercaba a las iglesias como un simple feligrés para pedir unos 500 euros y, con ellos, poder visitar a su padre, diácono en alguna parroquia de una provincia lejana. Para demostrar que era de confianza, daba un teléfono que contestaba él mismo, impostando la voz y usando jerga eclesiástica. Tiempo después, contaba que se había reunido con su padre, pero que este había muerto y que había dejado una sustanciosa herencia. Para poder tramitarla, explicaba a sus víctimas, necesitaba cantidades variables de efectivo, siempre de cinco cifras, que prometía devolver con intereses. A M.A.C.S., a quien un juez ha enviado a prisión y al que la Guardia Civil imputa los presuntos delitos de estafa, usurpación de estado civil y falsificación de documento público, lo reclaman doce juzgados repartidos entre Asturias, Jaén, Albacete, Castellón y Huelva. La suma de los escritos de acusación ronda los 18 años de cárcel.

Sus últimas víctimas son los párrocos de Catral y Bigastro, dos localidades situadas al sur de la provincia de Alicante. Según atestiguó el primero en la denuncia que presentó el pasado mes de abril, “poco después de las Navidades”, el presunto estafador se presentó en su parroquia con el nombre de José Sánchez. Tras ganarse su confianza como cristiano devoto y feligrés con familia de la zona, le comentó al sacerdote que su padre vivía en Salamanca y era diácono, pero que no mantenía relación con él. Le indicó que un cura llamado Julio Villar le había llamado para que se pusiera en contacto con su padre y pidió a su víctima que hablara con él. “Días después yo llamo” al supuesto cura, declaró la víctima, “y efectivamente es un sacerdote mayor, se lo noto en la voz, y charlamos distendidamente notando yo que su jerga y actividades son propias de un sacerdote jubilado”. En realidad, el padre Villar también era M.A.C.S., que le ruega que le preste 300 euros para que el hijo perdido regrese a Salamanca.

A partir de ese momento, el contacto entre el párroco estafado y sus dos supuestos interlocutores es constante. Y la trama se complica. Villar cuenta a la víctima que Sánchez ya está en Salamanca y que la relación con su padre ha mejorado. Pero el ficticio padre muere. Y deja una igualmente ficticia herencia de unos 70.000 euros y “dos pisos en propiedad”. Villar indica que Sánchez y su familia viven en su casa y que les ha llegado a prestar hasta 23.000 €, por lo que solicita apoyo económico al sacerdote alicantino. En varias transferencias, a cuentas con diferentes titulares, incluidos dos abogados, uno de ellos con “acento andaluz”, el estafado llega a mandar 14.500 euros. Todas las cuentas pertenecen a M.A.C.S. o a testaferros, cuyas múltiples personalidades desaparecían en cuanto se embolsaba el botín. En el caso del párroco de Bigastro, M.A.C.S. contó la misma historia, pero con otro nombre, el de Emilio, y solo arrancó 500 euros de los bolsillos del sacerdote engañado.

Ambas denuncias abren una investigación realizada por la Policía Judicial del puesto de la Guardia Civil en Almoradí (Alicante). Los investigadores sospechan que las estafas han sido cometidas por la misma persona, ya que el modus operandi es el mismo y hay dos móviles que se repiten en ambos casos. Los agentes no tardan en relacionar todos los teléfonos y las cuentas bancarias usadas con M.A.C.S., quien utiliza a sus familiares directos o de su pareja como testaferros. También descubren que, en ocasiones, el arrestado se hace pasar por un ciudadano rumano, cuyo pasaporte real ha falsificado con su foto. Los indicios conducen hacia un pueblo de Valencia, Catadau, desde el que el presunto estafador y su pareja se están mudando a otro domicilio, situado en Aielo de Malferit.

El pasado 4 de junio, los agentes detienen a M.A.C.S. en la puerta de su domicilio de Aielo. Le informan de que el arresto se debe a que se le imputan los delitos de estafa continuada, falsificación de documento público y usurpación de estado civil, y por “estar reclamado por distintos juzgados”. En los registros de los dos domicilios que se le conocen, los agentes hallan dinero en efectivo en euros y francos suizos, piezas de joyería y relojería de oro y un pasaporte de otro ciudadano rumano que también ha falsificado, presuntamente, M.A.C.S. con su fotografía. La documentación falsa la utiliza, según conjeturan los investigadores, para evadir la acción de la justicia. Entre otros motivos, porque hasta una docena de juzgados de toda España le reclaman por casos similares, en los que llegó a pedir hasta 30.000 euros para tramitar la herencia de su falso padre, bajo promesa de devolver hasta 90.000 por el favor.

El arrestado pasó a disposición judicial en un juzgado de Ontinyent (Valencia), donde, por indicación de su defensor, se acogió a su derecho de no declarar. El juez, dados sus antecedentes, dictó su ingreso en prisión. Su abogado, Francisco González, señala que el caso pasará a un juzgado de Orihuela (Alicante), donde tendrá acceso a toda la actuación y podrá preparar mejor la defensa de su cliente, “que se propugna inocente”. Fuentes de la Guardia Civil señalan que la investigación sigue abierta y que no se descarta la existencia de más víctimas.

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