Muere Pérez Mariño, el juez defraudado con la política
El exmagistrado de la Audiencia Nacional y exdiputado del PSOE ha fallecido en Vigo a los 75 años de edad
Fue el menos estrella de los jueces estrella. El hombre discreto que rara vez levantaba la voz y el menos conocido de los magistrados de la Audiencia Nacional en una época en la que era habitual la imagen de un juez con traje, más bien barato, abriendo el Telediario mientras subía las escaleras de la Audiencia.
Ventura Pérez Mariño falleció el miércoles a los 75 años en Vigo, en su ciudad natal. En ella ejerció la abogacía durante su juventud, en el tardofranquismo y la transición. Muchas décadas después llegó a ser el alcalde más breve de la ciudad de Vigo, seis meses, un paso tan fugaz como lo fue su época de diputado del PSOE con Felipe González, cuando vivió todo
Pérez Mariño nació la Navidad de 1948. Estudió en los Jesuitas de Vigo y en Icade, donde cursó Derecho y Administración de Empresas, y obtuvo el título por la Universidad de Deusto. Hizo carrera judicial en Madrid y empezó a trabajar en el despacho de Enrique Tierno Galván y Raúl Morodo, en los años más intensos de la transición. Posteriormente, se convirtió en magistrado de la Audiencia Nacional, donde llevó importantes procesos contra el terrorista Josu Ternera o el clan de los charlines, del narcotraficante gallego Manuel Charlín.
En 1993, después de una brillante actuación frente a ETA y el narco gallego, un Felipe González acorralado por la corrupción anunció los fichajes del juez Baltasar Garzón y Ventura Pérez Mariño como punta de lanza de un gobierno dispuesto a combatir frontalmente la corrupción. Pero el paso de ambos por la política terminó en frustración. A uno le prometió el Ministerio de Interior que nunca llegó y al otro un activo papel para combatir el delito desde dentro que tampoco llegó. Durante su etapa como diputado por Lugo, terminó renunciando al acta y pidiendo la dimisión de Felipe González. En febrero de 1995 renunció a su acta en las Cortes tras romper la disciplina de partido y votar en contra del Gobierno hasta en cuatro ocasiones.
Tras su regreso a la judicatura, fue el encargado de imponer la primera condena a Mario Conde por su gestión al frente de Banesto que había sido intervenido dos años antes. Lo sentenció a seis años de cárcel por apropiarse de 600 millones de pesetas que pagó a Argentia Trust. Poco después pidió una excedencia y regresar a Vigo donde abrió un despacho en el centro de la ciudad.
Ocho años después de su frustrante paso por el Congreso, la política volvió a tentarle. José Luis Rodríguez Zapatero lo rescató y en 2003 aceptó otra oferta de los socialistas y encabezó la candidatura a la alcaldía como independiente. Ganó las elecciones y su primera medida fue bajarse el suelo. Sin embargo, no habían ni pasado cien días de gobierno y reconoció que vivía como una “angustia”, la gestión de la ciudad más poblada de Galicia, tal y como recoge la crónica de EL PAÍS de aquel día. Seis meses después de tomar posesión del cargo, con el tibio apoyo del BNG, los nacionalistas se aliaron con el PP y lo dejaron caer durante la tramitación del Plan General de Ordenación Municipal (PGOM) al que se oponía por sus amplios márgenes de la ley para edificar. Tras esta incursión en la política, volvió a la carrera judicial y su último destino fue el Juzgado de Instrucción número 7 de Vigo. En su tierra ha pasado los últimos años de su vida enfermo de párkinson, junto a su mujer, la también jueza Dolores Galovart.
La noticia de su fallecimiento, en la recta final de la campaña electoral, fue un recordatorio a todos los candidatos, de que hubo un tiempo en el que la política fue diferente.
Las condolencias han llegado desde posiciones políticas muy distintas. El candidato socialista a la Xunta del PSOE, José Ramón Gómez Besteiro, despidió en las redes sociales a “un compañero siempre comprometido con la igualdad de oportunidades” y el candidato del PP, Alfonso Rueda, destacó el deseo “de mejorar la vida de la gente” del juez. Alberto Núñez Feijóo que lo consideraba un “rebelde con causa” dijo de él que “Fue independiente como abogado, como juez y como político, y tuvo coraje como abogado, como juez y como político”.
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